Los CLAP: ¿Arma política o contingencia temporal?

No me agrada estar enfocándome en los detalles de forma y fondo de todo lo que realice la Revolución Bolivariana, porque a todas estas lo que interesa es la eficiencia, eficacia y bienestar que esas políticas en su máxima y correcta aplicación, le llegue a todo el pueblo de Venezuela.

En el caso particular de los Comité Local de Abastecimiento y Producción que tienen apenas 3 meses y una semana de lanzados como modelo para suplir y equiparar los 50 productos a Dólar protegido para todos los venezolanos, se recurre a caer en el error de mencionarlos como un arma estrictamente política, para evitar que una implosión social o más especifico, un golpe de estado. Lo que nos podría tumbar, fue el desastre dejado por la falta de supervisión, exceso de confianza e irresponsabilidad de los encargados tanto a nivel de producción de las empresas expropiadas y creadas de alimentos, así como el sistema de comercialización y distribución (llámese SADA y SICA) los cuales pensábamos infalibles ante todo embate que la derecha nos podría lanzar.

Dejaré en el segundo párrafo, todo cumulo de arrechera para avanzar en recomendaciones que pudieran servir de manera oportuna a nuestra Revolución, porque en sí me interesa tanto que el Partido y Gobierno junto al pueblo superemos de manera concreta, esta penuria que padece el venezolano de a pie:
                 1.- El Gobierno Nacional, debe dejarse de esa bobería de asumir bajo un criterio generalizado todas las estrategias para resolver la crisis nacional de abastecimiento: esto lo menciono, principalmente porque vemos una inoperancia y falta de responsabilidad de parte de Gobernadores y Alcaldes Bolivarianos, a la hora de combatir fenómenos como el desvío de camiones, teniendo el poder de los peajes regionales. A su vez, la pernocta de bachaqueros en establecimientos de venta de productos, falta de inteligencia policial y social por parte de los organismos de seguridad para determinar los responsables de ventas al mayor de productos protegidos a precio de $ preferencial a través de redes sociales, el bazaarismo de los bachaqueros en Mercados Municipales con total permisividad ante la mirada de las autoridades locales, esto sin mencionar, la falta de inspecciones objetivas de organismos como la SUNDEE, que ya está más que demostrado, solo opera de manera más activa en la Gran Caracas y uno que otro Estado de la región costera.

Presidente, el interior del país, muy a pesar de que existe menor densidad poblacional, en los municipios se padece igual o peor el fenómeno de la escasez y se denota claramente el fracaso del sistema de ventas con capta huellas y por cedulas, ya que la población no logra abastecerse con la compra regular y opta por comprarle a los bachaqueros. En este sentido, muy a pesar de los constantes aumentos salariales y la demostrada alta liquidez generada por las devaluaciones, ya ni siquiera recurriendo al sistema ilegal alcanza el salario porque se diluye aun mas por los precios especulativos y tampoco logra el ciudadano abastecerse ni cubrir sus necesidades.

La parte ‘’buena’’, es que al ir disminuyendo la compra hacia los bachaqueros, se les va agotando lo rentable del negocio, por lo tanto pudiera irse regularizando el mercado, al optar el ciudadano común a otros mecanismos para la obtención de productos, como el trueque o a la paciencia al realizar recorridos y colas hasta conseguir lo que necesita.

La parte real (y mala), es que hasta hace 2 semanas, se realizó un ajuste de los precios de los productos protegidos con los mecanismos económicos y financieros aplicados por la cartera de Comercio,  buscando equiparar los precios a la realidad del mercado. Pero, los bachaqueros realizaron aumentos desmedidos de los productos y lo más increíble, es que se abastecen de manera más rápida, por poseer mayor poder adquisitivo de compra a los gorgojos que aun existen en la red pública y privada de venta.

Volviendo al tema de las responsabilidades estadales y locales, no sólo con los CLAP, se combate el tema del desabastecimiento, sino con la producción agraria regional; hemos visto que el Ministerio de Agricultura y Tierras al igual que el de Alimentación, producto de la burocracia y falta de perfil, conocimiento y entrega al trabajo, están en una etapa de cascarón vacío. Que tal, si todas las corporaciones alimentarias, ya sea de producción y administración localizadas en un Estado a fin, ¿sean pasadas a responsabilidades de los gobiernos regionales y locales? Con esto se evita la constante formula de conformar comisiones, equipos de Estado Mayor, Viceministros, Gerencias de acción operativas provenientes de Caracas y sean los propios ciudadanos de una región en conjunto con las autoridades políticas electas, quienes impulsen, vigilen y opten por producir con sus empresas y en sus tierras, lo que van a consumir y con lo que suplirán a la población.

Lo mencionado, fortalecerá con mayor eficacia el abastecimiento por regiones; no se optaría por comprar un producto que esté en Maracaibo, si nuestras empresas y productores lo hacen aquí, además nos evitamos los enormes pagos de flete por traslado y el desvío de la mercancía para los fines de contrabando. Esto genera diversidad en las industrias regionales, que están acostumbradas a ser llenadas con puros profesionales para el ámbito administrativo, pero escasos, incluso, nulos los profesionales que estén capacitados para el sistema agrícola y alimentario.

                 2.- Los CLAP, no son un arma política sino una MEDIDA DE CONTINGENCIA para abastecer de manera oportuna a nuestra población; sería un error político y operacional establecer los CLAP como una figura de abastecimiento permanente, ya que esto se traduciría como una forma de condicionamiento social al que esté sometido el venezolano. Esto lo recalco, porque los CLAP nacen ante la incapacidad del SICA y SADA de colocar los productos en los tiempos oportunos en anaqueles y estos paran aun en la actualidad en manos de gorgojos y bachaqueros. Debemos sumar, a que nuestras industrias alimentarias nacionales (públicas y privadas) no tienen las capacidades para tener los productos necesarios, por eso, aun dependemos de manera vergonzosa, de la masificación productiva y parasitaria de la POLAR como opción B y de la importación. En este caso, mi recomendación por la premura social existente, es adoptar por una inundación controlada y temporal, con productos que países aliados, en el menor tiempo posible; pudieran complementar a la industria pública. Esto permitirá enormemente acabar también con el esquema tradicional del consumo venezolano (por las marcas que la Polar, a desgracia de su monopolio,  permitimos como gobierno seguirse profundizándolo), exigiéndole por supuesto a nuestra industria nacional, producción a su máxima expresión; nos permitiría arreglar los entuertos gerenciales, administrativos, operativos y de distribución, que aun nos afectan y además generan un tipo de boya económica, por más que suene a libre mercado, para generar competitividad y dar correctivos hacia la realidad económica que el Ministerio de Comercio nos quiere presentar actualmente. Recordemos, para finalizar este punto, que los Mercales, PDVALes, Abastos Bicentenarios, Abastos Venezuela, nacieron bajo coyunturas de boicot económico y se volvieron de manera operacional como esquemas permanentes; para mí, aun es un error, porque no se consolidó en todo ese tiempo ni la producción y es al Estado directamente y con toda la responsabilidad, a quien le cargan toda la culpa del abastecimiento, por la falta de operativos que satisfagan las necesidades.
               3.- El tema de la producción, distribución y abastecimiento, debe tener compromisos y responsabilidades operativas y legales individuales aplicándole la formula penal de AleksandrLukashenko (Bielorrusia) ‘’Sino cumples, vas preso’’. Esta acción marcara el inicio de una nueva historia, y es que, eso de escurrirse el bulto a la hora de fracasar los planes operativos y que estas atenten contra la soberanía alimentaria de la nación no deben ni pueden pasar por alto. De hecho, a partir de aquí, es que se debe crear a través del Ministerio Publico, una verdadera ala de condena contra la corrupción y fortalecimiento de la ética laboral en los servidores públicos. Crear clausulas de contrato que penalicen, evitar a través de las trabas que colocan muchos presidentes y gerentes de instituciones, el buen curso de una investigación, por parte de organismos como la Contraloría General de la República, y darle mayor celeridad a todos los casos por igual; no debe existir intocables en la función pública y mucho menos cuando estamos tratando de la seguridad alimentaria.  

             4.- Toda iniciativa no puede quedar a mitad de camino, y es que a pesar de que los CLAP buscan bajar los niveles de incertidumbre que viven todos los venezolanos en el tema alimentario, no han arrancado con la eficiencia requerida, pero no por la organización popular sino por la distribución a destiempo (no se cumple lo programado) y gama de productos que puedan cubrir las necesidades y expectativas de un núcleo familiar. Como punto complementario, los CLAP deben ser llevados hacia su automatización; las personas deben saber por lo que están pagando y realmente que es lo que recibirán, antes de hacer las entregas, principalmente, porque se presta a que cualquier persona con malas intensiones, extraiga ciertos alimentos de las bolsas y se cree un potencial bachaquero. Transparencia como lema, ante todo.

               5.- Estimular a la población venezolana a la agricultura urbana es crear conciencia colectiva, pero lo que se pueda producir en cuadrante no será suficiente para la cultura de consumo del venezolano, no se puede cargar la responsabilidad de la producción a los ciudadanos. El Estado debe dar síntomas de recuperar su imagen de pésimos gerentes en el tema alimentario y asumir en conjunto con empresarios (nacionales e internacionales) la activación real con metas a corto y mediano plazo del sector agrícola y ganadero, sobre todo donde halla potenciales claros. Tomemos ejemplos claros de programas como Arco Minero y Faja Petrolífera, pero versionados al tema agrario. La territorialización de la agricultura y ganadería debe ser un hecho con la misma importancia que los mencionados anteriormente.

              6.- En situaciones de crisis la economía da señales, No debe temblar el pulso ni el verbo en asumir que la crisis es total, y deben aplicarse medidas desreguladores (económicas-legales) que propicien la inversión privada en el sector de alimentos. Con los actuales problemas de liquidez es necesario, generar una política de acompañamiento que genere confianza en el mercado.

                7.- Los CLAP deben tener un tiempo de vida, para avanzar en otros mecanismos que se conviertan en estructuras. No se puede tener a la población en la incertidumbre de esperar una bolsa de comida y a la vez ponerlos a dar carajazos para ver como impulsan una siembra en su comunidad. La población esta sensible y el malestar es notorio en la calle.

                   8.- La SUNDDE no termina de REESTRUCTURARSE. En algunos estados no se ven las fiscalizaciones en la calle, esto es muy grave y preocupante, ya que la usura, boicot, etc. Se acrecienta en las calles de las ciudades como en las redes sociales. Nadie dice nada, nadie hace nada.

                    9.-  Los CLAP tiene definido su mecanismo de creación en las comunidades pero ¿Cómo quedan las instituciones en los comités de abastecimiento? A pesar de que todos los trabajadores pertenecen a una comunidad, en donde se estén conformando los CLAP. Es importante recordar, que estos servidores públicos tienen responsabilidades y tareas que limitan el tiempo para salir a los centros privados o públicos de alimento a tratar de conseguir los productos. Creemos necesario definir un mecanismo transitorio para la creación de los comités en las instituciones y pueda ser incluido en las programaciones de distribución de alimento.

                 10.- El tema fiscal de la venta y los precios reales de las bolsas: o se exonera a los productos protegidos por el dólar preferencial de IVA, o se entrega factura de compra; con esto, se combate la evasión fiscal y genera mayor transparencia al tema. Es una forma de seguir educando al contribuyente. Por último, establecer un listado de precios, para que las personas puedan determinar si están pagando realmente por lo que reciben de productos, y así, se bloquea toda posibilidad de estafa.

                 11.-  Los CLAP también son requeridos en los estratos medios, llámese clase media trabajadora. Es una obligación incluir los estratos medios, ya sean urbanizaciones de clase media trabajadora. Particularmente se presentan 3 casos por lo que analizamos el ¿por qué? no están llegando a esta población.

Primeramente, existen urbanizaciones de clase media trabajadora que a esta época, no han conformado sus consejos comunales. Hay otros casos, donde los consejos comunales quedaron en la adecuación y por lo tanto Fundacomunal, no les da el status activo operacional, dificultando así, su acceso a conformar el CLAP. Lo segundo, en los casos que el consejo comunal se muestra realmente operativo y validado por Fundacomunal, los CLAP han llegado como máximo una sola vez. Es necesario saber si hay una atención especial de inicio hacia los estratos más bajos (a nuestra consideración, un error) o si hay una especie de saboteo, falta de diligencia por parte de los encargados del CLAP del urbanismo. De ser esto último una realidad, se le debe considerar una causa penal, ya que es una obligación del comité de alimentación del consejo comunal, asumir y ser garantes de que esta contingencia se establezca de manera inmediata. El tercero y último caso, es que el consejo comunal, esté en manos de personas que adversen al proceso revolucionario. Así como lo mencioné en el caso 2, estos se rehúsan por ser mayoría en ciertos consejos comunales y en su ceguera política no se abocan a trabajar para que los CLAP se consoliden en las poligonales, por lo que afecta incluso a sus mismos adeptos y a los revolucionarios que habiten en la comunidad en particular a recibir la contingencia.

                   12.- La inclusión de productos cárnicos y derivados es vital; vimos un repunte de los precios de la carne de res, aviar y porcino, por encima de los costes que pueden asumir por ejemplo, una familia de 4 personas donde trabajen solamente 2. Insistimos como al punto nº10, donde pudiéramos realizar por un tiempo definido, la eliminación del IVA en estos rubros. Que esto no se traduzca a una permanencia total y proteccionista o querer acentuar el esquema subsidiario que nos sigue perjudicando. La idea es que sean estos planes los que permitan la corrección de la distorsión económica, con la menor intervención de la mano invisible del mercado y el cerebro especulativo de las asociaciones y federaciones productoras.

                Recalcamos, Los CLAP ante todo deben incluir en la entrega a todos y cada uno de los venezolanos que lo requieren, sin distingo económico, político y social; es su distribución la que debe estar en manos de revolucionarios probos en moral y transparencia, para que la entrega sea efectiva en el tiempo y satisfactoria para los ciudadanos. Por último, prestarle una máxima atención en los casos de los CLAP en urbanismos de clase media en los siguientes Estados y sus sectores, ya que no han llegado, o sólo se realizó venta y entrega 1 sola vez: Aragua (El Castaño, las Delicias y urbanismos aledaños), Bolívar (Ventuari, las Garzas, Rio Aro, Rio Negro, Curagua, Caujaro, Villa Africana, Villa Asia), Guárico, Carabobo, Lara y Zulia.

             ¡Avancemos en el fortalecimiento de esta contingencia y acabaremos de manera eficaz el boicot al que nos somete los enemigos de la Patria y del bolsillo del venezolano!

danielramirez@psuv.org.ve



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