Un filósofo extraviado

La suspicacia que pueda cobijar a cualquier humano, será producto del interés que pueda haber en un individuo en desear conocer lo solapado, claro está, que mientras se mantenga una ignorancia de lo causado, las hipótesis germinaran de género incontable; de ésta tesis, se pudiera analizar los orígenes de los “rumores”, pero sin embargo, no es lo que está planteado en este artículo.

La vida personal y política de figuras públicas, en todo tiempo, la ciudadanía la ha criticado bajo diversos razonamientos de opiniones colectivas o personales, sin duda, esto se refiere, a la compatibilidad de la política con la social y se da de manera ineludible, por cuestiones de naturaleza propias de los sistemas de funcionamiento ordinario.

El caso es, que cuando emerge el deseo de saber lo que se está encubriendo, teniendo un carácter de interés público, se empieza a fomentar innumerable suposiciones, muchas de ellas llegan ser exageradas; pero quedaría la otra orilla del islote, es decir, lo que está verdaderamente velado por la mano espinosa de quien lo esté fraguando; éste tipo de astucias, sólo se evidencia cuando la verdad tardar en llegar, muchos de los casos terminan siendo verdades forzadas o verdades a medias, el cual simplemente concluyen en mentiras trasmutadas; ejemplos hoy en día encontramos por doquier, cuando se manifiesta que alguna figura publica ha dejado de presentarse abiertamente, aludiendo a cualquier evento involuntario como alguna operación quirúrgica, mientras atrás de esa “justificación” oficial se mantiene una verdad que no conviene ser enterada colectivamente.

Queridos lectores analíticos, en el Estado Zulia la inquietud en saber ¿Dónde se encuentra Manuel Rosales?, se ha extendido por todo el territorio Nacional, claro está, que por razones lógicas la colectividad ansía saberlo, es que ahora el Municipio Maracaibo se encuentra sin el Alcalde que fue electo, que actualmente está imputado en el Ministerio Público por enriquecimiento ilícito, pena ésta, que darse por sentenciada estaría condenado entre 3 a 10 años de presidio; lo interesante no es éste particular, ya que si el imputado tiene elementos probatorios para evacuar tal imputación, el temor a enfrentarse a la justicia debe ser desechado; lo “curioso” es que al imputado al consagrarle el Articulo 125 del Código Orgánico Procesal Penal, tiene cómo ventaja de conocer del hecho imputado, el cual esto le daría una visión clara de cómo podría culminar el juicio ordinario; es por ello que el Filosofo del Zulia pudiera ahora estar tramando su salida del País, para no presentar la causa jurídica con responsabilidad y gallardía, ya que su “extravío” parcial e irresponsable ha sido objeto de criticas colectivas; el cual de producirse su fuga terminará en la lista de los irresponsable que le han causado daño a nuestra Nación, huyendo cómo múridos mientras se les hunde el Transatlántico de papiro.

Sin embargo, la justicia estará allí presente, esperando atrapar a los que hoy en día están desbordando el Tesoro Nacional enriqueciéndose de manera indebida, sean quien fuere, Hombre o Mujer, porque la justicia tiene el CORAZÓN DEL LEÓN.                        


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Carlos Gutiérrez


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