En días pasados el gobernador del estado Nueva Esparta, Carlos Mata Figueroa, declaró a la prensa que a la isla de Margarita han llegado alimentos y otros productos de primera necesidad suficientes para cubrir la demanda. Resaltó el camarada gobernador que el desabastecimiento es causado por la acción de los bachaqueros; especie de nuevo cuño que se mueve entre el comerciante informal y el delincuente, más cerca de esto último debido a su acción especulativa. Del bachaquero hemos escrito en otras oportunidades. Hemos sido testigos de cómo se han ido fortaleciendo, especializando en sus métodos y convirtiéndose en una real amenaza contra el pueblo y, por supuesto, contra el gobierno. Por su parte, éste se ha mostrado impotente en su acción para darle un parado a los mismos. Tan efectiva ha sido la acción de los bachaqueros que se han convertido en personajes defendidos por la oposición.
En un excelente trabajo de periodismo escudriñador, de César Noriega Ramos, nos habla de esta nueva actividad económica-hamponil. "El bachaqueo o reventa de productos de la cesta básica alimentaria es uno los oficios más lucrativos de la actualidad", así abre este reportaje, realizado en voz de los propios bachaqueros, quienes admiten una ganancia de 5 mil bolívares diarios. En este caso no estamos hablando del bachaquero que se lleva toda la familia a hacer cola en los supermercados para adquirir los productos y luego revenderlos con un super sobreprecio (se dice que para no complicarse la vida con porcentajes, sólo le agregan un cero al precio regulado: si lo compran en 100 lo venden en 1.000); sino de bachaqueros que ni siquiera hacen cola. Según la voz de los entrevistados en el reportaje, los verdaderos bachaqueros no venden en las calles; "son camioneros o personas con capacidad de almacenamiento y contactos con distribuidores importantes. Estos son los proveedores que los buscan para ofrecerle los productos básicos. En estas redes comerciales no escasean los artículos, porque aseguran que siempre hay gente buscando venderles mercancías".
Esta confesión apunta hacia los mismos empresarios que en el año 2002 estuvieron activos en el golpe de Estado contra el Presidente Chávez y que también estuvieron activos a fines de ese año y principios del 2003 en el paro golpista contra el gobierno. Los involucrados señorones la están poniendo bien: hacen un negocio redondo al vender grandes cantidades de productos sin mayores esfuerzos, reducen gastos y conspiran contra el gobierno sin necesidad de pararse. Además, quien asume el riesgo en la calle es otro.
Por supuesto, al pueblo que sufre las consecuencias no le sirve de mucho conocer de estos entuertos, lo que desea son soluciones y es el gobierno el obligado a ofrecercelas. Si el Estado no actúa tendremos que admitir que estamos en manos de los bachaqueros.
En el caso de la isla de Margarita, consideramos que toda mercancía que ingrese por los puertos debe tener un seguimiento hasta que sea colocada en los anaqueles y vendidas al público. Se debe ser vigilante para que no tomen un rumbo distinto. El gobierno sabe muy bien quienes conspiraron en el 2002, así hoy estén inscritos en el PSUV.
Por cierto, en días reciente se habló de un operativo en todo el país para obligar a los frigorificos a vender carne de res y pollo a precios regulados, ¿alguien se enteró de este operativo en la isla?.