“La calidad nunca es un accidente; siempre es el resultado de un esfuerzo de la inteligencia”.
John Ruskin…
El Gobierno, rumbo a las parlamentarias del 6D, sigue golpeado por la inflación, la escasez, y las colas, en los sectores populares
Todos los analistas serios coinciden en que la pérdida de la capacidad adquisitiva de los venezolanos es una tragedia, sobre todo en los planes sociales de los productos regulados, esto está causando un drenaje de votos en la revolución; donde la arrechera, y el descontento son colectivos “las colas dixit”. La mala calidad de vida es un cáncer para la revolución con la falla en todos los servicios públicos: electricidad, agua, infraestructura vial etc.
La campaña electoral, con el presidente Maduro, sustituido por el fallecido presidente Hugo Chávez en la propaganda electoral-valla y pendones-, se pierden los votos que se creían seguros, ya Chávez se murió me comento una anciana en una cola: “el muerto al hoyo, y el vivo al brollo me dijo”.
“Le echan la culpa a los americanos de esta tragedia económica, pero el problema de fondo es que son los asquerosos comerciantes chinos que nos tienen haciendo colas en sus negocios bajo un inclemente sol, comentario vox populi en las colas”. El diagnóstico se lo escuchó decir a más de un venezolano, cuando desde el alto gobierno se buscan los culpables en el imperio norteamericano, por la caída de los votos para la revolución el próximo 6D.
La interpretación del descontento también la hacen militantes de la revolución, y se escucha el eco en cualquier sitio donde se forma una cola, según lo que he podido palpar.
Esto lo expresó públicamente cuando digo que la inflación causa malestar hacia el gobierno bolivariano. Según las encuestas, esta sería del 80%, pero otras estimaciones nacionales e internacionales la ubican entre un 80% y un 86%. Aunque la lectura que más ha trascendido es la que apunta a culpar a los ministros que reciben fondos para continuar con la agricultura de puertos, esto no determina la fidelidad electoral de la militancia roja, ese hecho sumado a la inflación, que merma los ingresos de los sectores populares, provocan la pérdida de votos, en el oficialismo.
Los resultados del 6D, serán los que más “indignaran” al Presidente Nicola Maduro, según fuentes donde se analizan los posibles resultados electorales adversos para la revolución. Si bien las encuestas les dan una derrota, el panorama preocupa como horizonte: ahí están 80 de cada 100 votos. Si se tienen en cuenta los resultados de abril del 2013, el gobierno está perdiendo millones de votos, una comparación que debe preocupar al Gobierno porque esto si será una elección controvertida. Pero cuando analizamos esto en frio con las vísceras en el congelador, es cuando las alarmas se encienden.
Ahí habrá un % menos de votos con respecto a ese año, dentro de este contexto económico recesivo, y cuando se empiezan a repartir bolsas de comida en los barrios, emulando a los adecos esto, lo perciben en los sectores populares como la repartición de la migajas de la miseria. Si se acerca la lupa a los que quieren salir de la extrema pobreza esto es altamente negativo, donde se destinan gran parte de millones de bolívares, que servirían para las políticas sociales. Nadie duda que comparado con años atrás la gente vivía mejor, pero el Gobierno no está leyendo bien la situación social, que está más complicada de lo que parece. No es claramente la crisis del paro del 2002, pero hay una degradación de la vida cotidiana que está causa descontento y fuga de votos.
Muchos especialistas en políticas sociales, describen esta tragedia de las aberrantes colas: “como el fenómeno del mal vivir”, así han bautizado a lo que sucede en la rica nación venezolana. En la IV R, había problemas sociales de primer orden: hambre, pero hoy existen otras demandas. Los subsidios, y controles reproducen la especulación y la delincuencia que no alcanzan para solucionar la mala calidad de vida, hay que complementarlos con políticas de generación de empleo de calidad para los miles jóvenes que ya no estudian ni trabajan, y los graduados optan por emigrar. El mal vivir lo que trae es hacinamiento, inflación sumada a la falta de trabajo por la caída de la inversión en infraestructuras, agravado por los bajos precios del petróleo, y el pésimo sistema de transporte público.
La preocupación por las cuestiones económicas está creciendo, pegadas de la imagen de Nicolás Maduro. Sin duda por eso lo apartaron de la propaganda electoral, el voto castigo tiene una razón económica. La inseguridad criminal y la impunidad en la aplicación de justicia desde hace tiempo preocupan, pero es sabido que la corrupción mueve a votar en contra como en la IVR, sobre todo cuando toca el bolsillo. Donde el alto costo de la vida, la escasez y las colas, el gobierno bolivariano parece no tomarlas en cuenta. Hoy existe un descontento, y en la percepción del pueblo, la idea generalizada es que la revolución está fallando.
La gente parece que busca alternativas, se pensaba que era solo la clase media, pero también lo piensan en los sectores populares, basta meterse en una cola.
Hay una ruptura en el otrora blindaje electoral con eso del llamado clientelismo por asistencia social en los sectores populares, gracias a las colas muchos votantes están desencantados con la revolución bolivariana. Hay millones con terribles demandas urbanas, sociales y económicas. En todo ese sector hay enojo. Nadie ha festejado el nuevo aumento del sueldo mínimo, que tiene un valor de emergencia, y que, en realidad: ¿Para qué sirven bs 9649 o 12 dólares por mes?