"Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez."
René Descartes…
Jamás me había sentido decepcionado de la política, hasta que el martes 10 de mayo, cuando salí a comprar una bombona de gas de 18 kilos, para reemplazar el vacio de la casa de mis ancianos padres de mas de 90 años; al toparme con una miserable cola en un país rico en petróleo y gas. Me alejé del lugar de la aberrante cola del gas, abatido por este hecho proveniente del mal gobierno, y del PSUV. Hay una máxima que dice: "en quien no se confía, uno no se decepciona". Hoy me siento decepcionado, escandalizado y abatido por el oscuro y turbio presente del futuro socio económico de Venezuela relacionado con esta terrible situación económica de inflación, escasez, colas, especulación, corrupción, inseguridad etc. Y sobre todo de quien hoy es el tesorero, administrador, y repartidor de dinero negro, y sin ningún valor con su corte de aduladores sin que nadie, absolutamente nadie del PSUV, lo denuncien a sabiendas del caos económico que vive la patria venezolana. Por supuesto que respeto la presunción de inocencia, de muchos altos funcionarios, en este caso más por apariencia de revolucionarios, que por convicción. Pero un gobierno que se dice socialista con miles de militantes, y millones de votantes no puede permanecer parapléjico de lo que dictamine la nomenklatura estalinista. El gobierno de Nicolás Maduro fue expulsado de la Asamblea Nacional el 6D del 2015 en elecciones validadas por el CNE, pero con reacción tardía el gobierno bolivariano intenta patear la AN. Y ante el creciente descontento del pueblo venezolano ante este desastre económico. El gobierno no tiene otra salida que la represión judicial y militar, violando la constitución sin explicación, y la firmeza de reconocer que el burocratismo corrupto en altos cargos que han estado derrochando grandes fondos podridos alicientes, y complementos de millones de dólares mientras los principales responsables del partido miran a otra parte. Quien ordenará ponerle fin a la doméstica práctica de la corrupción. Donde queda muy claro que muchos saben de la existencia de esta práctica, que no por venir de tiempos de la llamada IV Republica, estos corruptos cuando les llegue la hora de rendir cuentas, no sean merecedores de ningún tipo de amnistía. Y tengo la plena seguridad de que muchos altos funcionarios civiles y militares, conocen a la perfección de los altos personeros en cargos que se están beneficiando de esta nueva modalidad de corrupción con la repartidera ahora de las miserables bolsas de comidas.
En cualquier gobierno pululan sinvergüenzas, y corruptos, pero los contra poderes no pueden permitir que se contaminen la totalidad de los poderes. Se equivocan los actuales dirigentes del PSUV, si creen que la crisis sólo afecta a Nicolás Maduro. Esto afecta a millones de venezolanos que habían creído en ellos. Afecta a la izquierda socialista en su totalidad. Afecta a la credibilidad de todos los revolucionarios. Afecta al pueblo venezolano que está pagando unos apagones inclementes de 4 horas, es vox populi en toda la geografía nacional, donde se advierte con estupor que la nomenklatura estalinista se enriquece a costa del empobrecimiento del pueblo venezolano. Pasan las horas sin que nadie ofrezca unas explicaciones diáfanas, que nos saque de este desastre socio económico. Y los medios de comunicación públicos silencian la critica, y el descontento popular, amenazando al que ose manifestarse con una información veraz con ética, decencia y exigencia. El Psuv está obligado a expulsar inmediatamente, a los culpables de esta red corrupta que arruinó la economía venezolana. Y lo tiene que hacer ya, sin dilación, sin declaraciones maniqueas mal ensambladas. Las encuestas califican la situación como una crisis institucional gravísima. Corrupción y especulación por todas partes, corrupción militar, y policial en el control de la economía, corrupción en el burocratismo controlador, corrupción en el sistema. Si el gobierno de Nicolás Maduro quiere salir digno de este laberinto interminable y angustioso, debe saber que le resta un escasísimo margen de tiempo para la maniobra. Y que la rectificación tiene que ser dura, y ejemplar para que los votantes de la revolución bolivariana que se sienten decepcionados, escandalizados y abatidos sepan que sus votos, no fueron para mantener una podredumbre burocrática, sino para ayudar a sacar adelante a Venezuela después de un período de 17 años en el poder. Muchos esperan que no sea ya muy tarde.