Los medios los presentaron felices y muy contentos, con sus trajes azules y sus elegantes corbatas rojas, Sus mujeres vestidas con sus blondas y exquisitas sedas. No se sabía a primera vista quien había ganado las elecciones y quien las había perdido. Sebastián Piñera resultó electo Presidente de Chile, la tierra de Gabriela, Neruda y Salvador Allende. El otro, el perdedor, mostraba un halo de felicidad abrazado a su contendor. Ganaron los dos, perdió el pueblo chileno. No entiendo. En La Araucanía ganó la extrema derecha. ¿Por quien votarían los Mapuches, araucanos o moluches? Uno no sabe.
PIMIENTA
La democracia representativa en Chile ha perdido su
máscara de hojaldre la cual la obtuvo y
la mantuvo desde los años noventa con la presidencia de Patricio Alwin
(Concertación Democrática). Esta ha convivido con la constitución elaborada por
la dictadura de Augusto Pinochet durante veinte años. La llamada “Concertación Democrática”
obtuvo cuatro presidencias en la figuras de Patricio Aylwin, Eduardo Frei
Ruiz Tagle (dos
veces candidato), Ricardo Lagos Michelle Bachelet. Han sido gobiernos insustanciales,
siendo el de la médico pediatra Verónica Michelle Bachelet el más
anodino de todos. Gobiernos extraños y difusos. Podríamos decir que la
constitución pinochetista ha traído al país austral una especie de pacificación
que se sembró el terror, el miedo, y el temor producto de una férrea
dictadura cruel y sanguinaria como fue la del dictador y asesino, Augusto Pinochet. A partir del gobierno de Patricio
Aylwin, hasta la Bachelet; la democracia chilena ha vendido un país
que casi raya en le perfección. En apariencia, Chile luce limpio como las
casitas del barrio alto lindas y pintaditas. País acomodadito, paradisiaco y feliz
que los medios de comunicación en mano de la extrema derecha han logrado vender.
Lo cual ninguno de lo últimos gobernantes han podido cambiar o enfrentar. Ahora
todo parece retroceder con el gobierno de Sebastián Piñera. Los chilenos han decidido en
las urnas entregarle el poder al centro y extrema derecha que ha disimulado alejarse
del pinochetismo para volver a gobernar. “Son
las elecciones más importantes desde 1988, el año que el dictador Augusto
Pinochet fue derrotado en un plebiscito y se puso en marcha una compleja
transición. A pesar de todo lo que parece estar en juego, se huele en las
calles de Santiago el aroma del desencanto”
PIMIENTA
En estos 20 años de Concertación Democrática (CD), la
coalición hegemonizada por demócrata cristianos y socialistas, no ha logra
realizar cambios profundos, quizá frenado por una constitución que le es ajena.
Aunque se diga y se proyecte un “Chile viviendo niveles de desarrollo e
inclusión social como los actuales», tal
como lo sostiene el politólogo Patricio Navia. “La CD, dice Navia, corrigió lo
malo de la dictadura y mejoró lo bueno: redujo la pobreza, introdujo mecanismos
de protección social y consolidó las instituciones.
«En muchos aspectos, Chile es hoy un país más neoliberal que hace 20 años»,
sostiene no obstante Navia. En 1990, cuando asumió el primer presidente de la
Concertación, Patricio Aylwin, el 60% de los niños asistían a colegios públicos.
Hoy son el 47%. Cuatro de cada diez chilenos cursan estudios superiores de
pago. Siete de cada diez de ellos provienen de familias en las cuales nadie antes
había ido a la universidad”. A esta observación sólo podemos agregar la resistencia
y la enorme ola de protesta de los sectores estudiantiles al gobierno de la
Michelle Bachelet cuyos intentos privatizadores dieron la vuelta al mundo.
Chile es el país más intervenido por el capital privado y transnacional del
América Latina. El neoliberalismo lo muestra como una vitrina llena de logros. “Es
el país que más tratados de libre comercio ha suscrito en el mundo. Las
exportaciones representan un 46,6% de su PIB. Los grandes servicios públicos y
los recursos naturales están en manos privadas”.
COMINO
La publicidad en los medios ”invita a estar «en onda»
con los nuevos tiempos, a tener para ser parte del futuro que solo se juega en
el acto de comprar y consumir. Pero en el fondo sucede lo que a todo país de
economía neoliberal y de libre mercado le ocurre. Aumento de la pobreza y la miseria.
Veamos, el 54% de los trabajadores ganan 355 euros al mes y la mujer percibe
las peores remuneraciones. El consumo los consume y se los traga. En los años
80, comenzó aquí el negocio de las tarjetas de crédito, de la mano nada menos
de Sebastián Piñera, el nuevo presidente y su alianza de derechas que conforman
su partido, Renovación Nacional (RN), y la Unión Demócrata Independiente (UDI).
No obstante este boom económico, Chile es un país endeudado en donde el consumismo
está afianzado en las clases más pudientes y poderosas. Hay quienes sostienen que
el 26,4% de los chilenos gastan más de lo que gana, y el 48,6% apenas evitan
los números rojos. Siete de cada diez familias tienen una o más deudas con
bancos, grandes tiendas o algún familiar. Miles de chilenos sienten temor de
una caída económica. Gobernará de nuevo la UDI, un partido saturado de
numerarios del Opus Dei y los Legionarios Y si bien la sociedad es más
tolerante, también está más despolitizada que en 1988. Entre los 10 temas más
buscados en Google por los chilenos figuran el horóscopo chino, el fútbol, The
Jonas Brothers, los juegos online, Michael Jackson, Harry Potter; la búsqueda
de becas y créditos, han sido los tópicos que concitaron mayor interés”……..¿Por dónde andará el socialismo del PS?.
Hay una larga enumeración a la que se tendrá que enfrentar su nuevo y contento presidente: mejoras
de los salarios, mejoras en el sistema educativo, la reforma de la Carta Magna,
pobreza y miseria en los sectores más bajos, las leyes laborales, el embarazo
adolecente, la crisis carcelaria, la educación sexual, el conflicto mapuche, la
contaminación y el aborto, castigo a los asesinos y torturadores de la era
Pinochet, etc.
CANELA
Ahora la disuelta Alianza por Chile se han convertido o ha sido remplazada por la “Coalición por el Cambio”(centroderecha integrada por dos partidos políticos, la Unión Demócrata Independiente (UDI), gremialistas, y Renovación Nacional (RN), liberales, organización más tradicionalista, que ha agrupado de nuevos grupos y sectores ultraconservadores y ultra derechistas”. Revive y celebra la ultraderecha pinochetista la cual tratará como primordial objetivo político hacerse perdonar los millares de crímenes cometidos por la dictadura de Augusto Pinochet. Ya desaparecerán los expedientes y las acusaciones de más de mil torturadores y asesinos que esperan un juicio. Como siempre. La justicia al pueblo quedará en las aguas profundas del olvido. Un optimista amigo chileno me dijo con ironía:” A lo mejor a este confeso y derechista momio le de por cambiar la historia y se le ocurra comenzar a practicar una que otra Mel Zelayada”. Vaya esperanza, ¿No?
Antojofel @hotmail.com