Undivar Sosa vive en La Mucuy, rodeado de los vientos mañaneros de la Sierra Nevada Merideña. Recuerda su niñez cuando empezó a fabricar figuritas de plastilina.
Apenas con seis años observaba a su padre arreglando el pescado de la semana, posado sobre sus hombros viendo todo desde lo alto, iban al viejo mercado de Mérida, aprendió a conocer y saborear olores del bagre, tajali, sardinitas, truchas y mero.
Tomando una olvidada barra de plastilina hizo su primera figura: un pez, a partir de allí su vida navegaría por mares de colores, imaginación y moldearía por el resto de su vida, lo que se le antojara.
Nunca imagino como cambiaria su vida al encontrar dos pelotas de plastilina encima de un viejo pupitre para un niño mayor, tenían varios colores, su olor se confundía con corteza de lápices, los separo, las amaso y armo la primera figurita: un ángel con alitas, un Ser Alado empezaría a guiar sus manitas.
Su principal inspiración, el recordando, Hombre de los Vientos, Simón Bolívar, quien retando a los dioses blandiendo por su amor, exclamo: “que aun en contra de ellos, su amor perduraría”.
Parte de sus obras, figuras de la fabula infantil, El Hombre Araña, unicornios, pájaros, duendes, magos, nomos, Chaplins en todas sus formas, mas las fabulas de unos diminutos personajes llamados Los Leprachaums, extraños enanitos que en vida solo construyen un zapato gigante, luego de su partida regresan a cuidarlo, más de lo que fueron sus vidas.
Sus figuras están llenas de expresiones de la naturaleza, soles, atardeceres, amaneceres, utiliza la noche, la más reconocida que cambio su vida fue una llamada Ausencia, dibujada la habitación con la solitaria cama, sobre ella una ventana, es de noche, a los pies del viejo catre un par de botines viejos tirados, cordones desamarrados, rotos, olvidados.
Acompañan esa obra una acomodada mesita de noche con un florero, adentro una rosa roja, a un lado, un envejecido reloj. A su esposa Vanesa le obsequio una de estas bellas obras, era la casa de un Duende
En las fechas cercanas a diciembre su taller y casa se llenan de pesebres en plastilina de todos colores, se los piden hasta entrado el mes de febrero.
En 1992 hizo algo increíble, embarazo a las principales vírgenes: La Coromoto, Del Carmen, La Candelaria, Del Valle, Chiquinquira, incluso hasta la Guadalupe, esto trajo como consecuencia varios comentarios en el cura del pueblo, llegando los mismos hasta el púlpito de la iglesia.
Con plumas atrapasueños de colores, protege su nostalgia por la partida de sus padres, Ramón Antonio de sesenta y tres y Ana Luisa, desprendida a los ochenta y tres años.