En los años 80´s Venezuela comenzó a vivir al igual que el resto de América Latina la fiebre de las políticas Neoliberales, caracterizadas por que a los gobernantes de turnos y sus equipos económicos, les dio por entrar en un proceso privatizador de todos los bienes propiedad de La Nación.
Las carreteras venezolanas no escaparon a esta epidemia y fueron en su mayoría “entregadas en concesiones” a empresas que se dedicaban al cobro de un importe por transitar o hacer uso de las vías de comunicación terrestre, sobre todo las troncales o vías principales.
Fue tal la fiebre que gobernaciones y alcaldías, a la sazón del otro fenómeno llamado “descentralización” se dieron a la tarea de colocar peajes a diestra y siniestra, sin importarle los inconvenientes que causaban, pues fueron políticas poco estudiadas y jamás consultadas con las comunidades.
Se argumentaba que esta política de cobro por el uso de las vías se hacía para generar recursos que luego serían utilizadas por el concesionario del peaje, en el mantenimiento y arreglo básico primario de las carreteras.
Eso en principio sonaba bien y tenía toda la lógica del caso, pero en la práctica no fue mas que otro engaño a los usuarios, pues con honrosas excepciones, no pasaron de ser un fraude, al convertirse en alcancías que recolectaban plata dia y noche sin que se acondicionaran realmente las carreteras.
Al llegar a la Presidencia de La Republica Hugo Chávez, eliminó de un plumazo este viciado plan neoliberal de los peajes, prometiendo que el Estado asumiría nuevamente la política de mantenimiento de todas las carreteras principales del país.
Ya para los primeros años de su mandato, expertos en el tema de mantenimiento vial indicaban que Venezuela requería una inversión no menor a los 10 mil millones de dólares para volverle a darle el privilegio al país petrolero de ser uno de los primeros de América Latina con la mejor red vial, tarea que aún sigue pendiente, acompañada de una vialidad en franco y continuo deterioro.
Ya se están nuevamente instalando los peajes en el país no se sabe bajo qué filosofía, pero en todo caso vuelve a ser un precio simbólico, pues pagar dos bolívares cada cierto tramo por el uso de la carretera, por muchos vehículos que transiten, no alcanzaran para mucho, a sabiendas de los costos tan altos que hoy tienen los insumos requeridos para el mantenimiento vial.
Ojala y no sea más de lo mismo y priven los criterios de generar bienestar y calidad de vida para los ciudadanos con estas políticas que se implementen.
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