“El silencio es el único amigo que jamás traiciona”
Confucio…
La revolución bolivariana a doce años de gobierno esta controlada en estos términos: por sociatas, justificadores de oficio, ultrosos-burgueses, resentidos políticos, y los sepultureros de la revolución bonita. Son estos últimos, termino que utilizo para calificar a quienes no se merecen la menor consideración y respeto como ‘lideres’, por cuanto han atentando últimamente contra toda racionalidad, tanto jurídica, como ética, contra la misma democracia bolivariana (CRBV), los derechos humanos (caso, CICPC El Rosal), y las posibilidades de una verdadera revolución humanista en Venezuela.
El epíteto se lo han ganado ciertos líderes de la burocracia roja, por sus acciones demoniacas, y sus formas de pensar y hacer política. Pues en muchos de ellos está sembrada la creencia de que sólo se puede hacer la ‘revolución’ pateando al contrario, aplicando la justicia mediante la razón de la fuerza, importando ideologías, consignas y doctrinas; contrariando a Mariátegui, se utiliza el chantaje político, el juego sucio, la agitación social primitiva y permanente, junto a una mal entendida lucha de clases, y el retorno en pleno siglo XXI globalizado a la utilización política de la barbarie primitiva.
En sus visitas al pueblo en costosas camionetas, y vistiendo lujosas guayaberas rojas; la gente llana ya los mira de reojo, estos sepultureros de la revolución y de Chávez, están acabando con todo el vestigio de la cultura socialista en revolución. Su consigna parece ser, es la de generar el caos, el odio cavernario, la mentira, la venganza y el terror, entre venezolanos. Se oponen a las inversiones de capitales que crearían mayores fuentes de trabajo, respetando la real existencia del Estado de Derecho.
Muchos de estos barbaros del siglo XXI, ejercen presión sobre autoridades del gobierno nacional, gobernadores, alcaldes y consejos comunales mediante amenazas. Utilizando el chantaje, y las interpretaciones caprichosas de la Constitución, y de las leyes de la República.
Con sus actuaciones han desacreditado a nivel mundial a los poderes del Estado, (El caso Pérez Becerra, ahora el cantante de las FARC, Makled etc.) Restándole mérito a toda posibilidad de crecimiento, desarrollo y progreso de la Venezuela Bolivariana.
Esta en pie una especie de maquinaria de la infamia, (liderizada por la hojilla amellada) parecen unos dirigentes mercenarios que han hipotecado sus conciencias y acciones, sin darse cuenta a los líderes opositores para que regresen al poder.
Son unos ambidiestros en tergiversar los hechos, falsear la historia, en jugar con los números, en inventar cuentos, manipular las cifras.
Los mueve el insensible e interesado deseo de: “hacer revolución sin construir”, de fomentar acciones subversivas necias, a fin de desestabilizar al gobierno bolivariano, propiciando la inseguridad jurídica y la impunidad.
No les interesa ningún tipo de diálogo, sus objetivos están orientados a destruir la revolución bolivariana real, a negar y desobedecer todo principio de autoridad.
Si Hugo Chávez no se pone fuerte y despierta, si sigue mostrando excesiva tolerancia a los actos de sus sepultureros, si no le ordena a sus ministros, demás autoridades nacionales para dialogar con la población, a fin de ver la realidad en donde es que continuamos fallando, y llegar de una vez a solucionar el cerro de problemas. Aplicando una eficiente y oportuna política de comunicación con el pueblo sobre las obras que se vienen ejecutando. Si esto no se hace entonces los sepultureros de la revolución lo habrían vencido, y no habría futuro para Venezuela.
Soy un convencido que el presidente Hugo Chávez (sin la jaladera), es consciente de los problemas que aquejan al país. Luego de los lamentables hechos producidos por las lluvias, pero con el uso excesivo de militares, y sus consignas en las operaciones civiles no avanzaremos ni un milímetro. Los reajustes necesarios en su gabinete ministerial son urgentes, revisando las políticas que se vienen aplicando en los diversos sectores del desarrollo nacional. ¡Que sea Venezuela la que salga victoriosa, y no los sepultureros de la revolución bolivariana!
