Revolución es cultura

Como oropel, propaganda y amenaza, la cultura ha sobrevivido a graves entreveros. Oropel es para la burguesía en tanto que marca de status. Mera propaganda es para el fascismo staliniano. No tiene por qué ser negativo que sea propaganda. Siempre lo fue para las religiones, por ejemplo. O para los grandes aparatos sociales posteriores al Neolítico, con grandes palacios, desmesurados templos, inmensas tumbas.

El fascismo ha temido la cultura como amenaza. Por eso el nazismo quemó libros, a veces junto con sus autores. El stalinismo persiguió y encasilló la estética en el dogmatismo zhdanovista que formuló el realismo socialista, que no era ni realista ni socialista.

Pero toda revolución es un hecho cultural. Desde la Neolítica, toda revolución ha estado constituida por cambios culturales. Así, la Revolución Neolítica desarrolló la agricultura y las grandes ciudades, por ejemplo, que a su vez dieron paso a un gran auge de la arquitectura, especialmente de tipo monumental, también llamada faraónica. Por ese camino también se llegó al alfabeto, con sus signos quietos y sus consecuencias conocidas, que aún perduran.

La llamada Revolución Americana estuvo precedida igualmente por una serie de reflexiones de grandes intelectuales, tanto como lo fueron la Revolución Francesa, la Rusa, la China, la Cubana...

La Bolivariana no es una excepción. Fue anticipada y está siendo valida por innumerables intelectuales, historiadores, ensayistas, antropólogos, artistas, poetas, que aún confluyen en ella, porque esta Revolución Bolivariana está siendo apoyada por la mayoría y por los mayores artistas, literatos e intelectuales del país y del mundo. Los hay en la derecha, pero sin conexión con su gente, que se mantiene en una ignorancia sin fisuras, como esos que marchan sin saber por qué.

Se han vivido en Venezuela mutaciones culturales formidables, la mayor de las cuales fue la alfabetización de millón y medio de personas. Pero también una transformación radical en la sensibilidad hacia las personas en desventaja, los pobres, los niños, la mujer, los indígenas, los negros, así como la solidaridad internacional.

Porque puede haber cultura sin revolución, lo que es impensable es una revolución sin cultura.

roberto.hernandez.montoya@gmail.com


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

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