La oposición venezolana agrupada en la “mesa de la unidad”, segunda versión de extinta “coordinadora democrática”, decidió recientemente definir sus candidaturas a diputados a la Asamblea Nacional para el 30 de abril del año en curso, para tales efectos han anunciado la aplicación de dos metódicas a saber: el consenso y las primarias, de igual manera se comprometieron a definir el perfil deseable que debe tener una persona para optar a la respectiva postulación candidatural, hasta aquí todo es perfecto para concretar lo que los opositores llaman una alianza perfecta.
¿Pero donde comienza el problema?, digamos si es que el problema de la unidad tiene algún comienzo, a nuestra manera de ver hay algunos pecados originales que contaminan dicha unidad, por lo que la perfección unitaria no es posible, hay por ejemplo una especie de torre de babel entre ellos, no todos poseen el mismo código para pensar y conversar, (entre lechuguinos y fósiles, el lenguaje es distinto), otro, el partidismo tradicional buscará con su habilidad de siempre imponer sus candidaturas a raja tablas, llámese por consenso o primarias; y finalmente a eso que ellos llaman sociedad civil (con que se come eso todavía se pregunta Luis Miquilena), no le van a dejar espacios a pesar de la retórica que puedan propiciar al respecto.
Los estudiantes (manos blancas) por ejemplo son utilizados descaradamente, y de ese sector solo serán tomados en cuenta los que se vinculen a los partidos opositores, a si ocurrió en el pasado reciente y no hay indicadores que nos muestren que será diferente en el futuro próximo, los llamados intelectuales opositores, ellos dan la cara en los medios, se devanan los sesos escribiendo artículos y tratados que solo ellos mismos se leen, pero a la hora de conformar el bloque candidatural serán excluidos sin fórmula de juicio, y solo sobrevivirán los vinculados a los partidos políticos en condición de militancia.
Los medios opositores golpistas son partidos políticos y como tales participaran con nombres propios (Marcel Graniel, Guillermo Zuloaga, Federico Ravell) en el sarao candidatural, y con toda seguridad que tendrán preeminencia con respecto a los partidos políticos formales y más aún sobre los partidos políticos de maletín que siguen tan campante, con tarjeta y todo.
La unidad vista así es una caricatura, el esfuerzo que algunos miembros están haciendo de manera sincera, pasa a ser un ejercicio de gimnasia partidista, al final los Ramos Allup, los Barbosa, los Andrés Velazquez, los julio Borges, los Ismael García y los cachalotes se saldrán con la suya, pero como viene ocurriendo en los últimos diez años seguirán perdiendo.
Por otro lado debemos mencionar la permanente tensión entre el sector democrático de la oposición venezolana y el sector golpista y desestabilizador que en definitiva es el que impone la agenda, de igual manera el sector proimperialista y el sector nacionalista, en cuyo caso como en el anterior el sector proimperialista es el que impone las pautas, no es casual que ente el conflicto con la república de Colombia ante la amenaza de la soberanía nacional por la instalación de las bases militares norteamericanas vemos a la oposición criolla apoyando sin ningún rubor a la parte colombiana-norteamericana.
El sector apátrida y proimperialista de la oposición esta fraguando la construcción de una caricatura unitaria y el sector democrático le hace la comparsa.
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