Ahora, cuando se hurga en la cueva de los seudobachacos que, en nuestro país hacen alianza con los grandes capitales transnacionales, con el imperio estadounidense y con la burguesía apátrida y la derecha contrarevolucionaria, la esperanza del pueblo bolivariano y chavista se fortalece.
Especialmente desde finales del pasado año, 2014, se ha venido observando la proliferación de colas a las puertas de supermercados, superabastos, superfarmacias y otros grandes consorcios que actúan de manera organizada, respondiendo a la planificación desgastante que se ordena desde el Pentágono a través de los distintos mecanismos con los que cuentan para desarrollar una sola guerra mediante el despliegue de variadas tácticas.
Está suficientemente comprobado que la burguesía transnacional tiene por objetivo desmantelar toda pretensión soberana que expresen los pueblos del mundo de producir y distribuir sus bienes materiales de acuerdo con la cultura productiva que asuman. Una República, como la Bolivariana de Venezuela, que definió, desde una perspectiva clasista de la vida, convertirse en Patria socialista, tal como lo visionó, lo impulsó y lo comenzó a ejecutar nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez, al declarar sus fines, se convirtió, automáticamente, en enemiga de los explotadores locales, de los burgueses del mundo y del capital transnacional y de sus aliados políticos.
Es por eso que los dueños de los medios de producción, del mundo entero y hasta de nuestras ideas, atacan cualquier insubordinación, cualquier grito comunal de la fuerza estremecedora de aquel 27 de febrero de 1989, cualquier rebelión de pueblo unido, militar y civil, que ronca a las puertas del palacio gubernamental de un gobierno títere como aquel que habitaba Miraflores el 4 de febrero de 1992. Es por eso que el imperio y sus lacayos no soportan que un pueblo consecuente avance perseverantemente hacia el socialismo, pese a todas las contradicciones y dificultades que encuentre y haya encontrado en su proceso de despliegue. Es por eso que la burguesía transnacional y sus estrategas políticos y militares quieren acabar con el pueblo revolucionario, bolivariano y chavista de Venezuela y con su gobierno actual, presidido por nuestro camarada Nicolás Maduro.
Los enemigos del pueblo venezolano arrecian su combate contra nuestra Revolución Bolivariana y se articulan, hasta en lo más pequeño, con acciones que generan fenómenos disuasores, confusores y caotizadores, como el del desabastecimiento, las imágenes de anaqueles vacíos y las colas repetitivas de bachaqueros procurando reproducir en pequeño los que hacen los grandes depredadores capitalistas al acaparar, esconder y encarecer los productos más necesarios para el vivir cotidiano.
Por eso, cuando hoy queremos llamar la atención sobre la medida gubernamental de "jurungarle el hueco", uno de los huecos (en este caso el de la transnacional golpista Farmatodo) al bachaqueo planificado que en se aplica en Venezuela como parte de la guerra económica y mediática, el pueblo en su conjunto siente que hay esperanza de ganar esta nueva batalla y se llena de bríos porque sabe que cuenta con un gobierno revolucionario, como el que encabeza nuestro camarada Nicolás Maduro y que está dispuesto a tomar las medidas que sean necesarias para vencer las pretensiones imperialistas.
De lo que se trata, entonces, es de seguir actuando unidos: pueblo firme y en la calle, alerta, organizado, junto a su Fuerza Armada Nacional Bolivariana, junto a las distintas expresiones de organización política y partidaria socialistas y a todas las instancias gubernamentales del Estado venezolano. Se trata, en fin, para decirlo con la voz de aquel rebelde de febrero en La Victoria, José Félix Ribas, de vencer. "¡No podemos optar entre morir o vencer, necesario es vencer!"