Ultimas Noticias | Jueves 05 de Noviembre de 2009
Con todas las expresiones que han salido a la luz pública teniendo como centro el concierto del 31 de octubre en La Carlota, parecen quedar claras algunas ideas y sugerencias.
Las fechas son las fechas.
Son inalterables en cuanto a los hechos que en ellas acontecieron y un pueblo que honra su historia y su cultura las toma según su carácter.
El problema como tal no fue el concierto. (Lo que por causa de su programación aconteció es ya otro problema que tiene que ver con el pudor, el conocimiento y la alienación). El asunto estuvo en que se hizo en una fecha inolvidable en el alma de muchos venezolanos. A la vista queda que no estaba marcada en el alma histórica de otros llamados a tenerla en su mente a sangre y fuego. Se quiso aprovechar una coyuntura y no se pensó que los pueblos recuerdan y son agradecidos.
Por eso Venezuela honra con actos solemnes al Padre de la Patria en sus fechas, por eso se hacen manifestaciones los 27 de febrero y los orientales no olvidamos los 4 de junio ni los 3 de febrero, y por eso Cuba marcha los 26 de julio y los 28 de enero, y por eso se reflexiona tanto en 12 de octubre.
Las fechas están ahí, y lamentamos que no haya agenda histórica actualizada en las oficinas gubernamentales, pero los pueblos tienen la suya, y esa se debe respetar.
Por lo demás, en épocas de muchas R y definiciones de austeridad, valdría, por decoro, que quienes se hicieron responsables del concierto presenten los costos del mismo para que los cultores y músicos de nuestro país tengan una idea de cuánto de lo que fue gasto suntuario se pasó como inversión social. Por otra parte, ese día Vidal Colmenares cantó Florentino y el Diablo con una joven y no hubo nadie que explicara que el día anterior se había muerto Nelson Parra, el hombre de Guanarito que hacía de Diablo junto a Vidal. Ni un minuto de silencio por parte de quienes lo tuvieron en primera fila cuando de actos proselitistas se trataba. Nadie envió un saludo a Lilia Vera, postrada en cama y sin tener un seguro social que la ampare, ni un subsidio que le permita vivir en la dificultad sin tener que salir a cantar arrastrando la pierna. Duele, pero es así. Mención aparte los pobres recursos para animar un evento, sea en la fecha que sea y las estrategias de su justificación. Inolvidables dos detalles: la joven que declaró feliz: "Esto es lo mas grande y lo mejor que nos ha dado la Revolución" y aquel remedo de garotas, nalgas al aire, con el inolvidable y querido rostro de Alí Primera como fondo.
Como el 15 de diciembre se cumplirán 10 años de la aprobación de nuestra Constitución pero también 10 años de la tragedia de Vargas, esperemos que haya pundonor y se respete el dolor de quienes la vivimos y el recuerdo de tanta vida perdida. Lo que menos deseamos es ver levantarse una tarima para usar la tragedia como excusa para un "Concierto por la recuperación de Vargas"; a menos que sea con artistas varguenses que todavía lloran a su muertos. Menos mal que el gobernador García Carneiro lo vivió junto a ese pueblo.
Esperemos, por lo menos, coherencia.
Fecha avisada no mata sentimientos.
"Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres". José Martí.