Los liderazgos que hoy conducen las luchas populares en el continente y anuncian el socialismo en el siglo XXI, se inspiran en la solidaridad de la Revolución Cubana, en la herencia del socialismo utópico (siglo XVIII); el socialismo científico de Marx y Engels (siglo XIX); el socialismo de las luchas proletarias a escala mundial nacidas a raíz de la gran Revolución Rusa de 1917 (siglo XX), con Lenin, Trosky, Mao Tse Tung, Hochi Min, Fidel Castro, Che Guevara, Manuel Marulanda. El ejemplo de soberanía, dignidad, solidaridad, derechos a la salud, la educación, el trabajo, dados por Cuba, en larga y cruenta lucha de 50 años, irradia hacia todo el continente..
En este febrero se cumplen veinte años del nuevo despertar de las luchas populares con el “caficaracazo” (1989), que encuentra en Hugo Chávez (4 de febrero de 1992), el liderazgo para los cambios hacia lo que se ha dado en llamar la Revolución Bolivariana enfrentada al neoliberalismo - careta del capitalismo - y sus planes de dominación mundial. Chávez, en un comienzo era la piedra en el zapato que molesta los planes de dominación económica del imperio (el ALCA). Era “el presidente solitario” que, junto a Fidel Castro, iba de cumbre en cumbre, con el mensaje de integración y unidad latinoamericanas para enfrentar los gravísimos problemas de pobreza, analfabetismo, explotación, enajenación de los recursos, exclusión de las mayorías nacionales. Este discurso cala en los pueblos de otras latitudes y en el camino surgen nuevos compañeros de lucha: Lula en Brasil, que a pesar de ser el representante económico de la burguesía paulista, lleva aún en las alforjas sus raíces proletarias. Daniel Ortega, reconquista el poder en Nicaragua. Zelaya, en Honduras, es el heredero de Morazán. Y Roosevelt en Dominica se incorpora al ALBA. Refuerzan el liderazgo, aun cuando con actitudes tímidas, Néstor Kirchner, Tabaré Vásquez y Michelle Bachelet
Pero, la mayor contradicción habida en la conformación de los liderazgos, ¡estalla! cuando “un indio con cara de indio” (según lo describe Lula), es elegido presidente de Bolivia. Es entonces cuando la revolución continental siembra sus raíces en el substrato humano de nuestra América. Hoy Evo lideriza el movimiento indígena del continente y el mundo
En Ecuador, donde las luchas indígenas habían depuesto a seis presidentes en diez años, un amplio movimiento de masas elige presidente a Rafael Correa que no tiene origen militar ni indígena ni proletario ni guerrillero, es universitario: economista. Para completar los liderazgos, un exobispo, identificado con la “teoría de la liberación”, es elegido presidente de Paraguay. Sin duda, en Latinoamérica hay nuevos liderazgos que enarbolan las banderas de las mayorías nacionales de indígenas, obreros y campesinos pobres.
Conservar y consolidar estos liderazgos surgidos de las mayorías nacionales, es cuestión fundamental. Es necesario introducir enmiendas en las constituciones que establezcan las reelecciones consecutivas para garantizar la continuidad de los cambios revolucionarios. En eso consiste la enmienda del próximo 15 de febrero ¡consolidar liderazgos! De allí, su razón de ser.