Sin tantos estudios de filosofía marxista ni de economía política, lamentablemente sólo con algunas y con vivencias en la juventud comunista y los años que llevo en la gran escuela de la vida, donde de igual manera aprendí a cuestionar ideas y momentos políticos y a evaluar a la gente no por lo que dice sino por lo que hace y no por lo que pregunta sino por lo que responde; y con el propósito de que mis palabras en vez de que sembrar dudas a las que no doy respuestas, sirvan más bien para esclarecer y comprender la objetividad de los hechos y, dado que mi compromiso es con el hermoso proceso revolucionario que vive no sólo mi patria sino Latinoamérica, asumo responder con algunas reflexiones que espero no le produzcan disgusto, sino que lo hagan comprender el mejor oficio que haría dando respuestas y no dejando sus preguntas al voleo en donde de manera muy ligera podrían anidarse sentimientos contrarios al triunfo de nuestra Revolución.
Cuarenta y
cinco años de militancia en el Partido Comunista, no lograron la toma
del poder, ni lograron que la mayoría de nuestro pueblo tomase conciencia
de la explotación usurpadora que sobre esta industria petrolera realizaban
las empresas Yanquis , ni manera de detenerlas, lo que si se ha logrado
bajo el gobierno de nuestro líder Hugo Chávez que la nacionalizó
y la puso al servicio del pueblo y en donde existen, sólo y nada más,
en la faja del Orinoco, asociaciones con innumerables países, las que
usted llama como mixtas y tienen en todo caso una mayoría accionaria
siempre de Venezuela para tener el caballo tomado por las riendas, que
posiblemente se exploten bajo esta figura por no contarse con el capital
ni la tecnología necesaria para llevarlas a cabo.
Cuarenta y
cinco años de lucha no permitieron la participación del soberano en
la elaboración de leyes de ningún tipo que favorecieran al pueblo,
cosa que hoy en día ha cambiado, en sólo diez años, luego de la
convocatoria a Constituyente de nuestro Comandante Hugo Chávez
de donde nació, en 1.999 nuestra Constitución Bolivariana,
en la que probablemente hagan falta correcciones y observancias
como la que usted menciona, pero que en general es la voz de
un pueblo que las aprobó democráticamente y que son la base sobre
la cual la Quinta República engrandece a la inmensa
mayoría de los habitantes de Venezuela.
Cuarenta y
cinco años en los que las luchas sindicales terminaron manteniendo
viva a una CTV mayoritaria y al servicio de los gobiernos
adecos y copeyanos en donde se le quitó al obrero todas sus
reivindicaciones salariares sin que ninguna fuerza fuera capaz de impedirlo
por lo que hoy día se hace el esfuerzo de crear esa conciencia que
usted propone llevar a unas elecciones para volver a darle el poder
a fracciones reaccionarias y antes de tener cuadros formados para una
victoria. ¿Eso se lo enseño el PCV?
El gobierno que ha tomado el camino de construir el socialismo a diario entrega empresas a los obreros y genera economías de producción socialistas, ¿o no recuerda la Gaviota, o las empresas terceristas que fueron nacionalizadas en Sidor y en PDVSA Maracaibo y a cuyos obreros se les está incluyendo en la nómina fija de la empresa, por sólo nombrarle algunas de muchas más que usted conoce???
Creo que sus
referencias sobre los créditos de Brasil o las medicinas, que son fabricadas
en su gran mayoría en Cuba, dejan un hueco bastante agrio donde se
le hace fácil sembrar dudas y sospechas sobre nuestro proceso a sus
más recalcitrantes enemigos, igual dice usted que no cree en Mesías
ni en profetas y como lo deja hasta allí y no se expresa de manera
“objetiva” diciéndonos a que o a quien se refiere cuando habla
de mesías, le pregunto: ¿Habla de nuestro comandante? ¿El Mesías
celestial en que su ateismo no cree es el líder de nuestra Revolución:
Hugo Rafael Chávez Frías? Hable más claro y sin tapujos y no
de manera guabinosa, no creyó usted en Lenin, no creyó
usted Fidel, ni en tantos otros, no creyó nunca que una revolución
tiene un líder al mando que la conduce y la dirige en la historia?
Vietnam, China, Rusia, Cuba, ¿no aparecían en sus libros?
Yo creo que
para que entendamos mejor podría bien usted responderse sus propias
preguntas y hacer una similitud a cuando dice que no cree en lo que
la gente dice sino en lo que hace, para que nosotros, sus lectores,
no creamos en lo que la gente pregunta, sino en lo que la gente responde.
Quisiera que
me dijera en que parte de su discurso o en cual de sus preguntas usted
incluye al imperialismo o lo denuncia, o lo ataca, que creo que compartimos
como el enemigo de siempre y que debe ser entonces el objetivo de nuestros
ataques, dígame en donde o cual de sus preguntas sirve para tomar conciencia
antiimperialistas. Dígame que piensa del Partido Comunista de Venezuela,
que igual al de Cuba, cuando Fidel triunfara en la sierra, se
han sumido a las luchas tanto de Chávez como de Fidel y toman posiciones
nada ególatras y egoístas sino de dar lo más posible para salvaguardar
el proceso tan hermoso de nuestras revoluciones y que cuando tiene alguna
posición que no comulga, no se olvidan aquella vieja frase que nos
enseñaron de que los trapitos sucios se lavan en casa y jamás los
he visto salir a hacer preguntas sino a dar respuestas ni ha decirnos
de sus años de experiencias que son algunos más que los suyos, pues
ya va a cumplir el próximo año 80 años de fundado y hoy se mantiene
en la lucha dentro de la revolución de una forma digna y ejemplar.
De esta manera,
respetado compatriota y camarada, si fuese tan amable en responder sus
mismas preguntas o proponer las cosas como usted piensa que se debieron
hacer desde hace tantos años y que ni usted ni sus camaradas hicieron,
sus preguntas no dejarán tantos espacios de duda hasta sobre sus propias
posiciones, porque al terminar de leerlas yo, que siempre lo leo
y que le guardo un gran respeto, que lo he defendido en más de
una oportunidad, me siento confundido. Soy yo el que me pregunto ahora
después de leer la intención de sus preguntas si usted está con
la Revolución Socialista que comanda nuestro Presidente Hugo Chávez
Frías o está en contra.
Errores y fallas
todos sabemos que hay en el camino, pero también hay una manera de
dar la lucha para corregirlas que no esté tan perfumada de odios personalistas
a nuestro comandante, que al fin y al cabo a pesar de las fallas que
tengamos, logró tomar el poder que nunca la izquierda logró, en
79 años de luchas. Vale más entonces si se dice que el compromiso
es con Venezuela aportar respuestas antes que preguntas intrigantes.
Y como usted
sabe tanto, como dice, como sabemos, podría colaborar mejor respondiendo
que preguntando.