Siempre me impresiona, y a veces me deprime, la maldad del ser humano. Como yo, mucha gente piensa que el dramático aumento de los precios, y particularmente, en la comida, es resultado de la maldad del venezolano y la venezolana desalmada, de aquel y aquella que no le importa cuánto daño le hace a su prójimo, ni a la sociedad en general. Menos todavía le importa el pobre, el enfermo, el necesitado, la ama de casa que cuida a nuestros niños, el anciano, o el que sea incapaz de trabajar por ser discapacitado. Simplemente, no le importa. Entonces, pregunto:
¿De dónde van a sacar el dinero los pobres para pagar la comida a precios de especulación?
Eduardo Samán, hoy jefe del INDEPABIS ha confirmado que 92% de las importaciones son pagadas con dólares preferenciales, lo que significa que el aumento dramático de los precios que hoy vivimos es basado principalmente en la especulación, en la maldad, y no en una realidad racional de alguna devaluación del bolívar. Es decir, nos están estafando. Es algo muy triste. Entonces, repito la pregunta:
¿De dónde van a sacar el dinero los pobres para pagar la comida a precios de ladrón?
La respuesta es sencilla, y la apoyo al 100%: del robo. Si esos desalmados ladrones del mercado nos están robando, y se les deja robar, entonces yo no veo nada de malo en hacer igual. Como consecuencia, estos mismos ladrones del mercado, los especuladores, los abusadores, los desalmados, se preguntarán por qué aumenta la delincuencia, pero seguro que de verdad no les importa de todas maneras, porque dirán, “No me importa que me roben de vez en cuando porque me gano muchísimo más robándoles a ellos todos los días.”
Llámenme delincuente si quieren.
oscarheck111@yahoo.com
