“LOS HECHOS HISTORICOS DEBEN JUZGARSE PRINCIPALMENTE NO POR LO QUE LOS HOMBRES DIJERON DE LOS MISMOS, SINO POR LOS HECHOS QUE LLEVARON A CABO”
En ocasión de conmemorar el Bicentenario de la independencia de nuestra América y el 19 de abril de 1810, cuando el grito rebelde de Caracas, emitido como el graznar de la liberación en la voz de los mantuanos Simón Bolívar y José Félix Ribas, Juan German Roscio, quienes teniendo origen social de alta alcurnia e imbuidos por su radicalismo supieron entender el contexto histórico para iniciar el proceso de independencia de Venezuela, sorteando toda especie de traición, de enfrentamiento entre el mantuanaje de los blancos criollos
( los grandes cacaos) quienes quisieron imponer su proyecto de clase para seguir explotando y mantener el régimen de esclavitud sobre las mayorías, ignorando los movimientos revolucionarios de la insurgencia de José Leonardo Chirinos y José Caridad González en 1795, la insurgencia de Manuel Gual y José María España en mayo de 1797, el levantamiento del sastre Pirela en Maracaibo, el levantamiento de los Comuneros de los Andes en 1871, las invasiones del hombre de América Sebastian Francisco De Miranda a quien siempre quisieron eliminar por su origen social, que precedieron al abril mantuano, siendo estos movimientos los reflejos de las contradicciones sociales presentes en la colonia representando indudablemente los intereses de las masas desposeídas y subyugadas, con objetivos claros y con el norte de establecer un sistema político y social fundamentado en la igualdad, contra la explotación y la exclusión social y a favor de la liberación nacional.
Todas estas y otras manifestaciones de movimientos independentistas tuvieron un marcado carácter clasista, llevando el signo de la eterna lucha contra la opresión de la colonia española y en lo interno la lucha contra la opresión de los blancos criollos, que valientemente protagonizaron los negros, esclavos, blancos de orilla, pardos, que siendo estos la mayoría no se plegaron inicialmente al movimiento de los mantuanos, pues fueron excluidos de los planes de los mantuanos y su proyecto republicano, viéndose en la necesidad de irse tras el liderazgo de José Tomas Boves quien representaba algo más cercano a sus intereses de clase, atrayendo al vulgo con su consigna “contra la diablocracia” en alusión al bandidaje de los blancos criollos.
Luego de firmada el acta de independencia el 5 de julio de 1811, la cual en su momento no paso de ser un documento meramente declarativo, se inicia la guerra por la independencia, la cual estuvo marcada por el fracaso hasta el año 1815 debido a que el pueblo se dio cuenta del liderazgo de los mantuanos y la exclusión de aquellos, siendo esta situación la que obliga al Libertador a cambiar de estrategia y democratizar la conformación del ejercito, decretando en 1816 la abolición de la guerra a muerte con la finalidad de humanizar guerra, complementándola con el decreto de la abolición de la esclavitud y en 1817 decreta el reparto de tierras a los miembros del ejercito libertador,lo que permite la victoria definitiva y éxito de la guerra lo cual cambio el curso de la historia: la historia la hacen los pueblos, hubo de atraer al pueblo para lograr la primera fase de independencia, se dice primera fase, ya que la gesta de emancipación que va de 1810 a 1824 es una independencia inconclusa, aún hoy sigue siendo un proceso en plena construcción
Hoy, a doscientos años de iniciado el proceso de independencia, en pleno abril revolucionario de 2010, donde de manera conjunta cimentamos las bases para la construcción del socialismo del siglo XXI, tomando como referencia histórica todos los eventos ocurridos como raíces para continuar desarrollando la independencia definitiva y abordarlos no solo como hitos del pasado sino como movimientos de carácter político e ideológico que permita configurar la senda con claridad para transitar en la construcción de lo posible dentro del marco de la liberación nacional, lo cual requiere de un gran esfuerzo y desprendimiento, superar y combatir el individualismo y fraccionalismo, las traiciones, las ambigüedades, los silencios, mitos y leyendas que hoy como ayer obstaculizan cualquier proyecto revolucionario.
La llegada del Bicentenario de 1810, debe servir para aprender al recordar con método los hechos del pasado que permitan extraer las enseñanzas para el presente y el futuro, siendo imperativo evaluar tanto los errores como los aciertos que permitan avanzar y consolidar la Revolución Bolivariana, pues nuestros Libertadores dejaron la señal abierta a las generaciones de hombres y mujeres que con fino tacto deben ir decantando y superando las miserias humanas, las mezquindades de quienes con su accionar y visión estrecha y personalista del proceso opacan el acontecer histórico del momento.
La independencia posee un carácter colectivo, pues son los pueblos que se liberan para construirse como naciones soberanas y en eso estamos hoy, a 200 años del comienzo del proceso de independencia en plena REVOLUCIÓN.
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