Al haber participado en el encuentro denominado “Intelectuales, democracia y socialismo: Callejón sin salida y caminos de apertura” entre el 2 y 3 de junio, no puedo perder la oportunidad para dejar por escrito algunas ideas expresadas en mis reflexiones del día 2 de junio.
No puede haber socialización de los medios de producción sin antes haber socializado los valores socialistas que garanticen una verdadera revolución socialista, y esto, aún no lo hemos hecho en Venezuela. La corrupción y aún más, la impunidad heredada de la “adequidad” no ha sido removida, ni siquiera tocada, y nuestra cultura política está totalmente permeada de ella. La corrupción en nuestro país sólo se acusa por interés político de desplazamiento del poder y por diferencias personales, se pretende argumentar estas acciones desde lo ético pero terminan siendo patrañas sin interés ético real, y mientras tanto los corruptos siguen impunes, los corruptos son los que denuncian y no los denunciados, esto no se aplica en todos los casos pero tiene una alta recurrencia.
Todo lo anterior nos conduce a la kakistocracia, el gobierno de los peores, ya que los mejores para ejercer el servicio público muchas veces se restringen por el temor a ser maltratados, acusados falsamente, o verse incursos en hechos irregulares por patrañas o envidias. La corrupción entonces, pone en riesgo la socialización de los medios de producción y conduce a la socialización de los antivalores socialistas.
La corrupción, la impunidad y la inseguridad tienen, entre otros, un origen común en nuestro país: La cultura rentista, hija de la cultura “saudita” como consecuencia de la explotación del petróleo. La “deprivación relativa” (relación entre las expectativas creadas y las satisfechas) que se genera en los sectores vulnerables hace incurrir en la violencia, entre otras cosas, por no cumplir con los deseos fomentados por los medios publicitarios que te invitan a tener más sin fortalecer el valor del trabajo para la obtención de las necesidades materiales, y el hedonismo como meta de vida, conducen a los ciudadanos de nuestro país y a parte de nuestra clase política “roja, rojita” a generar una profunda contradicción entre lo que se dice y lo que se hace.
Sin embargo, Venezuela es en la actualidad el centro de debate mundial sobre las alternativas viables ante el fracaso del capitalismo. Esto es consecuencia de la política desarrollada por el Presidente Hugo Chávez, que ha revertido los estándares de hacer política y ha puesto en el tapete al socialismo nuevamente como alternativa, aún a pesar de haberse decretado su muerte y aún más, la muerte de las ideologías en los años 90.
Para lograr la consolidación del proyecto socialista en Venezuela que ha generado tanta expectativa en el mundo, existe un problema estructural a solventar que acompaña a la corrupción en nuestro país, el “Gendarme Necesario”, el “Cesar” que nos guíe, el “iluminado” que nos guíe. Esto ha sido parte de nuestra cultura política, es por ello que si deseamos un verdadero socialismo debemos pasar del “Yo” al “Nosotros”, a través de la concreción de una verdadera democracia participativa que supere esta “poliarquía” evolucionada (con el perdón de Robeth Dahl, autor de la tesis sobre la poliarquía) que aún no llega a ser una “democracia participativa” aunque pretende ser una “democracia sustantiva”.
Para lograr el objetivo de llegar a una verdadera democracia, tendrá que constituirse un verdadero Poder Comunal, que es la encarnación del “Nosotros que necesitamos” para triunfar en el objetivo de establecer un modelo socialista venezolano, pero en la actualidad, el Poder Comunal es un deseo lleno de ciudadanos con muy buena voluntad pero poca formación para lograr constituir un Poder Comunal sólido.
Es por ello que el más trascendente objetivo revolucionario de Chávez debe ser que él no haga falta, que tengamos un verdadero partido socialista, un poder comunal autónomo, creativo, autogestionador, propositivo y fundamentalmente un socialismo constituido por socialistas, y para eso falta aún más esfuerzo y un gran equipo no sólo operador sino, pensante, que acompañe a Chávez en la creación del modelo que deseamos.
Quiero concluir estas ideas con un comentario hecho por miembros del Consejo Comunal “Ayacucho, Tres Lunas a Blandín” de la cortada de Catia, en el marco de una investigación sobre la democracia:
A103. […] yo me acuerdo que yo le hice una entrevista a un señor una vez en la calle, y él me dijo: “ah tú como vocera eres la voz cantante”, y a mí eso nunca se me olvida. Y me dio rabia que este señor me dijera eso, y entonces yo le dije: “nosotros, en pocas palabras, nosotros somos los chismosos”, y él se echó a reír; “nosotros somos los chismosos, a nosotros nos meten el chisme y aunque yo no esté de acuerdo con ese chisme yo voy y agarro ese chisme y lo llevo donde lo tenga que llevar”, y él se echó a reír y me dijo: “oye pero que clara eres tú”, y yo le dije: “no, porque voz cantante no soy”.
Dejemos de ser una voz cantante y pasemos a ser los chismosos y llevemos los valores socialistas y el mensaje de transformación, a donde tenemos que llevarlo, a la gente, al pueblo.
nicmerevans@gmail.com