¿Y qué será lo que está pasando –dios mío? Y, es posible que el dólar vuelva a subir a la cumbre de su majestad monetaria y subirá por supuesto, la comida y, bienes de servicios hogareño, cada día más cara y escasos y, los rumores in crescendo y, no hay quien dé la cara, y que, por lo menos nos diga que eso es pura especulación de la oligarquía-amarilla- fascista-corrupta y, que el bendito dólar va a seguir igual, tal cual, está en el mercado regulado. Aunque en el paralelo trepe bien alto.
Y, los viajeros, los que trabajan y ganan bien y tienen medios y dinero y facilidades como hacerlo año tras año: andan en una sola carrera cubriendo y saldando cuentas antes que se destape un hueco que los perjudique, aunque viajar a veces y para muchos es un gran negocio en que los pobres no pueden ni pensarlo, no es su mundo. Eso es caca para ellos.
Te vas de compras y lo que busques y pidas está aumentado. Y, preguntas: y, eso, porqué e inmediatamente te viene las respuesta que como viene otra devaluación, hay que reformular el inventario y, si existe algún organismo donde quejarse, lo mismo da, no actúan y más de las veces mienten, haciendo ver que ellos regulan esas situaciones e intervienen donde tienen que meterse a inspeccionar y no, no hacen nada se burlan de los ciudadanos que acuden a esas oficinas o llaman por teléfono como su panacea. ¡Qué barbaridad! ¡Qué inconciencia! ¡Qué burla!
El rumor está regado y, bien regado: viene otra devaluación te dicen, y te dan aproximaciones que, será de 9 a 11 y te dejan boca abierta, ya que el aumentico que te dieron, no hace poco, siguió de largo: se lo tragó inmediatamente la inflación desatada que te castiga diariamente cuando, te preguntas qué comprar que esté especificado en alguna parte su valor y, que sea la cajera del negocio quien te clave el precio.
Los comerciantes juegan con la paciencia del venezolano a su antojo y, remarcan los precios mentalmente a como mejor les plazca que les dé más dividendos de ganancias sobre los productos que ofertan y, si dejas para comprar mañana, peor, porque lo pagarás más caro y, eso lo hace en este país –gústenos o no- la gran mayoría que esté en el negocio de vender lo que sea y, acá en la isla de Margarita, todo llega por ferry y por avión y, lo importado por el Puerto Libre ni se diga, se pescuecean los estantes y neveras a ver si te dejan algo o, sino sales con una desviación cervical por antojos interfálicos pasmados de rabia sin nada.
Es decir, hay una competencia desleal sin miramiento ninguno y, es que si usted aumentó, el otro dirá, yo también aumento, lo compré por encima del valor anterior y, por lo tanto no lo pelan y, usted tiene que caer, porque le es necesario su adquisición y cuando no, déjelos que se lo coman otros que alguien tiene que buscarlo como necesario para él.
Y, así, usted queda atrapado en ese juego infernal de oferta y demanda y, lo otro es criticar, a lo mejor, con razón o, sin ella, pero así es la cosa diaria en el medio que usted se desenvuelva y, ya no se sabe a quién creerle y, quién dice o, no: la verdad que está bastante reñida o teñida de malos principios éticos.
Lo cierto es que alguien está gozando de lo lindo y, siguen metiéndose grandes cantidades de dinero de ganancias mal habidas sin preservativo de responsabilidad que hasta los pobres perros se van a morir de hambre con lo elevado a que ha llegado el precio de la perrarina.
Qué bueno sería que el Gobierno Nacional se lance con una cadena nacional a ver si enderezan con claridad de firmeza esa mala campaña que cubre desde ya el país con desvelo en vez de perder el tiempo diario en cuestiones que no mojan ni empapan con lo escaso y prohibitivo en que se hallan muchos renglones que se fueron a las nubes o que no aterrizan en las pistas de la razón al alcance de las mayorías. ¿Embuste, cómo no?
Algo anda mal que no encaja en la pervivencia de la razón. Hay que prevenir antes que lamentar.
