En 1829, el Libertador SIMÓN BOLÍVAR afirmó con lucidez histórica: “Los Estados Unidos parecen estar destinados por la Providencia a causar miseria en América en nombre de la libertad”. Hoy, casi dos siglos después, esa frase resuena con fuerza ante la aprobación de la mal llamada "Ley Bolívar" por parte del Congreso estadounidense. Dicha ley, bajo el cínico nombre que utiliza la figura del padre de la Patria Grande, busca intensificar el bloqueo y el socavamiento de la economía venezolana. Este acto injerencista no solo reafirma la política de dominación infame de Washington, sino que también constituye una burla al legado del Libertador y una afrenta directa a los pueblos de América Latina.
Es inadmisible que el nombre de SIMÓN BOLÍVAR, quien dedicó su vida a la emancipación de los pueblos de América, sea utilizado para justificar medidas que buscan someter a una Nación soberana. Esta ley, diseñada para prohibir operaciones económicas y arrendamientos con Venezuela, perpetúa el intervencionismo disfrazado de preocupaciones por la democracia. Sin embargo, detrás del discurso hipócrita de la plutocracia de Washington se esconde el verdadero objetivo: desestabilizar un modelo que resiste la hegemonía imperialista y que defiende su derecho a construir un futuro independiente.
El bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, que ahora pretende consolidarse con esta ley BASURA, constituye un acto de guerra no declarada que afecta directamente al pueblo venezolano. Sus consecuencias recaen en los sectores más vulnerables, limitando el acceso a medicinas, alimentos, bienes esenciales y reivindicaciones salariales. Aún más grave es que se utilice el nombre de BOLÍVAR para legitimar acciones que violan flagrantemente los principios del derecho internacional y los valores que inspiraron la gesta independentista.
Esta agresión no es un ataque solo contra Venezuela, sino contra toda América Latina. El nombre de BOLÍVAR evoca unidad, justicia y libertad; su instrumentalización para encubrir el intervencionismo estadounidense es una afrenta a la memoria colectiva de nuestros pueblos. Los pueblos de América y sobre todo los países bolivarianos que fueron independizados por SIMÓN BOLÍVAR; se sienten indignados por esta ley Basura que pretende recrear el colonialismo. Esta ley no solo evidencia el desprecio de Estados Unidos por la soberanía venezolana y de América, sino también su desconexión con el espíritu de libertad que animó a BOLÍVAR y que sigue vivo en las luchas de nuestros pueblos.
Ante este escenario, es imperativo que las naciones y los pueblos latinoamericanos y Bolivarianos cierren filas en defensa de Venezuela y de su derecho a decidir su destino sin injerencias externas. La burla del imperialismo al utilizar el nombre del Libertador solo refuerza la convicción de resistir y avanzar hacia la integración y emancipación definitiva de América Latina. SIMÓN BOLÍVAR no será el emblema de la opresión; seguirá siendo la bandera de la libertad y la dignidad de los pueblos bolivarianos.
El rechazo a esta ley BASURA como intento de Estados Unidos de restaurar un dominio colonial sobre la región, debe mantenerse unida, alzar la voz y defender la soberanía de Venezuela como un principio que le concierne a todos los bolivarianos. SIMÓN BOLÍVAR no será el emblema del sometimiento; seguirá siendo el faro que guía la luchas por la libertad, la justicia y la dignidad. La historia no será escrita por quienes pretenden aplastar el legado de SIMÓN BOLÍVAR, sino por quienes resisten, luchan y vencen.