“Mas en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad, parece que el asunto ha sido desconocido y que el despejo de esa misteriosa incógnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo.”
Simón Bolívar 15 de agosto de 1805
Qué asunto de trascendental importancia para la humanidad ha conferido la providencia a esta patria que vio nacer una de las mas grandes luminarias y guía espiritual de este proceso que lleva su nombre.
El hombre en libertad ha sido y será siempre la misteriosa incógnita a ser despejada en la historia de los pueblos y actualmente La República Bolivariana de Venezuela porta el testigo ante la admiración y esperanza de pueblos enteros.
Nuestro Presidente, baluarte y paladín de esta nueva gesta, ha colocado la piedra fundamental para la construcción de este monumento al hombre libre, apelando constantemente al pensamiento de Bolívar, he allí el camino…!
15 de Agosto de 1805, con 22 años recién cumplidos, una vida breve llena de tragedias y tristezas, pero con un sabio, casi un padre y amigo llevándolo de la mano a través la historia de pueblos políticos, militares y filósofos. Llegaba Bolívar a Monte Sacro con simón Rodríguez y Fernando de Toro, tres caballeros que venían caminando desde Francia, Qué aventura fascinante…!, contemplando la majestad de las maravillas alpinas, tiempo tendrían de conversar acerca de los asuntos trascendentales del momento, los pormenores que llevaron al pueblo francés a clamar por la república y acabar con la monarquía, de cómo la suma del pensamiento de la ilustración se convertía en la fuerza que precipitaría las masas a desatar las ataduras de opresión al caro precio de sangre y la traición de que fueran objeto los revolucionarios que se deleitaban en las ideas de Rosseau, favorito por cierto de Simón Rodríguez.
El Emilio de Rosseau era el libro de cabecera de Simón Rodrigues convencido plenamente que el hombre es mas libre en cuando es mejor instruido, era la educación su obsesión y era Bolívar el recipiente de todas esas ideas revolucionarias que cambiarían el rumbo de la humanidad.
Allí estaban los tres caballeros en Monte Sacro, su vista se extasiaba ante lo que representaba aquella monumental ciudad, hoy para muchos una maravilla turística, pero para aquellos soñadores la cuna de todas las injusticias de la humanidad. Así lo vio Bolívar durante toda su vida y consecuente con esa idea persistió en que los pueblos deben emanciparse primeramente de la influencia antirrepublicana imperialista que tiene su génesis en el pensamiento de Roma.
En febrero de 1819 trataba Bolívar de dibujar en la mente de los constituyentes la manera de zafarse del maleficio que representa un cuerpo jurídico bajo los parámetros de las leyes imperiales cuya génesis era el imperio romano y advirtió con vehemencia: “¿No dice el Espíritu de las Leyes que éstas deben ser propias para el pueblo que se hacen? ¿Que es una gran casualidad que las de una nación puedan convenir a otra? ¿Que las leyes deben ser relativas a lo físico del país, al clima, a la calidad del terreno, a su situación, a su extensión, al género de vida de los pueblos? ¿Referirse al grado de libertad que la Constitución puede sufrir, a la religión de los habitantes, a sus inclinaciones, a sus riquezas, a su número, a su comercio, a sus costumbres, a sus modales? ¡He aquí el Código que debíamos consultar, y no el de Washington!”
Con toda modestia digo que estoy persuadido que esas palabras de Bolívar encierran gran parte de la solución para el despeje de esa maravillosa incógnita. Bolívar 14 años después del Juramento del Monte Sacro mantiene intacto su pensamiento, es consecuente, monolítico, vertical, inamovible, Bolívar es Crístico…!
En oportunidades Bolívar hablaba en términos de convertirse a una causa “La libertad americana” y eso no era un slogan publicitario, sino que en sí mismo encierra su filosofía, es el modo de vida americano como nueva especie humana, no creada por él, sino ancestral, propia, autóctona pero con elementos progresistas foráneos. Se trata de una concepción de vida no influenciada por los elementos jurídicos que doblegan las conciencias que partiendo de una visión errada de lo trascendente que convierte al ser humano en instrumento provechoso para quienes ostentan el poder so pena de ser proscrito y castigado, la religión como elemento fundamental del derecho. las leyes que solo ven en el castigo el único modo de reparación de daños que por esta vía nunca son reparados. Leyes que han metido a la humanidad en una camisa de fuerza de toda clase de injusticias.
¿Tiene la Revolución Bolivariana realmente la intención de despejar la misteriosa incógnita del hombre en libertad? pienso que si, pero tenemos que hacer esfuerzos colosales para ilustrar cada vez mas a nuestra población respecto muchas verdades aun ocultas, a fin de que su participación política sea cada vez mas conciente de los retos que enfrenta. El Apóstol Pablo escribió con mucha sabiduría: “Si la raíz es Santa, las ramas también lo son” la contraparte sería: Si la raíz no es Santa las ramas tampoco lo son. Por tanto, si la raíz, política, filosófica y jurídica sigue siendo en principio lo que se deriva del derecho romano, entonces esta revolución tristemente no va a ninguna parte, he allí donde han fracasado otras revoluciones. Pero si en cambio avanzamos hacia la comprensión de la verdadera justicia y el verdadero derecho y entre todos implementamos los cambios necesarios en nuestra constitución, entonces, como dijo Allende: “Se abrirán las anchas alamedas por donde transitara el hombre nuevo”
La revolución Bolivariana solo triunfará si tiene la capacidad de construir ese hombre nuevo, el hombre en libertad.
Amilcar Briceño
Poeta – Cantautor
aaaaamilcar@hotmail.com