¡Ah malaya unos intelectuales!

Marx y Engels enfrentaron la monumental Fenomenología del espíritu de Hegel. Tuvieron que responder a Kant, a Smith, a Ricardo, a Feuerbach, a Dühring, a la ideología alemana.

Lenin debió debatir con Kautsky, con los empiriocriticistas, con Bernstein. Escribieron intrincados textos que cuesta leer y debemos leer.

¿A quiénes hay que enfrentar hoy? Observo con impaciencia y risa el trabajo ansioso de la vanguardia intelectual conservadora en el mundo y aquello es un erial de fin de la historia, de Dios-Mercado, en medio de un nivel intelectual deprimente, pues no pueden defender a banderas desplegadas las injusticias de que viven. No que del lado revolucionario haya solamente brillantez y densidad, pero en los puntos cardinales del debate de ideas, uno halla un desnivel abismal entre un Luis Britto García y los precarios que repiten clisés que ya no se cocinan ni en Washington. Y como Luis hay muchos...

El nivel en que el sistema educativo conservador mantiene a sus seguidores es catastrófico. Los marchistas de oposición sostienen, por ejemplo, que el 23 de Enero se celebra el Día de la Juventud o la Caída de Fidel. Una actriz, inocente en su ignorancia, típica mercancía del reino de Paris Hilton, sostiene que no lee La trepadora de Rómulo Gallegos, cuya versión televisiva protagoniza, porque “los libros son anticuados”. La intelligentsia opositora defiende a Gallegos del gobierno que distribuye gratuitamente una edición masiva de Doña Bárbara, pero no de esta niña ni del canal que le da la hojilla.

La televisión comercial es un basurero de brutalidad. Los poetas de oposición, excelentes muchos, nunca tienen permiso para entrar a los canales privados. Si acaso circulan por las orillas de la prensa. Y Miguel Otero Silva está vetado en el diario que fundó y elevó al más alto nivel literario. Se llama decadencia.

Los intelectuales opositores, tan celosos de su blanca túnica, repiten como loros a Globovisión. Míralos. Los que eligieron ser baratos se consagran a la difamación chapucera, que no se debe responder, como hacen por error algunos revolucionarios dedicados también al insulto, porque la imbecilidad es infinitamente más contagiosa que la sospechosa gripe norteamericana esa.


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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