Estamos en una crisis creada por el imperio y sus vasallos que es la guerra económica, inventada con la finalidad de apoderarse del poder político y económico de nuestra patria. Para ello, concibieron la excusa de que si ganaban la Asamblea Nacional el 6D acabarían con las colas y ganaron con esta oferta engañosa y no ha pasado nada, las colas siguen, y con más fuerza porque esos opositores apátridas que no quieren nada con lo que huela a pueblo han arreciado esta guerra.
El imperio, desea hacer ver que toda la culpa de la crisis es del gobierno revolucionario dirigido por nuestro presidente Nicolás Maduro (electo democráticamente), pero nuestro pueblo se está organizando con la ayuda de la revolución bolivariana, chavista y socialista, apoyados también por nuestras Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas, que no comen cuentos ni cantos de sirena de la oposición. Este pueblo de Bolívar y Chávez, que despertó su conciencia antiimperialista con valores éticos socialistas y que cada día más se deslastra de alguna forma de los principios capitalistas que solo ven al dinero como única vía; está luchando a brazo partido contra los que lo quieren alienar y domesticar en su pensamiento.
Esta lucha contra la guerra económica nos ha llevado a trabajar conscientemente con estrategias como el aprender haciendo y no, de que otro haga por nosotros, porque está involucrando a todos los venezolanos que creemos en el legado de Chávez y confiamos en Nicolás Maduro. No podemos continuar con la retórica, debemos ir siempre a la acción y a la práctica revolucionaria. Los 15 motores propuestos por el gobierno revolucionario, que se están poniendo a funcionar para deslastrarnos de la renta petrolera y que ésta sea solo un ingreso más, sin dependencia de ella para el desarrollo sustentable del país, dentro de poco tiempo comenzaran a dar sus frutos.
Sin embargo, paralelamente se debería enrumbar el sistema educativo venezolano con un giro real al pensamiento socioproductivo, principalmente en el área universitaria, para formar emprendedores socialistas que conjuntamente con las comunidades se integren al aparato productivo de la nación, y también hacer más pujante la actividad de investigación y ciencia que nos lleve a tecnologías satisfactorias para la patria.
En consecuencia, debemos desde la trinchera donde estemos, sean colectivos, instituciones, comunidades, y otras, impulsar el hacer y el crear con innovación científica y popular, para poder ser independientes y desterrar de una vez por todas la agricultura de puertos y la nociva importación de bienes. Pensemos ya en una Venezuela de exportación, de diversidad productiva, de tecnología propia y que la educación emancipadora sea el pilar fundamental para ello.
¡GUERRA AL BACHAQUEO VENGA DE DONDE VENGA!
¡UNIÓN, UNIÓN Y MÁS UNIÓN, NO HAY DE OTRA!
¡LA GRAN PATRIA LA CONSTRUYEN LOS PUEBLOS!
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