Vea también la intervención de Roberto López en: http://www.aporrea.org/ideologia/n136767.html
18 de junio de 2009.- Intervención de Miguel Ángel Pérez Pirela durante el encuentro "Intelectuales, Democracia y Socialismo":
Yo suelo citar a San Agustín, escolástica, cuando le preguntaban qué era Dios, él siempre respondía lo mismo: “Yo sé lo que es Dios hasta que me lo preguntan.” De igual manera, podemos decir nosotros con los intelectuales. Yo, en lo particular sé lo que es un intelectual hasta que me lo preguntan. Yo no sé si la derecha tiene intelectuales; pero si los tiene, los estamos financiando nosotros desde la Revolución Bolivariana y los estamos aupando mediáticamente. Es por eso que yo aprovecho el turno al bate en este juego estelar, para plantear una radiografía, fruto de las investigaciones que no son sólo mías, sino del Instituto de Investigación IDEA, que posee un área en estudios socio-políticos y culturales. Nosotros, por petición de la Presidencia de la República, elaboramos algo que se podría llamar la “Radiografía del Terror Intelectual”, en términos un poco kantianos; ¿en qué sentido? En el sentido que nosotros tratamos de mostrar qué está pasando con la intelectualidad académica de Venezuela.
Los intelectuales: desafíos revolucionarios en la academia
Evidentemente cuando
nosotros entramos a la mayoría de las universidades, nos damos cuenta
que la intelectualidad académica posee una hegemonía indiscutible
que va desde los institutos y centros de investigación, pasando por
las revistas académicas -en las cuales hay una dictadura en términos
de temática evidentemente contra la Revolución Bolivariana- y que
termina en los paneles televisivos de la derecha y en las páginas de
opinión de los principales diarios, también ellos de derecha.
Es por ello, entonces, que nosotros tenemos que reflexionar no sólo desde eventos puntuales que toman en consideración y critican los “intelectuales” de la derecha. Pues en la cotidianidad de la Revolución Bolivariana, nosotros financiamos y alimentamos la “intelectualidad” reaccionaria. ¿Cuáles son los temas fundamentales después de diez años de Revolución? ¿Cuáles son los temas que se tratan, que se investigan, y con los cuáles se forman a nuestros estudiantes en la gran mayoría de las universidades tradicionales venezolanas? Por ejemplo: El autoritarismo, el totalitarismo y el fascismo en Venezuela. Otro tema, que está en todas las revistas académicas, que está en todos los cursos de formación socio-política, científico-sociales y humanísticas: Contra del Socialismo del Siglo XXI, contra el comunismo, a favor del mercado. Tercer tema importante: La libertad, la democracia, los derechos humanos, la propiedad privada. En el último tema, intelectuales, docentes e investigadores de derecha, se enquistan en investigar: Qué podemos hacer nosotros para contrarrestar la formación alternativa que desde las Universidades Bolivarianas –UNEFA, Bolivariana, etc.- se pueden hacer. Estas son las preguntas fundamentales.
La investigación: su finalidad y su misión en la trasformación o perpetuación del sistema
¿Cuáles son nuestros
centros de investigaciones? Pues, nosotros los conocemos muy bien: Academia
Nacional de la Historia, Academia Nacional de la Lengua, Academia de
la Ciencia, incluso muchas veces IDEA, IVIC, UC, Universidad “Simón
Bolívar”, Universidad Central de Venezuela, LUZ, ULA. De ahí
están saliendo, después de diez años de Revolución, los cuadros
científicos sociales, tradicionales, de nuestro país.
Claro, a esto se une
toda una parafernalia, en términos de táctica-estratégica no maquiaveliana,
pero maquiavélica, a través de las cuales nosotros nos encontramos
con cátedras de un gran impacto social -no solamente mediático sino
también social- como la cátedra Pío Tamayo; observatorios como el
Hannah Arendt, que por cierto acaban de publicar un libro que es “El
totalitarismo del Siglo XXI”, y uno de los capítulos habla del
totalitarismo venezolano, entre otras cosas; y otras universidades y
centros privados, muchas veces también cofinanciados a través del
gobierno Bolivariano, del estado venezolano. UNIMET, UCAB, Monteávila,
etc, etc.
Aquí llegamos a un tema
bien interesante, que nosotros debemos discutir ahora en esta onda de
intelectuales, ¿no? Por ejemplo: ¿Cuáles es el tema de las publicaciones
académicas y científicas? Existe una dictadura, yo diría que un 99%
de las publicaciones académicas en ciencias sociales y humanas, están
en manos de la derecha. Son estas publicaciones las que tienen impacto
internacional más inmediato a través de las redes internacionales.
Pero lo que es peor: son estas revistas -como por ejemplo Politeia,
Análisis de Coyuntura, Cuadernos del Cendes, Revista de comunicación,
Revista CIC, Temas de coyuntura, Revista venezolana de ciencias sociales,
IESA, Revista memoria y Nuevo mundo, revistas de la Universidad “Simón
Bolívar”, y paren ustedes de contar- que no solamente tienen impacto
a nivel internacional, sino que tienen impacto a nivel nacional, porque
los investigadores y académicos, por muy Bolivariano que seamos, para
poder escalar, en términos académicos, tenemos que publicar en esas
revistas, cuyas temáticas les acabo de decir. Además de esto,
nosotros tenemos datos bien importantes como, por ejemplo, del PPI de
la ONCTI, que ustedes saben es el sello de calidad que nos dan a los
investigadores venezolanos (por cierto recibimos remuneración mensual
por hacer parte del mismo). Esos datos nos dicen que el crecimiento
en las ciencias sociales en estos últimos diez años, de investigadores
certificados por el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología
e Industrias Intermedias, es de 634.63%. Es decir, nosotros hemos convalidado,
en gran parte, la producción científica y la hegemonía de la derecha.
Y, evidentemente, gran parte de las revistas que valen para subir en
la jerarquía académico-militar, es decir, las revistas de tipo “A”,
son, precisamente, las revistas de la hegemonía de la derecha.
Esto, evidentemente, en el mundo de la academia, tienen un impacto total en otras instituciones que podemos tildar de “fronterizas” como CILDESA; como CEDICE; como Fundación “Rómulo Betancourt”; como Fundación Centro Cultural Chacao; Fundación para la cultura urbana, de Econoinvest; Fundación Arturo “Uslar Pietro”, Fundación del Valle del San Francisco; Trasnocho cultural; Ateneo de Caracas, etc. Es decir, la materia gris que es producida en las academias pagadas por nosotros, lentamente se va colando en todo el mundo; sin hablar de la penetración de las ONG´s que salen de estas fundaciones y que van directamente a los barrios. De esta manera, entonces, llega más a un impacto político, que tienen un impacto mediático mucho más fuerte, como Súmate, Reporteros Sin Fronteras, la Amnistía internacional, Cofavic, Control Ciudadano, Movimiento 2D, Laboratorio de Ciencias Sociales, y pare usted de contar.
Luces para romper la hegemonía en la investigación y la formación académica
Como ustedes pueden ver,
hay una metodología bien precisa, una hegemonía bien elaborada que
va sistemáticamente, desde la producción de materia gris por parte
de intelectuales subvencionados por el gobierno nacional y por el Estado
venezolano, y que llega directamente a los paneles de Globovisión
y a las páginas de opinión de El Universal, El Nacional, Tal Cual,
etc.
¿Qué pasa entonces?
Que nosotros tenemos que meter el ojo a esto. Sobre todo en una discusión
sobre la realidad y la perspectiva de la Revolución Bolivariana en
términos de que un intelectual tiene tres misiones fundamentales, o
debería tener tres misiones fundamentales: Generar los saberes y conocimientos
referentes al ser social; al ser humano como ser social o ser individual;
segundo, formar a otros ciudadanos. La pregunta es: ¿Quién está formando
a nuestros ciudadanos después de diez años de Revolución? Tercero,
aportar la sustancia de las orientaciones y decisiones en las políticas
públicas. Y aquí yo me sumo al tema de Vladimir Acosta: las políticas
públicas muchas veces están viniendo desde el otro lado y nosotros
las respondemos en términos de reacción. Esto, evidentemente, se traduce
entonces en una producción del conocimiento tradicional, yo no diría
cuarto republicano porque va más allá de la IV República, en los
cuales, se estructura un sistema. ¿Qué es un sistema? Un conjunto
de elementos en un círculo cerrado, cuya existencia depende de la coexistencia
de los otros. En este sistema académico hegemónico de la derecha,
está el sector privado, las universidades públicas, las universidades
privadas, los grupos de investigación, las redes académicas, las unidades
y centros de investigación, y los institutos de investigación. De
ahí entonces sale la hegemonía de las corrientes científico-sociales
de derecha, que mencionaba Iraida Vargas, neoliberales y funcionalistas.
Todo lo que no salga de ahí no es académico, no es intelectual, no
tiene ningún tipo de valor desde el punto de vista epistemológico.
Se resume todo esto en la frase de Vargas Llosa: “¿Quiénes son estos
intelectuales? Yo no los conozco”
Eso, evidentemente, tiene muchísimo que ver, al fin de cuentas también, con una mea culpa que nosotros tenemos que hacer desde este lado, también lo decía Carmen Bohórquez. Yo me opongo, rotundamente, a dos prácticas, que según mi criterio son neoliberalistas, es decir, son individualistas: a establecer redes de intelectuales individuales, es decir, a partir de individualidades, es la primera cosa; y la segunda tratar de sacar con pinza los grandes intelectuales venezolanos y echarlos al ruedo. Ambas acciones tienen un carácter individual y enmascaran, tapan y coartan otras formas de intelectualidad como la intelectualidad underground, que sí existe; como la intelectualidad comunitaria o en las redes populares, que también existe; en último término, coartan la posibilidad misma de libertad de expresión de nuestros pensadores, de nuestros cultores, de nuestros intelectuales.
La formación sociopolítica. La nueva epísteme revolucionaria
En otras palabras, nosotros hablamos cotidianamente de la formación socio-política, cotidianamente lo decimos, la vice-presidenta del PSUV Cilia Flores cuando la presenta Chávez como vice-presidenta, de lo primero que habla es de la formación socio-política. Ahora, me pregunto yo, ¿Formación de qué contenido? y ¿A quiénes van a formar?, otra pregunta, que dejo también aquí a la reflexión: ¿Dónde se encuentran nuestros centros de investigación sobre la Revolución Bolivariana y desde la Revolución Bolivariana?, ¿Dónde? ¿Dónde se encuentran los tanques de pensamiento? Ya basta de querer resolver el problema intelectual de la Revolución Bolivariana con salas situacionales. ¿Cuántas salas situacionales existen por ministerio? ¿Cuántas salas situacionales existen por universidad? ¿En la Bolivariana? y ¿Cuál es el resultado? La dictadura de la coyuntura. La dictadura del hic et nunc, el aquí y el ahora. El pan para hoy y el hambre para mañana, pero ahora desde el punto de vista semántico, epistemológico, científico-social, científico-académico. Es necesario nosotros plantearnos, y le tomo la palabra al Ministro del Poder Popular para la Educación Superior, Luis Acuña, verdaderos centros de investigación científico-sociales socialistas, Bolivarianos, progresistas, de izquierda, como ustedes los quieran llamar. Es necesario, ¿donde están?
Con qué Centros de investigación científico-sociales socialistas, Bolivarianos contamos
Existe el Centro Internacional
Miranda, existe la “Pedro Gual”, existe el Instituto de Estudios
Avanzados (IDEA) y existe el pos-grado de la Universidad Bolivariana.
Nosotros no nos podemos dar el lujo de seguir pensando que podemos reflexionar
en términos de individualidades, por muy geniales que sean; nosotros
tenemos que comenzar a estructurar, primero que todo, centros de investigaciones
con investigadores, con investigadores jóvenes, con investigadores
que se formen en alto nivel, con investigadores que convivan con las
comunidades, con investigadores que sean investigadores de planta, y
no solamente asesores, invitados o estudiantes.
Una vez que nosotros
creemos centros de investigaciones, que contrarresten la hegemonía
que acabo de radiografiar, podríamos entonces erigir una segunda propuesta
bien empírica: estructurar redes de centros de investigación.
Nosotros tenemos suficiente talento humano, nosotros tenemos suficientes
intelectuales, pero no están estructurados en centros de investigaciones
que investiguen; no solamente que hablen, que escriban y que formen;
que tengan revistas académicas; que tengan impacto internacional, que
hablen con las comunidades, como también con organismos internacionales.
Y, segundo, una vez que lo creemos, que se den las condiciones estructurales
para que se pueda investigar realmente a partir de grupos y no de individualidades,
podemos, entonces, plantearnos la posibilidad, de estructurarnos en
redes ya no más de investigadores, sino redes de centros de investigación,
de tanques de pensamiento, de grupos de pensamiento, como se quiera
llamar
Con esto termino, no voy a tocar el tema de las publicaciones y el impacto de las publicaciones, en términos no solamente cuantitativos, sino cualitativos; no voy a estudiar el tema de las universidades, y el para-estado en el cual se han convertido; no voy a tocar el tema de más de 35 artículos en menos de un mes, en los principales diarios de derecha contra el IDEA, contra el Ministro del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, Jesse Chacón; solamente por haber tocado mínimos intereses de la ciencia y la tecnología venezolana; no voy hablar de que después de 10 años de Revolución, la producción de conocimiento, social y no individual, en Venezuela deja mucho que desear.