Ha habido un cambio en la alta corriente de opinión gubernamental que ahora comprende que el asunto no tiene que ver con la llamada “Libertad de Expresión”, o con la “Situación Internacional”, sino con la estabilidad de la Revolución.
Es un asunto
más relativo a la Inteligencia y Contrainteligencia que a la Farándula.
Hemos comprobado
que el “Grupo Globo”, sus dueños, ideólogos, aláteres y demás
no comprenden cual es su situación real. Sobreestiman su poder mediático
y apoyos en detrimento del negocio capitalista, penetrados por el virus
de la necedad, han entrado en una confrontación definitiva contra las
poderosas fuerzas de la Revolución Bolivariana y su liderazgo.
Los confrontados han cometido errores, los del poder constituido en dejar que las cosas llegaran a este extremo. Globo ha debido ser detenido antes, mucho antes.
Los del Grupo
Globo se han creído cercanos a derrocar de nuevo al Presidente o tal
vez a eliminarlo físicamente y esto ha sido un espejismo el cual los
ha llevado al batalla final.
Ni el dinero,
el cual les duele mucho perderlo, ni el poder que da dirigir a los bolsas
de la Oposición, los ha mesurado. La consigna parece ser el síndrome
del “tanque de guerra en una vidriería”, la confrontación a como
de lugar, tratando de obtener un resultado espectacular, corto placista
y soberbio.
En este momento en el cual las fuerzas de ambos lados, se agrupan rumbo a la batalla de Carabobo imaginaria y mediática, la táctica tranquila de la Revolución de esperar el momento y la oportunidad para tomar la vía de la “Quebrada de la Pica o de La Mona”, para luego salir arrollador y acabar con la circunstancia, es correcta y ha afectado a los Globeros.
Como diría
el sabio maestro Muller Rojas: “En el campo del enemigo se percibe
una ENTROPIA de DESORDEN, la cual precede a la DERROTA”
La suerte está
echada. Los patriotas nunca perdieron una batalla de Carabobo y esta
no será la excepción.
Globo, convertido en partido-comando, montonera de la godarria bovera, rendirá su última jornada oprobiosa y será sepultado en el olvido.
Lo decimos
porque dentro de su campo ya se mueven los zamuros de la carroña, es
decir, aquellos que van a celebrar “el vacío de poder” y de dinero
que dejará la debacle.
Podemos decir como Bolívar, “nuestras pérdidas solo son dolorosas” y hemos dejado regado en el camino del discurrir, por falta de ciencia o conciencia, a miles de inocentes que absorbieron sus venenos e ignorancias. Nos costará restituirlos.
“Vacilar
es perdernos!!!”