Las Bolsas de Valores son el escenario por excelencia donde actúan los actores o agentes de la “Economía Financiera”. Algunos autores argumentan que la “Economía Financiera” en rigor no produce intrínsecamente riqueza, sino que más bien el sector financiero de la economía utiliza al capital en forma especulativa para generar beneficios. Ese capital proviene en principio de la llamada “Economía Productiva”.
En Venezuela tenemos una vicepresidencia sectorial para la “Economía Financiera” y otra para la “Economía Productiva”. El ocho de febrero de dos mil trece, Jorge Giordani, ministro del Poder Popular para Finanzas y Planificación al igual que vicepresidente de “Economía Financiera” del Poder Ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, anunció la devaluación del signo monetario venezolano (EL BOLÍVAR) en un 46,51 % con respecto al dólar estadounidense.
Es tradición en el mundo bursátil, el calificar de “negros” a aquellos días en que los precios de las divisas o de los papeles (acciones, títulos, bonos, derivados, etc.) disminuyen abruptamente. Se asume como “negro” en las cuentas de la minoría de los mercaderes intermediarios que manejan información valiosa de la dinámica de los mercados (“brokers” en el léxico anglosajón), quienes independientemente de la tendencia de los precios en los mercados financieros, sea hacia la baja o hacia el alza, por lo general siempre obtienen ganancias. Quienes tienen sus cuentas en “rojo” son los perdedores, que representan la inmensa mayoría de pequeños inversionistas o ahorristas que sueñan con hacerse millonarios o multimillonarios “apostando” en las Bolsas de Valores.
Ocurrió un “día negro” el jueves 24 de octubre de 1929, cuando se inició la gran debacle de la Bolsa de Nueva York y el índice Dow Jones alcanzó una caída considerable. A partir de esa fecha, el modelo económico de la “Democracia Liberal” de los Estados Unidos entró en una fase que se conoce como la Gran Depresión que duró entre 1930 y 1932.
En 1983, específicamente el viernes 18 de febrero, a EL BOLÍVAR se le devaluó frente al dólar estadounidense. Desde ese momento, la “Democracia del Pacto de Punto Fijo” que se soportaba en una “Economía Rentista”, disparó un proceso de franco deterioro económico, político, social, cultural y moral de la Nación venezolana.
La historia pareciera volver a repetirse. Sin temor a equivocarnos, nos atreveríamos a calificar al ocho de febrero de dos mil trece como “El viernes negro del Socialismo del Siglo XXI”. Estamos convencidos que quiénes ganaron y ganarán con la nueva Política Monetaria del ministro Giordani, serán nuevamente aquellos que “especulan pero dan trabajo”, por lo cual, al Pueblo venezolano (conformado por majunchistas, chavistas, tránsfugas y escépticos) se le vaticina un futuro muy pesimista.
El “Socialismo del Siglo XXI” que István Mészáros ha venido proponiendo para Venezuela, quedó completamente auto-descalificado el viernes ocho de febrero de dos mil trece, porque resultó evidente que privilegia a las prácticas más ortodoxas del neoliberalismo que impulsa el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; que no es otra cosa que devaluar el signo monetario de los países con el fin de “ajustar las cuentas” macroeconómicas.
Nuestro país sigue viviendo en una “Economía Rentista” y, lo peor es que el “Modelo Socialista del Siglo XXI” o la “Teoría de la Transición” del neomarxista Mészáros, debido a sus bien demostradas contradicciones, no tienen viabilidad en la Venezuela actual y quizás también en el tiempo histórico que vendrá. El submarino del ministro Giordani, ha estrepitosamente naufragado en el espejismo de los mercados del capitalismo especulativo endógeno y globalizado.
Interpretando en la dimensión ontológica al genio Simón Rodríguez, estamos obligados a ser creativos para no dejar nuestro destino a la suerte de las teorías neomarxistas o neoliberales. La INDEPENDENCIA y la PATRIA BOLIVARIANISTA, es lo que desde ahora mismo, de manera inexorable y con firmeza debemos defender integralmente los herederos y herederas del legado del Libertador Simón Bolívar.
luisholder@hotmail.com
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