Es imposible que no se note cuando una persona lleva en el bolsillo de su vestimenta un aguacate, sobre todo si lleva un traje ceñido. Claro que se puede recurrir al uso de una capa, abrigo u otra prenda que disimule el bulto, pero llega un momento en que, queriéndolo o no, se le ve el bojote. Por más que se tongonee.
A propósito de lo anterior, no podemos dejar de mencionar la entrevista que hizo el viernes por la noche Viviana Gibelli a la pareja Ricardo Álamo y Marjorie de Souza, portando vistosos trajes rojos. Obviando lo insustancial de la charla, hay que admirar la sutileza con que se transmite un mensaje a través de los medios privados, privados de libertad por sus dueños, sin que éstos puedan hacer nada para impedirlo, como serían sus deseos. Así los entrevistados transmitieron su mensaje, sin que lo vieran los dueños.
Como es sabido, el rojo es un color primario, dominante y muy llamativo, sobre todo como parte de la decoración y de los escenarios, aunque también en la vestimenta de muchos personajes. Este color, por otra parte, tiene otras connotaciones desde el punto de vista político que muchas veces sirven a las personas, en circunstancias determinadas, para expresar lo que de otra manera estarían impedidas de hacer en dichos medios, sobre todo cuando tienen la posibilidad de elegir el traje, es decir que no sea del vestuario de la planta.
En la presente circunstancia que vive el país el color rojo tiene un alto contenido político, vinculado al proceso que se está llevando a cabo en el país. Es el color que simboliza la esperanza que millones de venezolanos tienen en este proceso, que no podrá ser detenido en su impetuoso avance por la voluntad de unos pocos que se niegan a aceptar que ya perdieron su oportunidad de servir al país y que su mejor servicio sería apartarse, sin seguir entorpeciendo, o tratando de hacerlo, ese irreversible proceso. Es el color que en estos días venideros, hasta la culminación del referendo confirmatorio, lucirá cada venezolano que sienta el orgullo de serlo y que se mostrará en su plenitud el 15 de agosto para que no quepa la menor duda ante el mundo de cuál es la voluntad del Soberano.
Gracias Viviana; gracias Ricardo; gracias Marjorie. Y gracias a tantos como ustedes que sin poderlo manifestar de otra manera porque los dueños de los canales no se lo permiten, han encontrado una forma tan sutil de hacernos comprender que ustedes también están con Venezuela.
P.D.: Me han llegado noticias según las cuales Marta Culomina y las cultoras del tribadismo, Patricia e Ibeyise, ya mandaron a confeccionar su atuendo de porristas, en color rojo naturalmente, para mover sus traseros tal como lo hicieron en su salida presurosa de Miraflores tras el fallido golpe de estado contra Chávez, sólo que esta vez los moverán en el comando "Maisanta" al ritmo de la consigna "Uh, ah, Chávez no se va".