No estoy descubriendo el agua tibia. El mundo de la política es muy complejo y a veces laberíntico y hasta decepcionante pero en la vida todo gira en torno a las políticas de índole diversas. En Venezuela la política adquirió relevancia e impulso cognitivo con la llegada ansiosamente esperada de nuestro líder presidente. Salimos del marasmo adecopeyano. Ya no sale el grueso de lectores. A votar cantando un lema ridículo de merchandise. Gracias a la égida de Chávez hay un despertar de conciencia sobre lo que es realmente el acontecer político nacional. Estamos cojeando de una pata: No contamos con un cuerpo de doctrina, con una ideología socialista y bolivariana para orientar a los recién ingresados y a los reenganchados en el proceso revolucionario que comienza a nacer. De todas maneras vamos arriando y en el camino se van enderezando algunas cargas y otras se nos van perdiendo. Al colocar en la balanza de las ponderaciones el trabajo efectivo de la presidencia del señor presidente, el país sale ganador por un trecho largo. Ahora los escuálidos pertenecientes a la OND (oposición neurótica y disociada) quieren ganar terreno con el asunto del racionamiento energético pero poco a poco la mayoría se está dando cuenta de la verdad verdadera. ¿Qué hubo descuidos? Sí, pero también hay mucha obra que mostrar en ese aspecto y las plantas generadoras inauguradas recientemente así lo certifican. Yo creo que si un ministro no está resultando eficiente en su trabajo debe ser removido de inmediato y buscar alternativas en el caudal inmenso de recursos humanos con que contamos. Eso ocurrió con el saliente Hipólito Izquierdo y no se tomaron a tiempo las medidas. Lo mismo ocurrió con la cartera de salud.
Algo está pasando que no permite que el señor presidente se entere de lo que tiene que enterarse. Los anillos de poder que pululan en Miraflores son los responsables de ese problema de corte de información, de tergiversación y hasta de malintencionada causa para que Chávez no vea lo que esa gentuza no quiere que vea.
En el Psuv, partido donde nos inscribimos con mucha esperanza, está pasando lo mismo. Se han formado una especie de clanes, grupos o cofradías que desvirtúan la naturaleza del asunto. Es un partido político mayoritario y esperamos que todo lo que allí se elija sea democráticamente y no dedocráticamente. Me parece excelente que vayamos a elecciones primarias para seleccionar a TODOS los candidatos a la venidera Asamblea Nacional. Que elijamos a las autoridades internas, desde el presidente de las tolda hasta el cargo más sencillo, así estaríamos dando un paso gigantesco y seríamos ejemplo para el mundo. Ojalá y así sea. No podemos aceptar el fanatismo, el fundamentalismo, la falta de discusión colectiva, la “adoración” de vacas sagradas que dan declaraciones delicadas a nombre de todos los que conformamos al Psuv. Cuestiono el método de aplicación de la disciplina partidista. Cuando expulsaron a Luis Tascón se hizo groseramente, sin diálogo con el afectado. Y después salen algunos dizques revolucionarios a hablar de diálogo y demás pendejadas. A mí no me quita el sueño el salto de talanquera que pueda dar el señor Henry Falcón pues es libre de hacer con su vida política lo que quiera pero no creo que la manera de conducir ese affaire haya sido el apropiado. Si se quiere ir que se vaya, al final sus votos fueron obtenidos con el espaldarazo de Chávez y lo que los larenses hayan considerado, pero hagamos las cosas como deben hacerse y así nos evitamos la fuga de votos que nos pueden afectar en los comicios del próximo septiembre. Hay que agotar el debido proceso y con la mayor elegancia. No es con insultos o improperios como se resuelven las diferencias. Primero la ropa sucia se lava en casa y luego se ponen al sol, así de simple. Recordemos lo que nos pasó en las gobernaciones que perdimos y algunas alcaldías claves. Cuando el asqueroso Antonio Ledezma dio su “mitin” de clausura lo hizo en un salón de 20 metros cuadrados y el infeliz ganó las elecciones. Eso fue una afrenta para nosotros los que siempre hemos apoyado al presidente. Hay una serie de funcionarios que se creen vacas sagradas, intocables, “revolucionarios” hasta la muerte pero a la hora de meter la pata nos sumergen en un mar de problemas que termina en el pantano de los votantes defraudados. Mucho cuidado. No olvidemos los fracasos recientes. Esos lacayos y asesinos no pueden volver.
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