Colombia, Perú
y Guyana son territorios no definidos en la integración de nuestro
continente y en ellos se apoya el Pentágono para mantener espacios
desde donde emplazar su poderío de dominación. El resto de los países
ha generado un renacer del pensamiento de la unión como único camino
para no seguir siendo territorios de reserva del imperio norteamericano
y seguir impulsando el crecimiento del nuevo modelo suramericano.
Hay más cosas
en juego, la discusión puntual sobre bases que ya fueron aprobadas
de manera irreversible y en donde el discurso de Uribe será una nueva
retórica de palabrerías huecas sobre el peligro del narcotráfico
y el terrorismo sin dialogicidad posible. Un verbalismo inútil que
sólo dará la vuelta al mundo rebotando de medio en medio pero que
dejará todo igual. Las bases van y punto.
Probablemente
a su regreso Hugo Chávez romperá relaciones con Colombia, ya
dejó todo preparado. ¿Qué es lo que está en juego?
¿Son estas bases tan sólo una aproximación del imperio para agredir
y someter a los gobiernos de nuestros mal llamados por ellos países
“progresistas”, ante el terror a la urticante palabra socialismo?
Los poderes
hegemónicos del capitalismo no tienen una visión tan de corto alcance,
en lo mediato ponen sus botas en cuanto territorio puedan ponerlo, pero
su objetivo, aun más allá de lo político, tiene un carácter militar
de dominación mayor: La Amazonía.
Ante la crisis
y agotamiento de recursos en aquellas tierras ya casi estériles en
recursos, resulta obvio, apoderarse de las fuentes de materias primas,
es lo fundamental en la estrategia. Amazonía es el mayor reservorio
mundial en petróleo y agua, en campos para cultivos y por demás hierro,
aluminio, cobre, uranio y pare usted de contar.
Unasur deberá,
como ya lo hizo Lula, pedir un encuentro con este impotente presidente
de color que tan poco poder tiene en el país que preside el presidente
Obama. Ese es el encuentro necesario al que se llegará como conclusión
en este encuentro. Para el imperialismo somos la gran mina, la fuente,
el dorado, el manantial de energía necesaria para el futuro. Que nosotros,
países de seres considerados inferiores, incultos, incivilizados, lo
cuál hasta cierto punto no deja de ser cierto, producido por su dominación
y explotación, no podemos ser quienes gerenciemos lo más preciado
en minerales, lo más imprescindible en poder acuífero, el reservorio
de subsistencia del planeta Tierra.
Brasil ha tenido
como parte de su doctrina militar esta posible amenaza de E.U. y siempre
se ha preparado para esa eventualidad, son poseedores del 12 % de las
reservas de agua del mundo, Venezuela la reserva de petróleo más grande
del mundo, y así país por país, toda Suramérica no deja de ser el
gran botín para la potencia del norte.
Estados Unidos
tiene un gran temor a las fuerzas indígenas que se han levantado por
todo el continente, los originarios pertenecen a etnias imprevisibles,
no han sido afectados por la dominación cultural, mantienen muy preservada
su naturaleza inicial y esto le complica su estrategia. Cada día se
hace más notorias las apariciones de todas las etnias defendiendo sus
territorios y de manera valiente han dado su sangre para marcar su presencia.
Perú, Colombia y Chile han cometidos una barbarie genocida
en contra de ellos, ¿Se le reclamará a Uribe la matanza de ayer en
Tumaco, Nariño, en donde se habla ya de doce asesinados del pueblo
indígena Awa? ¿Se le reclamará a Bachelet, todos los líderes mapuches
asesinados por el cuerpo de carabineros en la Araucaria?
Decía Bertold
Brecht: “importante es ante todo aprender a estar de acuerdo”.
Este encuentro deberá unirse en las fortalezas más que resolver debilidades.
El imperio viene por nuestro territorio. Cualquier día podremos amanecer
invadidos a nivel continental, en una jugada maestra de los agónicos
esfuerzos de un imperio por su deseo de permanencia, cambiar las reglas
a nivel mundial será algo que pasará tarde o temprano, ya el disfraz
de la “democracia” no le sirve al imperio, por el contrario, es
la nueva gran puerta por la que pasaron al poder político las fuerzas
revolucionarias ya casi en todo el continente, ¿seguirá E. U. usando,
entonces, a la democracia como bandera, o la cambiará por la
de la dominación preventiva? En nombre de los civilizados “tomarán”
toda la Amazonía para preservarla de los incivilizados narcotraficantes
y bandoleros terroristas que la habitan y garantizar al mundo su cuidado
bajo la misma mentira de siempre: la libertad.
Sabe el imperio
que no será fácil retomar los poderes políticos, quizá
Honduras fue tan sólo un golpe para probar hasta donde reaccionarían
el resto de las naciones, pero en el momento en que la nueva política
imperial se estrene, será masivo el intento de derrocamiento de los
presidentes radicales que hoy están reunidos en Bariloche y luego la
sumisión de los menos radicales quienes de nuevo pactarían con ellos.
“Indio hermano,
tu me has enseñado a resistir cruel opresión, no cambiaré, mi destino
es resistir esta civilización de dolor y de maldad”.
Latinoamérica
deberá erguirse definidamente ante el planeta y que su sombra
de gigante imponga el respeto y señale el final de la sumisión. Sólo
queda un pedido a los 10 presidentes comprometidos de Bariloche: Unasur:
¡libra por todos!