A lo antes mencionado, se suma el interés de las oligarquías extraterritoriales unidas a la venezolana, por dar al traste definitivamente con los anhelos de consolidar un gobierno popular en Venezuela y, que servirá de inspiración a los demás pueblos hermanos del mundo. No podemos olvidar la experiencia de la revolución francesa, donde la oligarquía se alió con el enemigo natural Aleman, para masacrar a quienes pretendieron quitarles sus privilegios. El resultado ya lo conocemos. Esa no es la primera ni la ultima traición que le hacen a los pueblos del mundo. Es por esas experiencias que debemos estar alertas con esos individuos que se ponen gorra, camisa y medias rojas, pero que se preocupan por engordar las arcas y cuentas bancarias. No creo en ricos con buenas intenciones, como tampoco creo en revolucionarios burgueses. Los privilegios hacen que ese tipo de elementos, a la hora de la definición, piensen en sus intereses particulares, y se auto consuelan con el reformismo. Son estos personajes los que acusan a las mentes preclaras de la revolución de ser extremistas o radicales. Son los Dieterich, los Haiman el Troudi, los Rangel, etc. etc. Quienes abogan por un sistema social, que desplace a una elite para imponer otra. Pero que el orden establecido se mantenga con ligeros maquillajes de despiste. Pienso que quien se define socialista, no puede sostener una vida social y económica repleta de privilegios. No pretendo con esto decir ni proponer que todos debemos vivir en la miseria o en la pobreza, lo que aspiro es que hay que moderar las apetencias en pro de un bienestar colectivo. Que hay que dar el ejemplo y la practica de lo que creemos, para abrir la senda del aprendizaje a los demás.
Quieren destruir el cambio en Venezuela, por que aunque lento, este proceso se está sembrando en la conciencia del pueblo, y si no lo frenan a tiempo, llegará el momento que será irreversible. No en vano los golpes de estado, los pagos de miles y miles de millones de dólares para comprar sabandijas tarifadas, que en otro momento se vendieron como revolucionarios.
Vemos como en algunas gobernaciones y alcaldías, ganadas con el esfuerzo y trabajo del PSUV, se alejan luego de éste y se rodean los funcionarios electos, de personas que son totalmente contrarias a lo que se profesa como socialismo y lealtad. Proponen planes de gobierno, donde el gran favorecido es el capital que financió campañas a escondidas, o de socios de empresas familiares, marginando a las comunidades organizadas, chantajeando a los activistas y militantes del PSUV, con bozales de arepa. Toda esa practica desgraciada, atenta contra la organización, contra el pueblo, contra los pobres y contra el cambio político, social, popular, que es urgente implantar en el planeta.
Es indudable que estas cosas representan la estocada necesaria para liquidar el sueño de una sociedad igualitaria y de justicia. No hay que dudar que todas las fuerzas egoístas y malévolas del mundo se unirán para mantener a los pueblos sometidos. El sueño soviético, lo que pudo haber sido la gran oportunidad de la humanidad para convertirse en una sociedad igualitaria y hermanada en la justicia, fue corroída por dentro y demolida por fuera. Las grandes mafias del planeta se confabularon para no dejarla prosperar, la alimentación de las ambiciones y la promoción del egoísmo elitescos, brotó de las fauces del vaticano, del sionismo judíos, de fascismo internacional, de las mafias traficantes de todo lo perverso, en fin convergieron las fuerzas que han defendido y establecido el esclavismo y la miseria como método de desprecio y sometimiento a los pueblos.
En la Venezuela de hoy, tenemos conocimiento de todas esas experiencias pasadas, tenemos la posibilidad de poner los correctivos a tiempo, de implementar métodos capaces de impedir la repetición de la historia de las derrotas de los pueblos por parte de la traición, la cobardía y el mercantilismo. Estamos en Venezuela, en las postrimerías de hacer historia universal, de romper la maldición de las traiciones y la despreciable venta de los intereses populares.
No debemos darle cuartel a las ratas engañadoras dentro del PSUV, no podemos permitir al enemigo externo que debilite nuestra estructura organizativa, para acabar luego con el proceso que sustenta. Tenemos que tener temple de acero y no caer en las tentaciones monetarias, de lujos y dineros que nos pondrán al paso de nuestra avanzada, deslastrarnos de las debilidades con las cuales han hundido a otros hombres y mujeres, que fueron vanguardia de lucha y cedieron luego a la tentación del enemigo. Salvemos al PSUV, a la revolución, al futuro de la patria, al destino de nuestros hijos y nietos, a los hermanos del planeta. Pues esta lucha habrá de ser universal y los Venezolanos, estamos en primera línea. PATRIA UNIVERSAL, SOCIALISMO O MUERTE … VENCEREMOS.