Un golpe duro es el que Gobierno Nacional le acaba de dar a la especulación en general, ha sido el resultado de un trabajo de inteligencia, sumado a las denuncias recibidas por un gobierno que escucha a su pueblo y espera entregarle lo mejor para hacerlos dueños de la mayor suma de felicidad posible.
Con esta ofensiva se demostró lo importante que somos para este proceso, además nuevamente se han desenmascarado a los putregolpistas titirezcos, que hablan de una Venezuela quebrada, que no hay dinero, pero vimos como los establecimientos estaban abarrotados de pueblo, ¿con qué pagó ese pueblo?, otra mentira más descubierta a los que sueñan con un país en sus manos para entregarlos a los gringos, sin importar el dolor que cause.
El pueblo organizado estuvo presente en la venta controlada y justa de los artículos, las instituciones revolucionarias fiscalizaron los precios, generando una ganancia de más o menos el 30% sobre el precio de la compra, es decir los dueños de los establecimientos obtuvieron un dividendo justo y el pueblo pudo transformar sus necesidades que se veían inalcanzables en felicidad y justicia.
Los especuladores han estado haciendo de las suyas con el pueblo durante mucho tiempo, de allí que se decide tomar medidas, pero era necesario afianzar la estrategia y ser firmes en el momento que se ejecutara, para poder conseguir los resultados positivos que se están teniendo. Es importante destacar la presencia del pueblo en pleno, no era necesario que mostraras un carné político para que obtuvieras el precio justo de lo que comprabas, aunque luego salieras en las redes sociales criticando la medida, característica principal de los aprovechadores de oficio, (gozo, vivo de, disfruto pero luego lo critico).
Hubo momentos de dificultad y zozobra al principio de la ejecución, ya que se presenciaron algunos saqueos, consecuencia de la desinformación, de los rumores malsanos creados por los incitadores a la violencia y en algunos estados por la presencia de contrarrevolucionarios enquistados a la cabeza de la inspección, que dejaban pasar a sus conocidos o compraban ellos antes que el pueblo y eso molestó a quienes esperanzados de poder conseguir lo necesario a un precio alcanzable, hicieron colas a las afueras del establecimiento y se percataban de la vagabundería interna.
Es importante contar con funcionarios casados con el proceso, revolucionarios de verdad, que crean en lo que hacen, para así mantener el control y darle continuidad a este tipo de medidas eficientemente, que no se dejen comprar por los dueños de los negocios, que entiendan que si están allí es para controlar que el pueblo se beneficie organizadamente, no para aprovechar la oportunidad y causar desagrado en un pueblo que no estará nunca contra el gobierno, pero si contra los corruptos que se esconden tras un carné o un uniforme.
Esta batalla fue ganada en grande, pero debemos recordar que tenemos otras muchas más, que debemos acabar con los contrarrevolucionarios enquistados, con los putregolpistas titirezcos, con los medios infames y falsos, con el capitalismo salvaje, con la mentira y la corrupción, para que nuestro Comandante Supremo siga vivo en cada uno de nosotros.
MÁS FELICIDAD PARA EL PUEBLO…
Y SOLO POR ESO SEGUIREMOS TRIUNFANDO.