La colosal derrota electoral de la Revolución el 6D, obedeció entre otras determinantes, a la actitud nefasta de una burocracia que se adueñó del aparato del estado, bloqueando el empoderamiento de esta instancia por el poder comunal. Este funcionariado le hizo un enorme favor a la contrarrevolución en los planos económicos, políticos e ideológicos. En el plano económico sumó las empresas públicas bajo su égida, al terrorismo económico contra el pueblo decretado por el capital.
En el plano político se afincó en la desmovilización de las fuerzas revolucionarias y en darle carta de ciudadanía al perfil socialdemócrata del gobierno madurista. En el plano ideológico cometió un pecado de lesa revolución: castró el Plan Patria 2013-2019, transformándolo en una herramienta a favor de la acumulación de capital.
Sin embargo debemos acotar que no todos los funcionarios rojos-rojitos se embarcaron en esta claudicación, pues, sabemos que hubo burócratas que si bien se adormecieron en el ejercicio de su gestión, no renunciaron a su chavismo libertario. Este funcionariado rojito debemos rescatarlo para las luchas que se avecinan que van a ser de grueso calibre, siempre y cuando reconozcan sus pecados políticos frente al pueblo.
En tal sentido, estos funcionarios y dirigentes para poder ganarse nuevamente la credibilidad de las clases trabajadoras, deben pedirle perdón al pueblo, pedirle perdón a Bolívar, pedirle perdón a Chávez y por último, poner sus cargos a la orden, tal como lo hizo el maestro Aristóbulo Isturiz; pues, fue utilizando esta simbología que se fueron alejando de los rieles verdaderos de la revolución socialista. Así de simple.
¡ El pueblo ya identificó los burócratas corrompidos ¡