Decía Carlos Marx que el marxismo no buscaba paliativos para “mejorar” la sociedad existente: se trataba de crear una nueva. Decía el Che: para crear una nueva sociedad hay que crear el hombre nuevo.
Ayer Chávez fue más claro:
en la sociedad capitalista todo es convertido en mercancía, para
tener la sociedad socialista el concepto de
“mercancía” debe “borrarse de nuestro código de funcionamiento.
Ya hace días que se nos ha tildado de ser una sociedad progresista, esto hay que desmentirlo, progresista es aquella sociedad en la que el capital hacen uso de un “marketing” izquierdista: ya que ganamos tanto podemos repartir un poco, repartos gratuitos de la plusvalía en donde no esta en juego
nada concreto. Las empresas
están para ganar plata. Mantener el sistema que les permita ganar,
es decir la vigencia del derecho de “propiedad”, si es una obligación
de los accionistas que terminan pagando bien caro la negligencia gerencial
en esa materia, así pagan esta forma de demagogia .Ese es el traje
de “progresismo”.que no le sirve muy bien a nuestro socialismo.
En el capitalismo no hay mercancía
por buenos sentimientos de nadie, mucho menos por la bondad de
los políticos que representan al capital de otros, la hay por
puro egoísmo, por ambición, por deseo de lucro. La mercancía es
la oferta del ansia de riqueza de quien la fabrica y en ella esta
implícito el robo del valor del trabajo de los hombres que produjeron
esa mercancía.
En el capitalismo todo debe
dar una ganancia monetaria, en el socialismo no. El socialismo
funciona en procurar felicidad a los seres que conviven en la sociedad,
darles saberes para eliminar el analfabetismo es un gasto social que
no trae ganancias económicas, trae la ganancia moral de una patria
con mas capacidad de preparase y de asumir con mas eficacia y conciencia
su propio futuro.
Pero lo más importante sucede
en el interior del hombre de la transición: siendo un soldado de
la transformación persiste en su mente el valor de la riqueza,
del deseo de complacencia material para su persona. En algún lugar
esta sacando cuentas en dinero o en bienes materiales: la camionetota
es el ejemplo más clásico en nuestro socialismo. Es una fijación
obsesiva heredada de la sociedad burguesa, son los patrones del
consumo que persisten a pesar de la toma de conciencia revolucionaria,
es el concepto de la jerarquía laborar que nombraba el presidente en
alo presidente, ser más, sobresalir, tener privilegios.
El cambio de valores resulta
incomodo y difícil, cambiar los valores materiales por los morales
o los espirituales es una cuesta dura de escalar en el intento de crear
la nueva sociedad, el Che fue insistente en esto porque veía la dificultad.
En un periodo de transición es aun más difícil, pues conviven los
dos valores, se fomentan los valores del hombre nuevo y la televisión
y todos los medios de dominación de la sociedad de consumo están
bombardeando las conciencias creando apetencias materiales.
Son los valores éticos y morales
quienes sostendrán el cambio, la transformación del pensamiento individual
por el social los que darán la base al hombre nuevo, la conciencia
de lo perverso y fatal de la sociedad de la mercancía y lo necesario
del pensamiento social lo que sostendrá en quienes militan en el
sueño de transformación.
La mentalidad de compra venta,
el dinero como valorizador de todo tiene que terminar por asquear a
aquellos que puedan lograr mirar hacia el futuro, rompiendo el cerco
óptico de la gríngolas que le sometieron desde la infancia. La mujer
y el hombre nuevo rescatarían la mística con la que tantos otros
fueron a dar sus vidas en las guerras por la justicia reclamada, la
bandera de Bolívar debe volver a nuestras almas, la mirada
del Che, sobre aquella batea de escuela en
Bolivia con sus cabellos despeinados
coronando su delirio, deberá iluminar nuestra infinita capacidad
de perseguir el sueño de Hombrenuevo.
El Hombrenuevo no se vende,
es ejemplo permanente del camino al futuro. No acepta privilegios, es
ejemplo de entrega, humildad y humanismo. Nunca será tentado por el
valor de las monedas para traicionar un compromiso interior con su destino.
Che, seguiremos adelante,
Padre de la mujer y del hombre nuevo.
Amigo.