La Semana Mayor es protegida por la fe a San Isidro, patrono de La Mucuy merideña. Es la fecha más importante para los pobladores, es cuando por primera vez en el año el campesino deja de trabajar, reuniéndose a solo comer y poder asistir a las actividades religiosas con su familia y amigos, degusta Los Siete Potajes, sopas de pan o verduras, ya que estos días no está permitido comer carnes, solo ensaladas de papa, pastel de pescado, cambures, plátanos sancochados, arroz, garbanzos, habas y de postre, flan o arroz con leche, sin dudas es el mes de la gran comilona.
Los miércoles, jueves y viernes santos, todos están recogidos en su casa, tocan música y cantan, juegan domino y barajas. Las mujeres cocinan con gusto, preguntando a las abuelas los detalles finales que hacen especial cada plato, otras, como la hija de Doña Eloísa se empeña en la proeza de hacer más de cien arepas.
Todo visitante es recibido muy bien en cada casa, le ofrecen comida, cobijo, es todo lo contrarió de la liturgia católica donde impera el ayuno, puesto que en La Mucuy, todo es comer.
El origen de estos días de preparar platos especiales lo refieren a Sicilia, lugar donde se da gran importancia al ritual de comer.
La visita a las siete iglesias, asistir al lavatorio de los pies y caminar en procesiones con pesadas imágenes al hombro, van vistiendo junto al chiflar de las chicharras los días finales de la cuaresma.
Todos participan, algunos visten de centuriones, otros son apóstoles, la Virgen María, la Magdalena, Jesucristo, todos forman parte de La Pasión de Cristo y hacen el recorrido de las siete estaciones. .
Los agricultores detienen sus cosechas, apenas por la tarde caen en silencio cientos de gotas de agua, lanzadas desde potentes mangueras que parecen ríos saltando ante el movimiento mecánico de los sistemas de riego.
Las familias bajan desde lejos, se encuentren, presentan los nuevos críos, pero todo en silencio, rezan mientras blanden sus rosarios y compran nuevos escapularios.
Los fogones de leña están al rojo vivo para cocinar las sagradas comidas, caldos de todos los granos, consomés, pescado salado, espaguetis, ensalada de remolacha y zanahoria, sin dejar los ricos dulces de cabello de ángel, lechosa, arroz con coco, mas los buñuelos de apio, yuca, harina de trigo, untados con melao de caña, por último, el atol de maíz o arroz.
La gente ayuna desde el miércoles para poder comer tanto durante estos días siguientes, mientras las viejas supervisan que todo lo servido se haya degustado