Nosotros les podemos dar ventaja y en lugar de buscarles grandes ligas, en la materia que los tenemos por cientos, bastaría formar un equipo con estudiantes de la carrera de educación para que les hicieran pasar la vergüenza, o mejor para que tuvieran que confirmar su analfabetismo craso en este tema tan importante del quehacer educativo.
Lo de ellos es oponerse, como no tienen discurso, ni proyecto, se agarran de la Ley como una tabla de salvación, sin darse cuenta que desconocen todo sobre ella y que al no tener propuestas, como ha quedado demostrado cuando se les increpa a que argumenten, simple y llanamente resuelven la cosa gritando como lo vimos reflejado en la última marcha fúnebre que realizaron.
No tienen con qué y mucho menos con quienes, de este lado están los experimentados, los que saben como se vate el cobre, en el campo educativo, los que han vivido los enormes vacíos de nuestro currícula, la deshumanización casi total de los contenidos, la formación de autómatas acríticos, para ser marionetas del imperio, los consumistas de chatarra y trapos de marca, los desconocedores de nuestros origines, de nuestra historia, del legado de nuestros héroes y sobre todo del preclaro y visionario pensamiento de nuestro Libertador, de cuyas ideas surge gran parte de la novísima Ley hoy vigente y atacada por todos los flancos, precisamente porque es buena y toca intereses bastardos y entreguistas de los traidores.
El Capriles R., quien tiene a cuestas el asalto a una Embajada y la detención ilegal de un ministro entre otras perlitas, en una crasa ignorancia de la Constitución que expresamente prohíbe los referenda abrogatorios contra asuntos que tengan que ver directamente con los derechos humanos, monta un show, en un intento más de engañar al grupo de disociados que le siguen, quienes por supuesto no se han leído la Ley y no se han enterado que su petición va ser rechazada por los organismos competentes.
Cada vez demuestran más, que están descalificados para gobernar por lo que no volverán, al pueblo no se le convence con acciones de calle, por lo general violentas, con consignas estúpidas, insultantes y repetitivas, al país de ahora, al alfabetizado, al que se siente reconocido como humano, a ese se le convence con proyectos, alternativas, propuestas que superen las existentes y de esas son de las que carecen quienes pretenden volver con la bandera gringa en alto. ¡Olvídense¡.
PARAMILITARES EN VENEZUELA, UN HECHO IRREFUTABLE
Yo no sé porqué es hasta ahora se viene hablando de los paramilitares, que son una creación made in Colombia exportada ex profeso, o forzada a emigrar para venir aquí a hacer lo único que saben: matar, sicariar, secuestrar para venderle al mejor postor a quienes tienen la mala suerte o la desgracia de caer en sus manos.
Desde que se inició la llamada desmovilización en el país vecino, hermano como generalmente se le llama, pero con un gobierno hostil, traidor a quienes con su sangre y heroísmo le dieron la Independencia a esa nación, se propició al no cumplirle a los desmovilizados las promesas para su reinserción a la vida social, o porque muchos de ellos sabían que lo ofertado no era lo suyo y optaron por venirse con todo su bagaje de conocimientos y entrenamientos para delinquir y muchas veces amparados, protegidos por los enemigos de la revolución, utilizados por los autores intelectuales de los más de cien (l00) campesinos asesinados, o para causar disturbios en cada oportunidad, en busca de sangre y muerte para intentar ahora como en abril del 2002, cualquier intento de repetir lo de Honduras en este país.
No es descartable que a estas alturas muchos de ellos estén dotados de cédula venezolana, por supuesto, de manera fraudulenta, con expedientes llenos de documentos sin respaldo, forjados o dotados por empresas, a conciencia.
De esa manera ya existe un número apreciable, que incluso vota y que pudiera ser una explicación de las derrotas de la Revolución en los Estados fronterizos; eso ha sido denunciado pero pareciera que no existe interés real en investigar y buscar a esas personas donde estén, investigar cada cédula y remitirse a verificar el expediente mediante el cual la obtuvieron y allí por ejemplo verificar las constancias de trabajo, de residencia etc., y si fueron votantes; no es nada difícil pero se requiere voluntad política y un equipo de expertos que se dedique exclusivamente a ello. Si así fuese las sorpresas serían numerosas y dejarían boquiabiertos a más de uno. Estamos a tiempo.
Por otro lado se debería deportar a cada indocumentado de origen colombiano, porque sea paramilitar o no, nuestro país no puede seguir aliviándole los problemas a un gobierno que prácticamente nos ha declarado una guerra, una de cuyas estrategias bien puede ser la invasión silenciosa de criminales de oficio.-