I
¿Dónde está la transparencia?
Hasta donde yo sé los "gallos tapao" son únicamente de la IV República, mejor dicho, eran. Veamos: "transparencia es la capacidad que tiene un objeto de dejar pasar la luz y permitir ver a través de su masa lo que hay detrás". Pero también existe la transparencia política. Es aquella donde los gobiernos están obligados de dar cuenta claras, muy claras, a los ciudadanos, de todos sus actos, especialmente sobre el uso del dinero público, así como el de prevenir la corrupción. Preguntas: ¿Cuánto le debe la Nación a los chinos? ¿A cuánto alcanza la deuda externa del país? ¿Qué ha hecho el Banco Central para contribuir a bajar la inflación? ¿Quiénes se robaron más de 20 mil millones de dólares a través de Cadivi? ¿A cuánto se eleva la deuda de PDVSA? ¿De dónde salieron los dólares para los paseos de Pastor Maldonado? ¿De dónde sacaron los reales tantos millonarios en estos 17 años? ¿Quién se robo el dineral que Hugo Chávez y Maduro entregaron a la Corporación Venezolana de Guayana y a las empresas básicas? ¿Qué pasó con la fábrica de helados Copelia, en Falcón? ¿Qué pasó con los famosos Centrales Azucareros? ¿Qué pasó con las cementeras expropias? ¿Por qué los alimentos que llegan a los puertos, no llegan al Bicentenario, Mercal o Pdeval? Mejor es parar aquí. La verdad, "verdaíta" es que tanto pregonar para no hacer nada. ¡Se cansa uno!
II
El gobierno y las clínicas
¿Cómo es posible que el gobierno no haya podido meter en cintura a las clínicas de este país? Sí, así como usted lo está leyendo. El gobierno revolucionario no ha podido con las clínicas. Órdenes, normas, decretos y políticas se han implementado para regularizar un funcionamiento solidario de estas empresas de salud, y nada se ha conseguido. Para hospitalizar a alguien siguen demorando el ingreso hasta que no tienen asegurado la respuesta de la empresa aseguradora, respectiva. En otras palabras, usted está en vilo hasta que no tienen el visto bueno de la famosa carta aval. Pero la cosa no se queda allí. Es imposible ingresar a alguien de emergencia que haya sido atropellado por un vehículo o un herido de bala, o personas que han sufrido un daño, sino tiene el seguro, respectivo. Dejan morir a las personas en la puerta de la clínica, pero no lo atienden de emergencia, para salvarle la vida, como lo hacen en otros países. ¡Dios, mío, como hace falta una verdadera revolución en este país! ¡Volveré!
Puerto Ordaz, 14 de marzo de 2016
