(En la prensa local y en primera página apareció que el pan popular había sido regulado a Bs. 50,00 la unidad y el "canilla" a Bs. 100,00 la unidad)
Cuando leyeron en la prensa que el gobierno les había regulado el precio del pan. Algunos se orinaron de tanto reírse. Otros se arrecharon y decían: ¿Qué se cree Maduro, que nosotros les vamos a parar bolas, cuando tenemos meses vendiéndolo al precio que a nosotros nos da la ganas?. Algunos más desafiantes decidieron aumentarlo, el pan francés pequeño, que ayer vendían en Bs. 90 lo subieron a Bs. 110.00 y el "Canilla" que estaban vendiendo a Bs. 280,00 hoy amaneció a Bs. 320,00 por unidad.
Si hay en Venezuela un gremio que está consciente del poder que tiene y lo ejerce sin ninguna consideración, es el de los panaderos. Si alguien ha llevado a la economía venezolana a los niveles de inflación que hoy tenemos es este gremio que, hasta hace unos pocos años, eran considerados gente buena, servicial y útil a la comunidad. Antes se creía que los banqueros eran los más grandes ladrones creados por el capitalismo, ahora quedaron en segundo lugar, los panaderos se los echaron al pico.
No importa que el gobierno les regale la harina, que se la subsidie, que les permita vender al precio que les da la ganas todos los productos hechos con harina que tienen en sus lujosas panaderías, no van a respetar la única condición que les pone el gobierno: vender el pan popular a un precio regulado donde el margen de ganancia no sea superior al 30%. Eso para ellos es una anatema. E s como si les mentaran la madre.
Cuando hablamos de "panaderos", no nos referimos al que lo elabora, sino al dueño del negocio, del que fija los precios y establece los mecanismos para hacer que la gente haga colas y le tenga que rogar para que le venda el pan que esperan sus hijos en el hogar. El trato dado a los que van a comprar el ya mencionado pan popular es denigrante, humillante, abusivo y es un verdadero atentado contra los derechos humanos. Algún día, que no está lejano van a pagar por todas estas humillantes colas que nos han hecho sufrir.
En esta guerra económica que estamos viviendo han surgido tres personajes que merecen ser analizado por los especialistas de las ciencias sociales: EL BACHAQUERO APROVECHADOR, EL FUNCIONARIO COBARDE Y EL PANADERO HAMBREADOR. Los tres son productos del capitalismo depredador instalado en Venezuela y que hoy por hoy son la cabeza visible y responsables directos de la actual crisis de escasez y de desestabilización politica-economica que vive nuestro país.
Puede la SUNDEE hacer los listados de precios que se le ocurra, puede el Presidente Maduro hacer discursos, decretos, leyes y encadenarse en la tv y a las masas tratar de explicarles la real situación que estamos viviendo, nada de eso servirá para nada, pues esa gente ya identificada, ni ve, ni oye, ni sabe leer. Aquí por las buenas, no hay solución. Si el pueblo revolucionario no se empodera de sus derechos y los reclama con fuerza, los panaderos, bachaqueros y funcionarios indolentes seguirán gozando una y parte de la otra, cada vez que el gobierne trate de frenarles en sus fechorías.
Esta coyuntura es una gran oportunidad para hacer del pueblo protagonista de su propio destino y lograr el respeto de los sectores que se creen tienen a "Dios agarrado por la chiva".
Al momento de estar culminando de escribir este artículo, mi amigo Sant Roz, me comunica que eso de la regulación del pan, por parte del gobierno, era una noticia falsa. De todos modos decidí enviarlo a Aporrea. Como dijo Kotepa Delgado: "escribe, que algo queda".