(“En 3000 UT: Maduro sube base para cálculo del Impuesto sobre la renta”)

¿Botaste la bola, Nicolás?

“Skoll el lobo asustará a la Luna/ hasta que vuelve al bosque de la Aflicción; / Hati el lobo, del linaje de Hridvitnir,/ perseguirá al Sol”. (“Grimnismal”, Edda mayor).

“En la mitología Vikinga, Skoll y Hati cazaron el Sol y la Luna. Cuando los lobos atrapan a uno de ellos, hay un eclipse. Cuando eso ocurre, los habitantes de la Tierra se apresuran a rescatar el Sol o la Luna haciendo tanto ruido como pueden, esperando asustar a los lobos”. (Stephen Hawking y Leonardo Mlodinow, 2010, “El Gran Diseño”, Ed. Crítica. Barcelona. P. 21).

En el contexto de la Venezuela actual vaya Ud. a saber quiénes son los lobos que persiguen la Luna o el Sol y, en esa pendencia, producen un “eclipse total del corazón” (Total Eclipse of the Heaart, Bonnie Tyler, Youtube), es decir en la economía nacional; entonces (mire por dónde vamos) es cuando surge la necesidad de proteger a los trabajadores; lucha que dieron últimamente y tuvieron éxito varios gremios, entre ellos el universitario, principalmente la FAPUV, que además ha introducido un recurso de nulidad al TSJ con fines de proteger el salario de este sector profesional (Fapuv introduce ante TSJ recurso de nulidad para proteger…, www.visionglobal.info/fapuv-introdu...), sector docente que tiempo atrás se tenía como de clase media intelectual privilegiada; y en esa acción hicieron todo el ruido como pudieron para rescatar el “Sol de la justicia”, dicho sea esto así para no olvidar los dos epígrafes que inician esta nota volandera.

De donde se tiene que ese grito ciudadano advirtiendo un peligro encubierto (Simón Bolívar, dixit) produjo la decisión del presidente Nicolás Maduro de subir la base para el cálculo del impuesto sobre la renta (El Impulso, miércoles 9 de marzo de 2016, p. 1). Gesto este que, unido a algunos otros, revela el talante democrático y dialogante del Jefe de Estado; pero que algunos le niegan, cegados por el prejuicio ideológico y el activismo opositor a ultranza. Sin embargo, suponemos que don Nicolás Maduro Moros se apoya en unos distingos importantes para la gobernabilidad, vinculados principalmente con la orientación de su gestión en un entorno altamente complejo y que los especialistas suelen llamar “Bases filosóficas” de la praxis gerencial.

Como es d todos conocido la praxis gerencial en Venezuela a veces está sustentada en el positivismo y solo muy excepcionalmente en el postpositivismo, caracterizado por la mayor sensibilidad o la denominada “Razón sintiente”, propio del humanismo socialista y hasta el humanismo cristiano. Cuestiones que se abordarán más adelante en este escrito, dado que quienes reflexionamos en aulas de clases o a través de estos medios en torno a asuntos de la historia actual también debemos valorar la dimensión teórica presente en la gestión del principal líder formal de la nación, además de hacer la crítica cuando corresponda.

Veamos, pues, los elementos de la coyuntura que tenía preocupado altamente a cado uno de nosotros, ya que de nuestro “esmirriado” o extremadamente devaluado sueldo de profesores universitarios o educación media, debíamos pagar un impuesto que, a todas luces supera la capacidad de pago que tenemos; como si nosotros fuéramos diputados cuyos sueldos parece que son bien jugosos, aunque a Ramos Allup dizque no le alcanza, según confesara al inefable Luís Chataing; pero citemos pues, lo recogido por una fuente hemerográfica, no afín a la Revolución Bolivariana, por cierto:

“En 3.000 UT. Maduro sube base para el cálculo del Impuesto sobre la Renta” (ídem): “El presidente Nicolás Maduro anunció ayer que se dispone a fijar en 3.000 Unidades Tributarias (UT) la base para calcular el ISLR, ‘para proteger a todos aquellos que ganan de 50.000 bolívares hacia abajo’, exceptuándolos a través de un mecanismo de crédito fiscal”. El lead de la noticia sigue así:

“Señaló (el presidente Maduro) que se trata de una ‘medida de justicia’, pues reconoció que se presentó ‘un problemita’ con el pago del tributo en la clase media y trabajadora, pues les corresponde pagar ‘una platica’ por el cálculo de la UT a quienes ganan 50.000 bolívares mensuales o incluso menos”.

Más adelante agrega que: “Especificó que el Decreto de Emergencia Número 3 contará con dos mecanismos: ‘Uno para el segundo semestre, de devolución del dinero que pagaron en esos impuestos (…) y otro que también se llama crédito fiscal, que se implementará para el pago de los impuestos y el cálculo del próximo año”, (El Impulso, ob cit).

Sin entrar en otras consideraciones, como por ejemplo una atinente a destacar la importancia de las asociaciones gremiales que hicieron el ruido suficiente, como la nunca bien ponderada Fapuv para que el presidente Nicolás Maduro pudiera reflexionar y reconocer el “problemita” de marras; y otra es (aunque alguno de los amigos míos dirá que es innecesaria y más bien sea otra cosa, tipo Jb) reconocer, digamos, las bases filosóficas y la praxis humanística y hasta postmoderna en la gestión de Maduro. ¿Botaste la bola, Nicolás? O actuaste bajo coacción del ruido gremial, hermano.

De ser esto último y de acuerdo con las características de las fases del acto moral: objeto elegido, intención, medios, grado de libertad o coacción y consecuencias…, en torno a lo cual sabe mucho más que uno el joven Doctor en Filosofía Miguel Ángel Pérez Pirela, (Maracaibo, 1977), como se infiere de la lectura de su libro “Del Estado posible. Crónicas de una revolución” (Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas, 2010), el fraterno Maduro Moros actúo como líder situacional y haciendo control de daños (maestro Walter Martínez, dixit), pero en todo ello eligió libremente lo que decretó en el asunto que nos ocupa; claro, siguiendo el principio de la demosofía del altiplano boliviano rescatado por el Evo Morales y Hugo Chávez. A saber, gobernar obedeciendo…

Dicho lo anterior es dable recordar que el Libertador Simón Bolívar pidió en la instalación del Congreso de Angostura (1819), el desarrollo de un gobierno evidentemente moral, eminentemente justo que encadena la culpa y la opresión (Documento 3589. Discurso de Angostura…, www.archivodellibertador.gob.ve/esc...); ergo, Maduro actuó atendiendo a la justicia y la moralidad, o al menos uno entiende que se guía por una visión postpositivista. A saber, que reconoce el valor de los intereses humanos más legítimos en el marco de una sociedad democrática, participativa y protagónica, donde la relación interhumana es de una importancia decisiva para la defensa del pueblo venezolano. Concretamente a la llamada clase media trabajadora, que conviene proteger pues ya ha venido siendo gravemente golpeada por esta inflación inaudita que padecemos en Venezuela, por errores del diseño económico y político en lo que Jorge Giordani tiene mucha responsabilidad, para bien y para mal, como lo ha reconocido en uno de sus últimos libros (Encuentros y Desencuentros en una Constitución Bolivariana…, www.cenal.gob.ve/evento/presentacio...).

El positivismo como filosofía suele apoyarse en el determinismo de la experiencia sensible, la cuantificación aleatoria de las medidas, la lógica formal y la verificación empírica (cuanto ganaste, cuanto tienes que pagar de impuestos, ergo: del bolsillo del venezolano, en general el trabajador de las organizaciones formales, corresponde cierto porcentaje de los ingresos, el presupuesto nacional se cuantifica numéricamente, según la racionalidad cartesiana en un eje de coordenadas, cuando en realidad un atributo significativo viene a ser fortalecer la capacidad productiva de las organizaciones privadas y públicas); en cambio, la transición hacia un nuevo paradigma supone coordinar la acción humana, principalmente el Estado-Nación, e ir pasando bajo las orientaciones del socialismo de nuevo tipo, bolivariano y chavista, al reconocimiento de la categoría más importante del Estado-Nación, a saber, el pueblo (como puede leerse en Enrique Dussel); por eso, de la lógica tradicional lucrativa, mercantil y eminentemente empresarial (maximización de la ganancia y acumulación), se va pasando a la valoración de lo social, lo colectivo y lo solidario, con una economía cuyo centro es el hombre y la mujer, no el capital.

Eso entendemos es lo que ha hecho el presidente Nicolás Maduro: elevar la base del cálculo del Impuesto sobre la renta, algo que en la Gerencia Emergente se ha denominado “Responsabilidad social”, que además constituye una forma de fortalecer la democracia a través de la escucha y el diálogo con grupos de interés, caso Fapuv; a la que debemos agradecer también todo ese ruido que pudo hacer a objeto de que fuera corregido un error, optando por una visión complementaria, (Víctor Guédez y otros, S/, F, “Responsabilidad Social Empresarial. Visiones Complementarias. Hacia un modelaje Social. Venacham. Carcas. P. 137).

Volviendo al punto de las bases filosóficas de una gestión, tenemos en efecto, que de acuerdo con Henry Mintzberg (www.gestiopolis.com/diseño-organiza...) en el modelo del mejoramiento continuo de la gestión de las organizaciones, sobre todo en entornos complejos, conviene aplicar el denominado “Ajuste mutuo”, ello con fines de coordinar un trabajo sustentado en la comunicación y la supervisión directa; con las instrucciones respectivas, estandarización de procesos, además de la especialización de tareas y la capacitación (a esa técnica se le conoce como “Coordinación en Cinco”, (1) ajuste mutuo, (2) supervisión directa, (3) estandarización, (4) especialización, (5) capacitación).

Así, los líderes con sentido de responsabilidad fortalecen el talento humano de las organizaciones, elemento fundamental para alcanzar metas elevadas y según la naturaleza y función de las empresas e instituciones, donde las aptitudes (habilidades, capacidades, especialización…) en los trabajadores del conocimiento (Peter Drucker, dixit) constituyen un asunto nodal. Según un conocido nuestro, en la decisión del ciudadano presidente Nicolás Maduro de aumentar la base del cálculo del cálculo del Impuesto sobre la renta, se está aplicando el principio de “Ajuste mutuo”, ni más ni menos, en función de la mejora continua y hacer realidad el principio constitucional referido al Estado democrático social de Derecho y de Justicia, léase lo siguiente de la Carta Magna actual:

….“que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político” (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 2000, artículo 2); ya que (artículo 3) “El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta constitución”.

Finalmente, sobre estos asuntos “el desocupado lector” sacará sus propias conclusiones o puede abstenerse. El pluralismo político y la soberanía cognitiva la ejerce cada quien según su libre albedrío, aunque la otra vez oí decir al Dr. Jorge Rodríguez que eso del “libre albedrío”, (“La política en el diván”, … Alcalde de Caracas detalló que el libre albedrío no existe, www.ciduadccs.info/rodriguez-nuestro-co..), tesis típica de la antropología filosófica de orientación cristiana formulada si no recordamos mal por Tomás de Aquino en su monumental obra Suma Teológica, no existe; pues estamos sometidos a cierta “programación cultural”. Y manipulación de nuestra conducta observable. Todo ello según lo que imponen determinados estímulos primarios para obtener una respuestas predeterminadas por psicológicos (test o ciertos instrumentos específicos, propios de la propaganda audiovisual), hechos por sectores políticos dominantes. Concretamente, grandes corporaciones científicas, cuyos laboratorios están al servicio del imperio estadounidense.

Esa ciencia de la conducta, por otra parte, se desarrolla en el marco del empirismo de base funcionalista, que diseña estudios científicos en función de controlar procesos mentales, actos de habla y acciones en la vida cotidiana donde sigue guiones de la sociedad establecida (sociedad de consumo); esto, que como se habrán dado cuenta nos ha desviado de nuestro propósito inicial en este texto, sorprende sobremanera, ya que revela la existencia de estructuras científicas al servicio del poder. Todo lo cual antes que miedo invita a profundizar en el conocimiento de estos asuntos. Porque “¡Aquí nadie se rinde!”, idea-fuerza muy adecuada sobre todo para uno que a veces nos fallan las fuerzas en el marco de una sociedad tan caótica como la Venezuela actual.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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