De cómo la extracción de billetes de cien bolívares hacia otros lugares del mundo y especialmente hacia Colombia, ha sido no sólo la causa de la elevada inflación, sino también del agudo desabastecimiento de alimentos que en estos momentos tiene lugar en el país. Nos ha afectado tanto esta situación, que por poco nos hunde en una debacle de consecuencias impredecibles..
Como se sabe, el banco de la República de Colombia, que es el equivalente del Banco Central de Venezuela, cotiza nuestra moneda en aquel país; es decir, que le asigna al bolívar el valor cambiario con respecto a las demás monedas. En estos momentos, por ejemplo, el cambio oscila entre los 270 y 300 pesos colombianos por bolívar. Sin embargo, en relación con este tema ocurre una cosa realmente insólita, increíble, y me atrevería a decir incluso que hasta altamente sospechosa, pues es algo que no ocurre en ninguna otra nación del mundo, ni siquiera en la frontera de Colombia con Ecuador. Y es que a pesar de que el Banco de la República es un ente de carácter nacional, sus disposiciones en materia cambiaria no rigen para todo el territorio colombiano. En este sentido, existe una zona o región particular, las áreas limítrofes con Venezuela como Cúcuta, Maicao, etc, en que esas disposiciones monetaria no se aplican, no tienen vigencia. Quedando, por consiguiente, la cotización del bolívar en esas zonas en manos de mafias, como las casas de cambio, por ejemplo, que mantienen desde hace mucho tiempo un guerra contra nuestro signo monetario, al punto de que en estos momentos están cotizando el bolívar al mismo nivel que el peso, o sea un bolívar un peso, 1X1. ¿De qué manera se podría explicar esta aberración como no sea por el deseo expreso de dañar, de crearle graves problemas a nuestra economía, como en efecto se la ha estado creando?
¿De qué manera esta absurda situación nos afecta? De muchas maneras. Como se sabe, el poder adquisitivo del peso del país vecino es demasiado exiguo, como lo demuestra la propia relación que el banco de la República establece entre las dos monedas. De allí la alta demanda que el bolívar registra en las regiones mencionadas, pues con éste se pueden adquirir en Venezuela productos regulados que en Colombia, con su moneda, ni podrían soñar con obtenerlos. De allí la baja cotización que esas guaridas de delincuentes que son las casas de cambio de Cúcuta, hayan llegado a establecer para nuestra moneda, y de allí también el abarrotamiento de productos venezolanos que exhiben los anaqueles de la misma ciudad neogranadina. ¿Cómo se podría explicar esta situación altamente irregular, una situación que hace que en Colombia hayan más productos venezolanos que en nuestro propio país? Se explica por el hecho de que nuestra frontera es la más permeable y fluida del mundo. Por lo que aquí puede entrar libremente, sin ningún impedimento, gente buena, pero también gente muy mala, como paramilitares, narcotraficantes y malvivientes de toda clase, ya que en nuestro país, gracias a la política de integración, una integración, por supuesto muy mal entendida y peor practicada, no existe literalmentete ningún control migratorio.
Pero la baja cotización que las casas de cambio cucuteñas establecen para el bolívar, no ha sido la única forma que los enemigos de nuestro país han encontrado para hacernos daño. También existe otra tan lesiva y virulenta como la mencionada. Porque si el escaso valor que al otro lado de la frontera le asignan a nuestra moneda nos causa un agudo desabastecimiento, esta otra contribuye a disparar la inflación de una manera realmente desorbitada y obscena. Se trata de Dólar Today. ¿Por qué? Porque esta otra mafia utiliza como referencia para fijar el valor del dólar paralelo, el bajo valor que al bolívar le asignan al otro lado de la frontera. Pues mientras más bajo sea la cotización de nuestra moneda, mayor es el costo del maldito dólar negro. Lo que trae como nefasta consecuencia el encarecimiento brutal de las importaciones que se financian con esa divisa.
Como solución a este problema, el gobierno venezolano se ha cansado de solicitarle al de Colombia la eliminación de la Resolución 8, pues piensa, erróneamente, por supuesto, que al ser eliminado este instrumento legal los problemas en cuanto al deterioro del valor del bolívar en ese país quedarían definitivamente resueltos. Falsa ilusión, porque esa no es la salida. En primer lugar, porque el régimen colombiano, por razones de soberanía -aunque aparente- no podría acceder a esta petición sin demostrar cuan presionable y débil es en cuanto a la defensa de su independencia y soberanía se refiere. Y no le faltaría razón, porque lo mismo sucedería si otro país le solicitara a Maduro la eliminación de cualesquiera de las leyes venezolanas.Sería, en verdad, una intromisión inaceptable en nuestros asuntos internos. Por eso, cualquier gestión que se oriente en el sentido de lograr la derogatoria de ese mamotreto legal, estaría necesariamente condenada al fracaso.
Por otra parte, aun cuando la Resolución de marras fuera eliminada, tampoco significaría la solución del problema, pues las cosas quedarían exactamente igual. Eso es así, porque, como se ha venido demostrando, ninguna medida que en materia cambiaria el gobierno nacional de Colombia adopte, es aplicable a la zona fronteriza con Venezuela. Por lo que los mafiosos operadores cambiarios de esta parte de ese país, continuarían siendo en tal sentido completamente independientes del gobierno central, y más si se trata de infligirle el mayor daño posible a Venezuela. Entonces, ¿cuál sería la solución? Exigirle con mucha firmeza a las autoridades colombianas algo sobre un absurdo que sólo puede existir por el deseo deliberado de perjudicar a Venezuela y que de ninguna manera nuestro país debía estar dispuesto a seguir tolerando. Nos referimos a que se termine con el relajo que en ese país existe en materia de convertibilidad monetaria. Hacerles saber, además, que si quieren tener buenas y cordiales relaciones con nuestro país, pues que haga cumplir en todo el territorio nacional las decisiones que en materia cambiaria adopte el Banco de la República. Pero sobre todo, indicarles que para el logro de este objetivo nuestro país está dispuesto a hacer lo que sea, incluso cerrar la frontera indefinidamente, y que si es necesario de llegar al extremo de romper relaciones diplomáticas, pues esas relaciones se romperán, pero lo que es a Venezuela se respeta, no joda.
Ya está bueno de se seguir tolerando las agresiones que la oligarquía colombiana, casi desde su nacimiento como república, ha venido perpetrando contra nuestra patria. En este sentido, hemos sido objeto por parte del "hermano" país de todo tipo despojos territoriales como el que, bajo amenaza de invasión, se nos hizo de la península de la Guajira. Se nos metió una fragata en el Golfo de Venezuela, sólo porque con toda legitimidad reivindicamos, de manera indeclinable, la jusridicción sobre esa zona marítima que nos pertenece y que adecos y copeyanos hicieron todo lo posible por entregárselos. A tal extremo han llegado en esta pretensión, que hasta el nombre le han querido cambiar llamándolo Golfo Coquivacoa. Y hasta la porquería viviente que es Uribe afirmó que no nos invadió porque le faltó tiempo. Aunque todos sabemos que esta piltrafa no lo hizo porque lo que le faltaron fueron otras cosas. Sin embargo, en este rosario interminable de acciones hostiles del vecino país hacia nosotros, no podíamos olvidar el Plan Colombia, que con toda seguridad está detrás de todas las acciones conspirativas que desde el país neogranadino se han urdido contra el nuestro, y de las cuales forman parte, sin duda, las conspiraciones financieras. Al respecto es bueno recordar lo dicho por un senador norteamericano, Paul Coverdell, en el sentido de que: "si se quiere controlar a Venezuela, hay que ocupar militarmente a Colombia". Pues bien, Colombia ya ha sido militarmente ocupada.
De manera que de Colombia no podemos esperar nada bueno, y menos desde que se convirtió abiertamente en una colonia del imperialismo yanki. En realidad, siempre fue una colonia, especialmente desde que Santander se convirtió en su máximo líder. Sin embargo, nunca lo había sido de manera tan descarada como cuando aceptó que en su territorio se instalaran siete bases militares de los Estados Unidos, sin que un solo militar hubiera tenido el coraje necionalista de oponerse a ese brutal ataque contra la independencia de ese país. Con lo cual se convirtió también en una especie de Caín, el Caín de América, utilizado por su amo del norte para agredir a sus hermanos del continente. De manera que este ataque desleal que desde Colombia se viene perpetrando sistemáticamente contra nuestra moneda, no puede ser más inamistoso y hostil. Y si a algo se parece más, es a una abierta declaración guerra, una declaración de guerra con toda la mala intención de hacernos daño en lo que para todo país representa la base misma de su existencia: la economía. Colombia, al aceptar la instalación en su suelo de las mencionadas bases militares, dejó de ser un país bolivariano para convertirse en un renegado de esta doctrina, la doctrina latinoamericanista y caribeña del Libertador.
NOTA: Asombra de verdad que una persona tenga en su casa 500 mil bolívares en efectivo. Pero ese asombro sube vertiginosamente de nivel si ese dinero está compuesto extrañamente por 5 mil billetes de cien. Pero si además de esto esa persona no tiene abierta una cuenta bancaria, entonces ese asombro deja de ser tal para convertirse inevitablemente en sospecha de que algo ilícito está detrás de esa irregular acumulación de billetes de la mencionada denominación. Y eso, porque si se da el lujo de tener esa cantidad de billetes debajo del colchón o enterrado en el patio de su casa, lo más probable es que, si no esta metido en actividades raras, tenga también cantidades superiores de otros billetes. Ahora, uno se pregunta, ¿porque el sujeto de marras insiste en mantener ese efectivo en su casa, donde corre el riesgo de ser asaltado, y no en el banco donde además de estar mucho más seguro estaría generando intereses? Este comentario viene a cuento debido a que el gobierno estableció 500 mil bolívares en billetes de cien como cifra tope para que una persona pudiera abrir una cuenta con billetes de cien sin que la misma, la persona, pudiera ser investigada, lo cual nos parece un tremendo error. Entre otras cosas, porque los que lograran introducir de nuevo esos billetes , no los iban a llevar a los bancos en camiones, como ingenuamente se ha dicho, sino a través de diversas personas con fajos cada una de 5 mil billetes.
¿Cuándo se va a convencer el presidente Maduro de que el primer mandatario uruguayo, Tavaré Vázquez, es un traidor a la causa de la integración latinoamericana? ¿No se ha dado cuenta de que no hay documento que los gobiernos derechistas de Argentina, Brasil, Paraguay y Chile publiquen contra Venezuela, que no sea firmado también por el gobierno de este traidor? Y en el caso de la agresión a nuestra canciller, ¿no se ha dado cuenta tampoco de la posición asumida por el ministro de relaciones exteriores del Uruguay con respeto a la agresión sufrida por la máxima representante de la diplomacia venezolana? Por si no lo ha hecho, se lo voy a decir: El Canciller de ese país, en una actitud realmente provocadora, se solidarizó con los vejámenes y agresiones sufrida por la canciller venezolana, al punto de que a quien culpó de esos bochornosos hechos fue a la propia víctima. Creo que Tabaré Vázquez, en razón de las numerosas ayudas que su país recibió por parte de Venezuela en momentos realmente difíciles para esa nación, le debe una explicación al pueblo venezolano.
Y en cuanto a l agresión perpetrada por el gobierno de ese arrastrado procónsul del imperialismo que es Macri contra nuestra canciller, ha sido un hecho demasiado grave para ser despachado con una simple nota de protesta. Aquí, el que ha salido ultrajado es el honor y la dignidad de nuestro país, por lo que el asunto, más que un simple incidente diplomático, es incluso un casus belli. De allí que lo menos que ha podido hacer nuestro gobierno es haber llama al embajador venezolano para consulta, y no restituirlo en su cargo hasta que ese ridículo pitiyanki de mierda nos ofrezca las disculpas correspondientes. Eso es lo que como mínimo exige el decoro de nuestra nación.
Continúa el grave problema del agua en Maracaibo.Y eso, pesar de que los embalses se encuentran repletos del preciado líquido. ¿Por qué no obstante las penalidades que este problema ocasiona a la población, no ha sido resuelto? ¿Será acaso una cuestión de incapacidad lo que ha impedido la solución de esta trágica calamidad o el desprecio hacia los habitantes de esta urbe?