El desfalco a la República Bolivariana de Venezuela por los dólares robados a CADIVI es una herida sangrante sin cicatrizar por una daga traicionera clavada en el alma de la revolución bolivariana. Por encima de lo material, cuantificado en la suma escandalosa de millones sustraídos a la nación que hubieran sido suficientes para haber resuelto, en esta coyuntura, el hambre y la miseria al país pobre por la llamada "guerra económica", se sobrepone lo espiritual por el descontento, la frustración, la decepción y el desencanto de la gente desilucionada por la complicidad, la alcahuetería y el silencio de la alta dirigencia del gobierno y del PSUV ante tan gigantesca estafa al pueblo de Venezuela.
¿Qué nos pasó? Preguntémoslo a Santiago Arconada:
"Nos pasó que, a mediados de 2013, la compañera Edmée Betancourt, Presidenta recién designada para ese entonces del BCV, denunció que sólo durante ese año "empresas de maletín" habían desfalcado al organismo administrador de los dólares preferenciales (CADIVI) 22.000 millones de dólares. Nos pasó que, por haber dicho eso, la botaron después de regañarla, pero también nos pasó que nunca le dijeron mentirosa. Que nunca el alto gobierno que en ese momento se pronunció contra ella nos dijo que era falsa la denuncia hecha por la Presidenta del BCV. Sólo en un año nos habían robado bastante más de los 13.568 millones de dólares que hoy constituyen nuestras reservas internacionales."
(La Democracia se ejerce entre ciudadanos igualmente bien informados. Carta abierta a Aristóbulo Istúriz . Aporrea org.)
¿Y qué se creen los reyes de la autosuficiencia y el Mago de Oz?
¿Piensan que toda la gente que votó por ellos está feliz y contenta?
No se dan cuenta que en el pensamiento del pueblo chavista subyace la duda, la estupefacción y la interrogante de ¿Por qué callan sobre los dólares desaparecidos? ¿Por qué guardan silencio sobre las empresas de maletín?
La pérdida de credibilidad va pareja con la pérdida de votos y ambas van cada vez más palo abajo. Pero peor que la pérdida de votos es la pérdida de la confianza en los líderes de la revolución bolivariana y en los altos funcionarios de las instituciones del estado quienes le esconden la verdad al pueblo y se han convertido en el gran escaparate de "las empresas de maletín". La moral del pueblo chavista anda por el subsuelo y no se engañen con las manifestaciones de apoyo al gobierno que nos recuerdan los desfiles de la "Semana de la Patria" antes de caer Pérez Jiménez o las desbordantes concentraciones de apoyo a Carlos Andrés Pérez meses antes del Caracazo.
El Presidente, los ministros y los altos dirigentes del PSUV hablan sin cesar de lo humano y de lo divino haciéndose siempre los locos de los reales que se perdieron en manos de la revolución bolivariana y que no son poca cosa. Muchas veces tocan temas de innegable interés revolucionario como el de oponerse a la vulgar Ley de Amnistía, pero con qué moral lo hacen si ellos mismos son cómplices de la mayor impunidad de nuestros tiempos que es el saqueo a los recursos financieros de todos los venezolanos. Esta bicoca de dólares robados pudieron ser destinados a satisfacer las amplias necesidades sociales de salud, educación, alimentación, medicamentos, repuestos y producción que el país reclama.
El discurso del status quo oficialista está parado sobre pies tambaleantes porque pesa mucho la conciencia podrida por el silencio inconfesable de la corrupción.