¡Si presidente!, usted lo ha dicho muchas veces, y en el Aló Presidente del 3 de mayo lo volvió a denunciar, nuestro proceso, definido así por la transición que se genera desde el Estado que no termina de morir (liberalburgues) y aquel que no termina de nacer (socialista) se está dando la más grande “piñata” de la historia venezolana, y cuando digo “piñata” es por los palos que se le dan para sacar los “caramelos” que tiene dentro.
Recientemente hablando con un intelectual y académico amigo europeo, me expresaba mortificado que veía en Venezuela como ya se daba en los sectores boliburgueses, pomagás y arribistas el saqueo de despedida por el inminente agotamiento de la figura del presidente Chávez en el poder, y además expresaba gran preocupación por el retiro de muchos intelectuales nacionales y extranjeros, de la simpatía al proceso venezolano.
¡Si presidente!, usted lo ha dicho muchas veces, pero en el Aló Presidente del 3 de mayo dijo que la corrupción era de aquel que al darle un subsidio para un vehículo hecho en Venezuela por VeneIrán, este lo compraba en 30 mil bsf y lo revendía inmediatamente en 50 bsf, pero presidente, sin justificar la especulación y el mal acto de quien hizo eso, ¿Cómo puede usted expresar que tiene la lista de la gente que ha recibido subsidios y revenden el beneficio cuando el país lo que espera es que saque la lista de los corruptos dizque chavistas y socialistas, y los sanciones públicamente desde lo ético y lo político?, ¿Cómo un estadista como usted, ve, sabe y conoce quienes han especulado con los beneficios de las políticas públicas del Estado, y no dice quienes son los que saquean a nuestro país?
Presidente Comandante Chávez, hace tres días, conocí a una señora llamada Migdalia, que al decir que fue chavista, ahora afirma estar decepcionada porque los niveles de corrupción en nuestro gobierno, en específico en las Notarias Públicas, son tan terribles, que ya en nombre de la revolución no se puede seguir justificando tanta indolencia ante estos actos.
Nadie, ni siquiera sus enemigos dudan de su honradez, presidente; pero muchos dudan de cómo los que estando a su alrededor se han enriquecido de manera tan desproporcionada a los sueldos que devengan, desde ministros, pasando por diputados, hasta directores o jefes de instituciones autónomas, y quizá, por asuntos políticos sólo se ataca a aquellos más débiles o incluso aquellos que no están inmersos en nada porque son un estorbo para los objetivos de otros que sí desean enriquecimiento ilícito en el marco del “corrupceso”: léase, la corrupción dentro del proceso. Y esta corrupción, Presidente Chávez, la comanda grades jerarcas de este proceso que con la excusa de financiar al partido y a la revolución, se dan a la tarea de cobrar diezmos, vacunas y cuanta modalidad exista para obtener el mayor beneficio posible de los recursos del Estado dedicados a la adquisición, compra o construcción de obras.
¿Quién como funcionario público puede en un año comprar dos o tres apartamentos de playa millonarios, dos o tres vehículos de lujo y después del retiro vivir de las rentas sin preocuparse por obtener otro trabajo? ¿Quién, destituido de su cargo, pelea desesperadamente para volver al mismo y genera toda una serie de intrigas y guerras intestinas dentro de las instituciones para volver a obtener el mismo cargo?, aquellos que se benefician del “corrupceso”, con la boca llena de rojo, y las acciones llenas de adequidad.
En diez años Presidente, no hemos logrado generar un mínimo cambio en la cultura rentista del venezolano y la venezolana, y lo que es peor, se ha profundizado aun más, al punto de haber generado una nueva clase social parasitarias; la boliburguesía, y una nueva modalidad de corrupción impune pero “nuestra”, el “corrupceso”: la corrupción del proceso, que por el camino que va podrá generar la finalización del proyecto socialista antes de que comience y produciría un fenómeno lamentable en la historia de nuestro país. Sólo pensar que la adequidad puntofijista gobernó de hecho 40 años y nuestro proceso revolucionarios no pueda pasar de doce no puede ser responsabilidad de todos los que estamos apostando a una verdadera revolución cultural, pero si podemos, antes de que pase, señalar a quienes en éste momento son en parte responsables del deterioro ético de nuestra revolución bolivariana y socialista. ¡Basta de impunidad y basta de pendejos! No podemos seguir poniendo en riesgo lo que nos ha costado la vida, debemos tener culpables del “corrupceso” ya.