La Paz, 27 de septiembre de 2008.- El gobierno boliviano manifiesta hoy su indignación por el anuncio de Estados Unidos de valorar la opción de suspenderle a este país la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (ATPDEA).
Numerosas voces en esta nación suramericana consideran la solicitud del presidente George W. Bush como otra represalia por la reciente expulsión de su embajador en La Paz, Philip Goldberg, acusado de injerencia.
En opinión del canciller de Bolivia, David Choquehuanca, esa intención constituye un nuevo golpe a la democracia nacional y a la lucha contra el narcotráfico desplegada por la administración del presidente Evo Morales.
El ministro de Relaciones Exteriores y Cultos aseguró que la labor desarrollada en ese sentido es positiva con respecto a países de la región como Colombia y Perú.
La consideramos una nueva agresión del presidente Bush. Primero hemos recibido la descertificación, que no la aceptamos, pero además creemos que es una venganza que está tomando Estados Unidos por la expulsión de su embajador, aseveró.
Recientemente el mandatario estadounidense propuso eliminar a Bolivia del grupo de países beneficiados por la ATPDEA.
Sin embargo, la respuesta definitiva está en manos del congreso norteamericano, que analizará la sugerencia del estadista.
Choquehuanca dijo que realizarán las gestiones necesarias para impedir la aplicación de esa propuesta en el marco de la Comunidad Andina de Naciones.
Además de las afectaciones en su programa antidrogas, tal decisión generaría perjuicios a la entrada de productos bolivianos a Estados Unidos con tarifas preferenciales.
El funcionario señaló que frente a la concreción de esa posibilidad, el país iniciará la búsqueda de nuevos mercados para sus exportaciones como China, Vietnam, México o India.
Hace apenas unos días el gobierno norteño anunció la colocación de Bolivia en una especie de lista negra de naciones que no combaten de forma adecuada el tráfico de drogas.