Apuntes para la elaboración de una estrategia revolucionaria, bolivariana y socialista en tiempos de traición

En defensa del proceso revolucionario en Venezuela. Parte XIX

 

Cabe aquí una advertencia: bajo ninguna circunstancia se debe igualar el concepto 'pueblo' con las clases trabajadoras. La ideología capitalista está basada en la utilización del concepto 'pueblo' con fines de velar la existencia de unas clases sociales antagónicas. Así es como este concepto incluye a individuos que forman parte de la alta burguesía, de la jerarquía eclesiástica, del golpismo, del puntofijismo, y los más humildes de nuestros compatriotas. Este término afecta al análisis de clase; de hecho, niega la lucha de clases y postula el consenso de clases, es un concepto cristiano, liberal y democrático-burgués que invoca la libertad, fraternidad e igualdad de 'todos'. En realidad y desde el punto de vista de una transnacional como la Exxon Mobil por ejemplo, que realiza un billón de dólares por semana en ganancias, el concepto 'pueblo' tiene una connotación netamente capitalista, que sólo ve y busca consumidores. La clase trabajadora venezolana tiene que aprender que el concepto 'pueblo es engañoso, ya que tiene el objetivo de esconder la existencia de clases sociales antagónicamente opuestas, y con ello la lucha de clases, que es el verdadero motor de la historia y de la emancipación.

En cuanto a las lecciones que nos ha dado la Revolución China, y de manera análoga la defensa de la Revolución Bolivariana durante el golpe del 2002, para nosotros son relevantes cuatro puntos con miras a las nuevas tareas y la defensa de la revolución en el año 2008:

Primero, la revolución china sólo pudo tener éxito debido a que contó con el apoyo activo de las masas trabajadoras rurales, que formaron la base social de la revolución y tenían una larga tradición de resistencia. En vista de las condiciones dadas en China, las iniciativas simultáneas a emprender una revolución agraria y una política anti-imperialista, marxista, fueron complementarias por naturaleza. Lección para nosotros: Si queremos lanzar otro proyecto de reforma constitucional, este debe basarse explícitamente en una política anti-capitalista, anti-imperialista y pro-socialista, marxista; de otra manera será inútil y fallará de nuevo.

Segundo, los movimientos campesinos cuyos cuadros Mao Tse Tung ayudó a entrenar en la escuela de adiestramiento del Kuomintang (Partido Nacionalista Chino originado en 1912), hasta julio de 1927 formaron el núcleo organizativo de la guerra popular revolucionaria en China. Una revolución socialista es una guerra del pueblo en armas, contra la barbarie capitalista metropolitana. Sin las armas de la praxis, de la teoría y del armamento moderno, lanzar una revolución socialista es un suicidio temerario.

Tercero, la solución de la cuestión nacional de la soberanía en China dependió de dos precondiciones:

a) La liberación del yugo del imperialismo.

b) El establecimiento de condiciones democráticas en la estructura política y socio-económica del país.

En teoría, ambos factores se toman en cuenta en la Revolución Bolivariana, sin embargo, llevarlas a cabo contra el sabotaje de una galaxia de mafias económicas y políticas, es otra cosa.

Cuarto, la revolución en China fue encabezada por un Partido Comunista, que aceptó al marxismo como su ciencia y filosofía revolucionaria, y que desde 1925 en adelante había iniciado una política muy sutil de mediación entre las exigencias de un amplio frente antiimperialista, una reforma social instantánea, y el objetivo a largo plazo de una sociedad comunista. Para salvar la Revolución Bolivariana, para no perderla, lo cual es muy posible, debemos estudiar muy cuidadosamente la estrategia china mencionada arriba y derivar de ella nuestras propias conclusiones tácticas.

Originalmente el partido comunista chino estuvo subordinado al Kuomintang burgués cumpliendo las directrices del Comintern estalinista. Sólo cuando Mao Tse Tung liberó al movimiento revolucionario del consenso de clase y de las directrices desde arriba, fue posible encaminar la revolución socialista hacia niveles más elevados de victoria.

Revolución Bolivariana, integración de América Latina y socialismo mundial

En lo que concierne a las estrategias y tácticas precisas para la revolución anti-capitalista en nuestras latitudes, en diciembre de 1982 en una entrevista con Germán Wettstein para los 'Cuadernos del Tercer Mundo' (México), aplicando la economía política marxista, la dialéctica social y la teoría revolucionaria, indiqué la necesidad de la integración latinoamericana, del ALBA, y del nuevo tipo de guerrilleros que urgentemente deben defender la revolución socialista en América Latina. (1)

Entre otras cosas, comenté:

(Pregunta) "G. W.: Antes de seguir adelante me gustaría conocer su opinión sobre las posibilidades de aplicar ese tipo de 'guerrilla económica y tecnológica7 a países de América Latina.

(Respuesta) FJTL: En el Tercer Mundo, debido a la importancia de ciertas materias primas (y es el caso de Venezuela con su petróleo) los trabajadores — y iodos los trabajadores agrupados de los países de la OPEP - tienen un papel muy importante que desempeñar en ¡a transición del capitalismo al socialismo. Los trabajadores vinculados a la industria petrolera tienen un papel de vanguardia, en cuanto se refiere a la clase obrera del Tercer Mundo. ...

... Del mismo modo veo una tarea trascendente del proletariado venezolano con relación a los demás países del Pacto Andino; porque sólo por la unificación de varios países, con intereses complementarios y productos para colaborar en el desarrollo mutuo será posible romper la división internacional del trabajo. Y ésta, lo repito una vez más, es la causa de todos los problemas. Es dentro de este contexto que es posible aplicar la guerrilla económica y tecnológica. …

... Podemos pensar en nuevas relaciones, más allá de América Latina, en el caso de la bauxita, que existe en Surinam, Guyana, Jamaica y también en Guinea y hasta en China sí ella quisiera intervenir. En síntesis, se trata de convertir ¡as materias primas estratégicas en herramientas de la revolución, para la emancipación en este mundo capitalista.'' (2)

En cuanto a la problemática de la noción de lo nacional1 en un mundo globalizado, ya en 1982 expliqué la urgencia de la solidaridad y cooperación internacional de las clases trabajadoras del mundo:

Allí está el punto de unión entre un trabajador africano de las minas del Sur, con el de las minas de cobre de Chile, e! de las de estaño de Bolivia o el de la industria petrolera venezolana. Este es el punto que hay que entender en primer lugar: las verdaderas estructuras de clase en América Latina; entender el sistema económico en diferentes países y entender las conexiones con la sociedad internacional. Las dificultades entonces, derivan del muy bajo nivel de conciencia o de falta de movilización política, y también de los conflictos o las divisiones entre los diferentes partidos socialistas. (3)

Lo necesario: Un partido revolucionario marxista de la clase obrera venezolana

Lenin insistió que los trabajadores activos, progresistas y su liderazgo deberían formar el núcleo revolucionario de un partido socialista de vanguardia de los trabajadores. Debe ser de, por y para los trabajadores. Debe organizarse por los trabajadores mismos y estar a su servicio, debe defender sus intereses de clase. Claro está, otros sectores pueden unirse a la lucha, pero sólo si ellos fomentan y apoyan los intereses y metas de clase de los proletarios.

Ahora, según Lenin, ¿cuándo tenemos una situación revolucionaria? ¿Ahora tenemos una revolución social en Venezuela, podemos conquistar el poder social? En resumen:

Una situación revolucionaria, es decir, la posibilidad de conquistar e! poder social existe cuando se consigue la asimilación de ¡as acciones entre la vanguardia revolucionaria de los trabajadores y las masas, y cuando al mismo tiempo la conciencia política de la vanguardia se ha convertido en conciencia revolucionaria.

Esto significa que al fin la revolución social tiene une praxis y una teoría, y se ha convertido en una revolución socialista, en el sentido marxista." (4)

Seguramente, aunque estemos politizados, aunque hayamos hecho tremendos sacrificios hayamos trabajado duro para nuestra preparación revolucionaria, lo arriba mencionado todavía no es el caso de Venezuela; puede volverse una realidad en un futuro, pero sólo bajo la guía de un verdadero partido socialista de vanguardia obrera.

Claro está, aquellos trabajadores quienes están al frente de la lucha de clases en Venezuela contra sus amos explotadores y quienes están adquiriendo una verdadera conciencia de el ase, una conciencia proletaria, forman la vanguardia socialista de Venezuela. En lo concerniente a una verdadera teoría revolucionaria, lógicamente ellos son los más avanzados. Ellos saben lo que es la explotación, la dominación, la discriminación, la violencia y la alienación en el capitalismo; ellos saben qué significado tiene la lucha de clases. En cuanto a esto, he observado lo siguiente:

A estos trabajadores no los deberíamos frustrar; no deberíamos reemplazarlos por fuerzas reaccionarias retrógradas del viejo régimen. La propia categoría, 'partido revolucionario', tiene su base analítica, su teoría revolucionaria en el postulado emancipatorio que dice que el socialismo es una ciencia muy complicada y una filosofía muy compleja, la cual no se puede adquirir o dominar colectivamente dentro de pocas semanas o mediante unos simples 'talleres' de corta duración. (5)

En conclusión, quien va a emancipar a Venezuela no puede ser otra que su clase trabajadora, en alianza con los campesinos y los elementos más progresistas de las demás clases sociales, siempre y cuando su lucha se enmarca en la lucha consecuente contra el capitalismo a escala mundial en unión con las clases trabajadoras del mundo.


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José Antonio Velásquez Montaño


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