En el marco de una dinámica internacional dominada aún por el caso de Honduras y el diálogo entre las partes en conflicto en la búsqueda de la resolución del problema, ahora con un Zelaya más fortalecido en la negociación; sumado al prudente acercamiento y restablecimiento del diálogo entre los gobiernos de Colombia y Ecuador, además de las proyecciones de estabilización de la crisis económica mundial y posible superación en mediano y corto plazo, en Venezuela sigue una fuerte actividad desestabilizadora, nuevamente concentrada en el sector estudiantil y juvenil como frente de choque para el logro de sus objetivos, ahora con el escudo discursivo de los Derechos Humanos.
La intencionada generación de una matriz de opinión internacional que presente a Venezuela y en especial al gobierno como violador de los derechos humanos, sería un existo rotundo para la oposición venezolana y permitiría tener la justificación perfecta para profundizar la injerencia internacional en los asuntos nacionales ahora de manera pública, y permitiría afectar la solidaridad internacional en apoyo al proceso revolucionario y socialista.
Es imprescindible, para contrarrestar esta estrategia iniciar una serie de eventos de reflexión sobre los derechos humanos en Venezuela y en el mundo, no sólo justificándonos a través de la violación de los Derechos Humanos en los países que se presentan como los defensores mundiales de los mismos, sino, haciendo público y evidente los avances extraordinarios en esta materia en nuestro país.
Los Derechos Humanos se han convertido en un comodín para las luchas de los pueblos y también de las oligarquías, al final todos tienen derechos, el asunto es que algunos se creen más humanos que otros. En este sentido es inevitable apelar a la historia como recurso que permite develar el misterio. En Venezuela no podemos olvidar como antes de que llegara el Presidente Chávez la violación sistemática de los derechos Humanos era una práctica de Estado justificada por aquellos que veían en esta herramienta la protección de sus intereses de clase.
En la actualidad quienes dan la cara acusando la violación de los Derechos Humanos son aquellos que consciente e inconscientemente defienden los intereses de aquellos que detentaron el poder gracias a la violación de los mismos, y no fueron víctimas de brutales represiones.
Es hora de reflexionar profundamente no sólo sobre los avances en esta materia sino, desarrollando el método que garantice un mayor respeto de los Derechos Humanos, en materias como la salud, la educación, la vivienda digna y los derechos políticos a través de mayor participación ciudadana.
nicmerevans@gmail.com
Esta nota ha sido leída aproximadamente 2037 veces.