Hasta Cuando (II)

Hace ya algunos meses, en compañía de un camarada que verdaderamente ha emprendido frontal combate entre quienes con descaro y arrogancia auspician estos desmanes, visitamos un funcionario que para el momento tenía la responsabilidad de enfrentar este flagelo en la región. Lo expresado allí, por razones obvias, lo omito pero sepa el agudo lector que basta con decir que su rostro era de espanto para connotar lo realmente preocupante de la situación en el Zulia y, creo, que en los demás estados.

La coyuntura es complicada y pareciera ser una "papa caliente" que se reproduce y recalienta cada vez que vertiginosamente pasa de mano en mano al pretender controlarla. Para los que con escrúpulo patriótico pretenden "nadar" contra la corriente por temor a las represalias tienen que hacerse de la vista "gorda" o dejar el "pelero", mientras que... a "regaña diente" aprovechan. Con rigurosidad investigativa algunos hablan de cifras pecaminosamente irresistibles, el negocio entorno a estas "papas" adquiere dimensiones escalofriantes. Relatos afirman que cuantos más puntos de la Guardia se establecen más obligan a los camioneros traficar con gasolina para poder cubrir los costos del "matraqueo", no solo incrementando el negocio sino los que caen en él.

No se tiene el propósito de afirmar, irresponsablemente, que la Guardia es genéticamente susceptible a esta actividad. Hay una velada pretensión por descalificar y corromper definitivamente este particular cuerpo castrence. Responsabilidad mayor lo tienen los diferentes comandos Popular-Militar que rimbombantes y llenos de esperanza y expectativas fuimos juramentados bajo la ecuestre estampa de nuestro Padre Bolívar. Y que para la fecha no se ha reunido la primera vez.

Mucho de lo que se dice más que procurar soluciones pretenden crear estados anímicos de desolación y desesperanza. De ahí que los verdaderos medios de comunicación alternativos y revolucionarios mas que estructurarse en sus comprensibles reclamos reivindicativos, deberían auspiciar espacios para la discusión y análisis sobre el correspondiente modo de enfrentar esta movediza y mutante actividad. La actividad del bachaqeo se ha convertido en viral, teniendo que reconocer que en muchas ocasiones hemos contribuido, jocosamente, a reproducirla en nuestro imaginario, asumirla semánticamente como sinónimo de ir de compra.

Si bien el bachaqueo de gasolina es un mal que heredamos, al tratar de hacer de él un aikido electoral ahora éste nos está reventando más que el "brazo". Por razones de respeto y consideración para con la cultura wayuu políticamente aceptamos e introducimos un nuevo recurso moral y legal en nuestro discurso: bachaqueros buenos y bachaqueros malos, bachaqueros legales y bachaqueros ilegales. A so pena que estos bachaqueros buenos, negando esa máxima de " solo cazar para comer" y bajo el "uh, ah Chávez no se va" hicieron fabulosos negocios recapitalistas con el sanguinario Uribe (Pacific Rubiales, entre otras). Alcanzando poder inimaginable ahora ostentan un Poder Político considerable y para nada nacionalista y menos revolucionario.

Si bien hemos venido esperando con ansiedad y vilo los logros en contra de este flagelo. deberíamos exigir también saber cuántos de estos sujetos están detenidos y cuál es su condena. Alcanzar una masa crítica que demande las transformaciones económicas y soporte los costos políticos.

 



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Waldo Munizaga


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