¿Y no es que Colombia sola no puede controlar el narcotráfico y mantener a raya las Guerrillas, por lo que tiene que recurrir al apoyo humano, logístico y armado de los Estados Unidos pero a la vez y en una marcada contradicción, si tiene soldados para mandarlos a morir en la guerra de nunca acabar en Afganistán?
Tal comportamiento es una evidencia más de que la entrega de la soberanía que el gobierno colombiano le hace al gringo, para que plague de bases militares un territorio que no le corresponde porque es el pueblo el único dueño, de una soberanía que un presidente como Uribe entrega, de manera incompresible para que sea ocupado, en función de fines intervencionistas en otros países como el nuestro.
Qué bien sigue el moderno Santander que es Uribe, el guión que le dictan los Estados Unidos, en una concreción de aquella premonición de nuestro Libertador: “Los Estados Unidos están destinados a plagar la tierra de hambre y miseria en nombre de la Libertad” Nuevamente un traidor, parido por un país al que Venezuela con Bolívar a la cabeza le dio su libertad, aparece después de 200 años para prestarse a que Estados Unidos desde su territorio, se prepare para lanzar sus garras colonizadoras por la vía bélica, (porque allá ya lo logró sin disparar un tiro), contra la patria donde nació el Libertador y contra el hermano Ecuador, dos países Bolivarianos que pretenden recoger las banderas de la verdadera independencia, truncada precisamente por la contribución de un traidor, que ahora pareciera regresar de su tumba, reencarnado en Uribe para hacer efectiva y repetir contra los hijos de Bolívar, la acción artera que el inefable “héroe” colombiano les dejó como herencia.
Es doloroso tener que presenciar tan terrible entrega de la soberanía de un país hermano, por un gobernante que obedece sin chistar la voluntad del imperio, porque no puede de ninguna manera oponerse porque seguramente le dieron a escoger entre su anuencia o enfrentar la justicia internacional, por sus inocultables vínculos con el narcotráfico y el paramilitarismo que tantos daño le han causado a la vida de ese país hoy arrodillado ante un poder extranjero.-
QUE SEA LO QUE DIOS DECIDA.-
Bien rápido que se quitó la careta “el bueno” de Obama quien en la Ultima cumbre en la que coincidió con Chávez, se mostró como una esperanza de que los desmanes genocidas de su antecesor no se iban a repetir y que todo iba a quedar en el pasado; pareciera que el libro que el comandante le regaló, se le quedó en el hotel o lo tiró al mar desde el avión que le regresaba a Washington, los hechos hablan por sí mismos, el envío de más tropas a Afganistán, el golpe en Honduras que no se ha podido revertir aun con el pueblo en la calle, primero por su ambigüedad, luego por su casi abierto y ya no solapado apoyo a los golpistas, la ocupación territorial de Colombia nada menos que con siete bases que pretenden disfrazar como acciones contra el narcotráfico y la guerrilla, el primero incrementado en producción al máximo en el país vecino y en consumo en el país del Norte, lo cual es una muestra irrefutable del poco interés en acabar con ese flagelo y el segundo inacabable porque lo gringos no saben pelear, lo han demostrado, contra los movimientos guerrilleros, si lo supieran ya no habría guerrilla, pues ahora mismo las bases existentes dan para eso y mucho más.
Lo que en realidad sucede es que el verdadero interés es económico, el real objetivo es la reserva de petróleo más importante del mudo que está aquí y para ellos estar en Colombia, con la inusitada fuerza armada que van a instalar, es estar prácticamente a tiro de escopeta del botín que quieren conquistar con sangre, colocando aquí un títere cual Uribe, que le levante la falda a la sagrada soberanía, para que la violen y de nuevo den al traste con el sueño de Bolívar en el cual hemos avanzado a pesar de las zancadillas y el poder que manejan, al contar con la mayoría de los medios apátridas que aquí tenemos.
Chávez no se equivoca cuando afirma lo que aquí yo recojo, el ataque está siendo planificado, las bases son para eso y queramos o no, vamos a tener que pelear, en desventaja, pero con el honor que nos da el ser hijos de Bolívar y con la ayuda de Dios que es socialista. Que sea lo que El decida.-
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