Pero, sigamos hablando de judas y fariseos; por estos días santos, ha saltado a la palestra pública, por no hablar del púlpito de la iglesia, el Arzobispo de Caracas, el Cardenal Jorge Urosa Sabino, quien se ha dedicado a saturar los medios de comunicación privados o golpistas, recordemos que estamos ya, en la fecha recordatoria del golpe fascista de abril de 2002; con sus opiniones, todas ellas, adversas al Gobierno Revolucionario de Hugo Chávez Frías y demás instituciones del Estado Bolivariano en construcción. Así que, ante la sentencia judicial de los asesinos actuantes en Puente Llaguno, por 30 años de cárcel, dada a los comisarios Henry Vivas, Lázaro Forero e Iván Simonovic, los verdaderos pistoleros de Llaguno, con lo cual se hace justicia en el caso de 19 muertes, ocurridas el propio 11 de abril de 2002; el fariseo Cardenal que venía presionando a la justicia venezolana con sentencias como: "Tienen juicios demasiado lentos, que se prolongan de una manera indebida. Pareciera que se les estuviera negando el debido proceso" (El Nacional, 4 de abril de 2007), manifestando así, su simpatía por estos gatillos alegres; pues, una vez, que la justicia se manifiesta, después de 3 años y pico de juicio, el susodicho cardenalillo se manifiesta, esta vez, en términos despectivos contra la justicia venezolana, señalando que dicha sentencia: "no hace más que perpetuar la tragedia del 11 de abril", en clara defensa de estos asesinos, que deberán pagar sus penas en la cárcel, manifestando su apoyo tanto a familiares de las víctimas del 11 de abril, como a esposas e hijos de los comisarios y policías condenados, pero exhortó a que más adelante se manifieste una mayor independencia en los poderes, pues a su juicio este fue un juicio con "evidentes" vetos políticos, según reseña El Nacional del 5 de abril de 2009. Como apreciamos, para este cardenalillo, las verdaderas víctimas son los gatillos alegres de Vivas, Forero y Simonovic; no así, aquellos venezolanos y venezolanas cuyos familiares dejaron sus vidas en el pavimento del centro de Caracas, quienes por ser simpatizantes del Comandante Presidente Chávez, no merecen el apoyo de este sujeto disfrazado de “representante” de Dios, aquí en la tierra. Para ratificar, más adelante en estas mismas declaraciones, "Es una lástima espero que haya más adelante una mayor posibilidad de imparcialidad, que no se politicen los juicios…", palabras que deben ponernos a pensar seriamente, sobre qué quiso decir este personaje de la política opositora con “más adelante”, será qué? Un nuevo plan golpista está puesto en marcha, y de su triunfo depende el que haya justicia, al cardenalillo hay que leerlo entre líneas.
Pero, este Arzobispo metido a político opositor, convertido en un opinador de oficio, frente a las recientes leyes promulgadas por la Asamblea Nacional, se manifiesta sin argumentar sus razonamientos, con el claro propósito de desacreditar este Poder Público: “Aunque dijo no haber analizado la recién aprobada Ley Orgánica de Distrito Capital "lo importante son dos cosas: respetar la voluntad del pueblo y no atacar la descentralización que es un principio constitucional". "Se debe respetar la voluntad popular expresada el pasado 23 de noviembre, las personas electas sean del oficialismo o de la oposición tienen derecho a gobernar y los electores que votaron por los mandatario sean alcaldes o gobernadores de la oposición o del oficialismo tienen derecho a que se respete su voluntad" (El Universal, 4 de abril de 2009). Nuevamente, el cardenalillo toma para sí, lo que ha sido la opinión de la oposición apátrida en lo referente a este conjunto de leyes aprobadas, recientemente, por la Asamblea Nacional, saliendo en defensa de uno de los genocidas del 27 de febrero del 89, quien para entonces, era el gobernador de Caracas, Antonio Ledezma.
Y, si alguien intentara atacarlo por sus opiniones políticas, entonces tiene la máxima, al igual que ayer lo hacían los estudiantes “manitos blancas”, valga decir, la receta emanada de la embajada norteamericana, digan que: "Nosotros no somos operadores políticos sino que actuamos como constructores de la paz, buscamos la paz para todo el pueblo venezolano, no se trata de decisiones políticas sino posturas de la vida real, tenemos pleno derecho y además el deber pronunciarnos sobre todo lo que afecta la vida y la paz del pueblo venezolano" (El Universal, 4 de abril de 2009); en el caso de los estudiantes, que se declaraban “no políticos”, ya sabemos los puestos que ocupan hoy en día, Yon “medio millón” es parte del gabinete de Ledezma y Guevara es concejal metropolitano, electo en planchas de Un Nuevo Adeco, el partido de Rosales; por solo mencionar a dos de esos dirigentes estudiantiles, surgidos de las filas de la Ucab, la gente de Luis Ugalde, s.j.; lo recuerdan? En marzo de 2002, aquel acto, en que presentaron las bases programáticas del acuerdo nacional, levantándole la mano a Carlos Ortega y a Carmona Estanga, acto con el cual, sellaban la alianza para el golpe del mes siguiente, abril de 2002; por donde se les mire, siempre se les ve el bojote.
La historia de nuestro continente suramericano, es implacable a la hora de juzgar el papel de aparato contrarrevolucionario jugado por la Iglesia Católica, siempre al lado del imperio norteamericano, coartando las ansias de independencia y libertad de nuestros pueblos. En todo golpe de Estado, dado en nuestro continente, al lado de la embajada norteamericana, ha estado siempre presente la Iglesia Católica, así fue en el golpe del año 63 en República Dominicana contra el gobierno de Juan Bosch, que apenas duraría 7 meses, en las primeras elecciones, relativamente libres, que se efectuaron tras la caída de la dictadura de Trujillo. Los que conspiraron eran los círculos de la oligarquía trujillista y cívica, bajo el aliento y la dirección de la Iglesia Católica, que para entonces era liderada por Octavio Beras, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo; por Hugo Polanco Brito, Arzobispo de Santiago; por J. Félix Pepén, Obispo de La Altagracia; Tomás F. O’Reilly, Obispo Prelado de San Juan de la Maguana. La responsabilidad directa de la Iglesia Católica en el Golpe de Estado, que le dieron a Juan Bosch, el 25 de septiembre del año 1963, es un hecho que está avalado, tanto por la vida práctica como por el documento histórico que, el 25 de abril del año 1963, publicara el Episcopado Católico, donde dice: “Nos mostramos alarmados por la presencia de "ideologías contrarias a Cristo, a la persona humana y a sus derechos: ideologías que siembran la agitación, el terrorismo y que augurarían caos moral, social y económico y finalmente la esclavitud"; hasta ahí, la cita de la Pastoral del Episcopado Dominicano del 25 de abril del año 1963. Pero así, como en dominicana se involucraron es estos sangrientos hechos, lo mismo hicieron en el cono sur de nuestro continente, al apoyar las dictaduras en Argentina, Uruguay, Paraguay y, más recientemente, en el Chile de Allende, apoyando no solo el plan conspirativo que conllevó a su derrocamiento, sino el apoyo abierto y descarado a la dictadura sanguinaria de Pinochet; a través, de su nuncio en Chile, Angelo Sodano. El propio Juan Pablo II, visitó al dictador en Santiago de Chile, en el año 1987, provocando un escándalo mundial.
En nuestro caso, la historia es más que elocuente, del protagonismo de la Iglesia Católica en el cruento golpe de Estado de abril de 2002, quien no recuerda a Baltazar Porras, la noche del 11 de abril, a las puertas de Fuerte Tiuna, recibiendo al Presidente Chávez, entregándose a los militares golpistas y, el día 12, a monseñor, cardenal Ignacio Velasco, firmando de primerito, el “Acta de Constitución del Gobierno de Transición Democrática y Unidad Nacional” de Pedro Carmona Estanga; mediante la cual, se eliminaban todos los poderes públicos y a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, para minutos más tarde, dirigirse a La Orchila a solicitarle en los siguientes términos al Presidente Chávez que: “Hijo, vengo a pedirle en el nombre de Dios que firme su renuncia como último sacrificio por el pueblo. A usted le pasó su tiempo”, según relató después el Comandante Presidente. Con razón, el Comandante permanentemente les exige: “Ningún obispo ha salido a pedir perdón o, por lo menos, a reconocer el error. Nadie ha pedido perdón por el cardenal (Ignacio Velasco), que en paz descanse, que tenía como nombre clave “zamuro (ave carroñera) negro”, y en cuya casa se reunían los golpistas.
Esta es la calaña, de este precandidato opositor que, hoy en día, la embajada norteamericana ha colocado sobre el tapete de la opinión pública nacional y, que los medios golpistas, comienzan a vender como la “mercancía” más proclive para derrotar a Chávez en el 2013, habida cuenta, una oposición que no cuenta con líderes con gancho suficiente para encarar al pueblo venezolano, capaz de sustraerlo de su compromiso para con la Revolución Bolivariana y con la idea de hacer Patria.
Lejos está, Urosa Sabino, del compromiso del verdadero “obispo de los pobres”, Fernando Lugo, quien en Paraguay, con sus pastorales, logró encantar la voluntad popular, que lo llevaría al gobierno en dicho país, para iniciar un gobierno con una vocación realmente popular. Para nadie es un secreto que, un hipotético gobierno encabezado por Urosa Sabino, seguiría las pautas ya establecidas en el “Acta de Constitución del Gobierno de Transición Democrática y Unidad Nacional” de Pedro Carmona Estanga, entregándole las reservas petroleras al imperio norteamericano y volviéndonos a la cuarta república y sus gobiernos de hambre y miseria para la mayoría de nuestra población.
Por estos días, que nos prestamos a celebrar la tradicional quema de Judas, bien merece este cura felón; así como hoy, protagoniza las primeras páginas de los medios de comunicación golpistas, pase a ser el protagonista principal en las hogueras populares, como un judas más, de esos que integran la conferencia episcopal, el partido de la Iglesia Católica en nuestro país. En todo caso, estas quemas de judas se convertirían en actos antiimperialista, de rebeldía de nuestro pueblo, contra la pretensión, una vez más, de querer someternos a la voluntad de una potencia extranjera. No volverán…
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