Hasta cuándo...

Como la mayoría de todos los que hacemos maniobras tan inimaginables para simplemente realizar actos tan absurdos como afeistarse (solo para poner un pueril ejemplo), esta Guerra Económica nos tiene hasta los tuétanos. Sé que los verdaderos culpables que pase más de una hora pidiéndole a una vieja prestobarba lo que ya dio hace semanas es una Oposición tan desgraciada como estúpida al creer que por este hecho voy apoyarla para que siga destruyendo a Venezuela. Pero lo que más me saca la piedra es que pretendamos solucionar esta grave situación con medidas tan infantiles e irresponsables. Cómo es que tres bachaqueras (colombianas) le caen a coñazos a una cajera porque no quiso venderle más artículos regulados y el Ministerio Público las imputan a que no se acerque a la maltratada cajera. Qué precedente estamos marcando, realmente creemos que este acto "disciplinario" y "pedagógico" va originar que estas bachaqueras, y sus demás secuaces, lacrimógenamente desistan de su actitud.

La Nena una mujer de 75 años con dos hijos desempleados enganchados en un cacharro prácticamente desahuciado es el más claro ejemplo de mi inoperancia revolucionaria (lo reconozco). Con el valor y sabiduría de sus canas es chavista de lágrimas y puños. Pero cómo convencerla sobre Maduro si a pesar de haber hecho de TODO amargamente tiene que conformarse (militantemente) que ese degenerado de Ricardo Koesling cobre "la pensión de Chávez" que ella ahora tanto reniega pero igualmente necesita.

Sabemos que es a partir de la Economía como mejor se expresa y manifiesta esta Guerra, intuimos que es a partir de lo Político como se logrará su superación. Pero el problema Moral es el que verdaderamente carcome nuestros esfuerzos. Aunque me imponga no repetirlo a viva voz pienso que la sensación de malestar presente en Maracaibo es peligrosamente contradictorio e incuantificable, Estamos peor de lo que calculamos y un poco mejor de lo que creemos.

Los últimos resultados de las internas del PSUV pueden ser la oportunidad ideal para que el presidente Maduro asuma las verdaderas medidas a tomar, el respiro suficiente para hacerse de la ofensiva. Al tiempo que también es la última oportunidad, en la mejoría del desahuciado, para hacer algo.

Si bien la palabra precisa en el momento necesario puede corregir entuertos y desórdenes en la conducta de algunos bachaqueros, solo a partir de una ejemplarizante distribución de severas sanciones evitará que en lo inmediato continúen desangrando al país. En ese entendido los que escribieron la Biblia muy bien sabían que no bastaba con prometer el Paraíso más machete imaginable, era necesario el infierno y sus demonios atizando el candelero de las pailas para que algunos entraran en carril.

La impunidad y el desmesurado afán por respetar los Derechos y Libertades de los que diariamente aterrorizan e imposibilitan todo posible mantenimiento de la paz ciudadana, me parece nos está llevando hacia el verdadero lugar donde nos quieren llevar, más que una guerra entre venezolanos, una guerra entre los que se definitivamente se arrecharon que un grupito continuara echando tanta verga...



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Waldo Munizaga


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