Reflexiones ne torno al sistema sanador..

Recuperar a la humanidad del daño causado por el sistema capitalista es una ardua tarea que comienza por la mente de cada quien, en principio tomando conciencia del daño que llevamos dentro de nuestras propias almas, para luego avanzar en un comportamiento verdaderamente humano. El sistema capitalista tiene dentro de si la conformación de la mentalidad más absurda que podamos determinar; la persona en el capitalismo se prepara para una competencia por lo superfluo, por lo innecesario, por lo absurdo. El mundo enfrenta una de las crisis más terribles de contaminación, sin embargo, todos los días hacemos hasta lo imposible por contaminar todo. La mente de cada ser está intrínsecamente ligada a "la necesidad" de crear riqueza, de concentrarla, de adquirir bienes, muchas veces innecesarios, la locura pues. Las calles se llenan de vehículos, no obstante, en nuestras mentes anhelamos poseer un vehículo, incluso, hay quienes se sienten "discapacitados" por no poseer un vehículo; la alienación y enajenación hace estragos en todo aquel que tiene alguna posibilidad de adquirir una máquina de producir elementos tóxicos que nos destruye lentamente, no obstante, hacemos hasta lo imposible por poseerla, eso es capitalismo.


Los jóvenes profesionales o no, estudiantes o no, priorizan lo material por encima de todo, estamos construyendo y generando una sociedad enferma sin otra alternativa que sucumbir ante tamaña estupidez, autodestruirnos...parece una película extraída de un ambiente de ciencia ficción, pero es lo que ocurre en la vida real. La propuesta de propugnar por la creación de espacios liberados del germen capitalista, ya de por sí es revolucionaria; no se puede pensar en revolución sin construir los espacios para la vida del ser humano y eso pasa necesariamente por la erradicación paulatina de un conjunto de cosas que atentan contra el carácter humano de todo ser y lo convierte en meras máquinas.
Una revolución tiene la misión de redimensionar cosas como: Riqueza=Dinero, vehículo= éxito; lograr revertir estas cosas será refundar la sociedad completamente y una sociedad socialista está obligada a revertir la lógica del capital que prioriza el dinero por encima del propio ser humano. ¿Cómo hacerlo? No existe otra manera que transformando el sistema, transformando al hombre viejo en hombre nuevo.


En una sociedad de consumo como la nuestra, en donde todo se centra precisamente en, "cuanto tienes, cuanto vales", erradicar del imaginario colectivo el tema del dinero no es tarea sencilla, repetimos, sobre todo porque toda la sociedad se mueve en ese sentido, pero es una tarea impostergable de esta revolución y cualquiera que se precie de ser una revolución verdadera. Una persona cualquiera, perteneciente a cualquier estrato social, vive eternamente en medio de la inseguridad más terrible, cuando comienza a transitar los cuarenta años, su principal problema es acumular dinero, asegurarse "una vejez tranquila" y eso pasa fundamentalmente por la acumulación de riqueza que el capitalismo lo traduce en “acumulación de dinero”, asimismo ocurre con la formación de sus hijos, todo se concentra en garantizarle primeramente “la seguridad económica”, sin importar muchas veces a costa de que. Esto indudablemente contrasta con la cruel realidad que genera la división de clases sociales; los ricos tienen toda la posibilidad de concentrar capital y asegurarse una vejez feliz, el pobre está condenado a vivir la azarosa vida de quien pende su seguridad de un hilo por la escasez de dinero. Una sociedad nueva está obligada a cambiar esta lógica. Los capitalistas mantienen la tesis que "la libre competencia" le da oportunidades iguales a todos, esto es completamente falso, los pobres no tienen oportunidad de salir de la pobreza porque no tienen en sus manos las herramientas vitales para salir de ella ni el poder para lograrlo. La revolución bolivariana ha colocado un marco teórico importante en este sentido..."si queremos acabar con la pobreza, démosle poder a los pobres", ni más ni menos, esta propuesta en perspectiva significa hacer una revolución profunda en donde se agudizarán las diferencias de clase y la lucha de éstas agudizándose cada día; esto nos obliga a tener plena conciencia de los fenómenos que genera la pobreza que no es otra cosa que la existencia de diferencias de clases en la sociedad. El capitalismo, es decir, el sistema, nos ha hecho creer que es inevitable la existencia de la competencia, incluso, nos hablan de las leyes del mercado, en donde, supuestamente la competencia permite regular el valor de las cosas, incluidas las vitales para la supervivencia humana como: comida, agua, salud, educación, etcétera. El sistema capitalista convierte todo en mercancía y desata una competencia por la supervivencia de los pobres y una lucha por la acumulación de riqueza mayor en las esferas dominantes. Ahora bien, este es el diagnóstico que todos conocemos, el quid del problema estriba en cómo construimos los espacios que permitan purificar y sanar al ser humano, sin duda, no hay otra forma que erradicando el sistema capitalista causante de generar las inhumanas relaciones entre los seres humanos. Las profesiones en su totalidad, es decir, toda actividad desarrollada por el hombre dentro del sistema capitalista está motivada por el dinero y  asociada al mismo, incluso, hasta el amor el capitalismo lo convierte en "una imperiosa necesidad de conseguir dinero", una pareja joven o vieja para poder vivir está condenada a dotarse de "una riqueza", traducida en el lenguaje capitalista en acumulación de dinero. En la lógica capitalista presupone que quien no posea grandes cantidades de dinero no será ni siquiera feliz con su pareja, incluso, a lo mejor ni siquiera pueda compartir con ella..., asimismo la vejez está condenada a la situación de "trasto viejo, inservible y atravesado en todas partes", fácil presa de odios y rencores, inclusive en el seno de su propia familia porque según la óptica capitalista “ya no es un hombre productivo”.


La inseguridad en todos los aspectos dentro de la sociedad de consumo lleva a cada ser a una voraz "competencia" por la supervivencia, los resultados son catastróficos: los más vulnerables de la sociedad, los pobres, son objeto de la más humillantes limitaciones para vivir, los ricos, con posibilidades de seguir acumulando capital los convierte en máquinas de hacer dinero, perdiendo con ello todo rasgo de humanidad, los ricos cuando hacen algo que está fuera de generar dinero, simplemente lo consideran como "una acto de solemnidad religiosa", jamás como un acto de solidaridad entre iguales.


Todo esto requiere de un estado, de unas instituciones, de organizaciones sociales capaces de cambiar con su actuar cotidiano y que esa actuación impacte el ámbito social donde se desenvuelve y por ende a los seres que conviven en ese ámbito; es imprescindible rescatar la solidaridad, la amistad, el compañerismo y todo un conjunto de valores inherentes a la condición humana misma...antivalores como: la mezquindad, la envidia, entre otras taras que distorsionan la relación entre los seres humanos, en pocas palabras, hay que rescatar la humanidad en los seres humanos para sanar al mundo.

La propuesta de Antonio Aponte en la columna UN GRANO DE MAIZ, en torno al SISTEMA SANADOR, y todo el conjunto de escritos generados en esta columna nos invita a la reflexión, nos invita también "a volar alto", a liberarnos de las ataduras mentales conque el capitalismo nos desfigura la esencia humana. Esta tarea es del colectivo, individualizarla sería negar la esencia de la propuesta; la eficacia e inteligencia de los revolucionarios se centra en hacer al colectivo partícipe de las ideas que lo liberen. El sistema capitalista apoyado en sus defensores hará hasta lo imposible porque no se genere la conciencia colectiva en torno a temas de humanidad, es en estos precisos momentos en donde las condiciones más inhumanas incrustadas en la mente de algunos brotan como torrentes, es justamente allí en donde se detecta la confrontación de clases de manera más diáfana.

A los revolucionarios nos toca reflexionar y actuar en todas las trincheras por más de humildes que estas sean. Las zonas socialistas conquistadas hasta ahora deben ser reforzadas absolutamente y esa semilla debe correr por todo el torrente social que compone la patria. Cada día nos convencemos que el ejemplo de Venezuela se diseminará por el continente y el mundo, quien piense de manera distinta está al margen de la fuerza telúrica de esta revolución y de una revolución que marcha a la médula del individuo para transformarlo en ser humano.

Ahora bien, la reacción de los enemigos del ser humano, la reacción de los defensores de lo inhumano, es decir, la reacción de los capitalistas, no puede ser otra que la estridencia conque enfrentan al comandante Chávez y todas las iniciativas  dirigidas en este sentido por parte del gobierno revolucionario. Razón tiene Aponte cuando comenta la reacción de "las damas ofendidas" en torno al tema de la lactancia materna, no es para menos y debemos entender esto como la reacción natural de quien ha sido transformado en su propia mente para confrontar, con razón o sin ella toda iniciativa revolucionaria humana. La riqueza de esta revolución está precisamente en que sin ningún mecanismo de coerción, los revolucionarios planteamos el debate de altura, el debate de ideas en donde precisamente los capitalistas jamás podrán justificar lo inhumano y antinatural de su sistema.



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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