¿Y las protestas contundentes y masivas contra el alto costo de la vida?

Una nueva ola de protestas sociales se vive en Venezuela, pero aunque parezca increíble, la mayoría de la ciudadanía involucrada no lo está haciendo por una situación que afecta cada día más a millones de venezolanos: el alto costo de la vida y los consiguientes índices elevados de pobreza y miseria. Posiblemente esta situación responde al hecho de que tales protestas, en buena medida, fueron planificadas por la dizque oposición encarnada en la MUD, y como bien se sabe, sus dirigentes han sido cómplices del Gobierno "revolucionario" respecto a la grave crisis socioeconómica que lleva años afectándonos.

Cabe preguntarse, ¿acaso los líderes de la MUD han condenado la brutal liberación de precios y otras medidas en el marco del paquetazo madurista (neoliberal obviamente)?, ¿no apoyan los líderes de la MUD todo aquello que favorece al gran capital, y que por tanto perjudica a la enorme masa asalariada?. Como hemos señalado en otros escritos, es más que evidente que la MUD no quiere sacar del poder a Nicolás Maduro y su Gabinete, al menos no por los momentos ni de manera directa (¿acaso una transición?); esta organización política está bien consciente de que la situación en el país es tan complicada, que de llegar a Miraflores indudablemente estaría en aprietos en lo relativo a tratar de hallar soluciones, y entonces serían los traidores de turno del pueblo que le haya depositado su confianza.

Molesta profundamente saber que mientras algunos miles de venezolanos están protestando por ciertas irregularidades de orden político y jurídico en el seno del Gobierno "revolucionario", que en verdad no son urgentes en este momento comparadas con la nefasta crisis económica, los precios de la comida y otros rubros continúan en alza desenfrenada, y el hambre azota con todo, castigando con más rigor a niños y ancianos. La protesta contra el TSJ, por ejemplo, es perfectamente válida, pero opaca y resta importancia mediática a los aún escasos focos de rebelión contra las perversas consecuencias socioeconómicas de las medidas gubernamentales. Claro está que los planificadores de dichas acciones "opositoras" no están para nada de acuerdo con que los más necesitados se levanten enérgicamente contra la carestía, y que sus acciones se desborden para finalmente desembocar en una especie de "Caracazo". Ni al oficialismo ni a la MUD ni al empresariado hambreador, interesa una insurrección de las masas que no sólo haga temblar al poder nacional, sino que desenmascare a los oportunistas y cínicos "opositores" y ponga de rodillas a los ricos.

Es indudable que se necesita preservar, por parte del oficialismo, de la dizque oposición y del alto empresariado tradicional y del rojo-rojito (vinculados con el Gobierno nacional), el Statu Quo burgués y la seudodemocracia, y las protestas que actualmente se llevan a cabo se enmarcan en este sentido. Mientras tanto el pueblo necesitado aún no sale masivamente a la calle a manifestar su descontento, y es más que evidente que en el estado que se encuentra el país, están dadas las condiciones para una rebelión popular que haga arder al territorio venezolano por los cuatro costados y genere una importante destrucción. Y no es que se desee esto como solución, pero el hambre aprieta y ocasiona una continua desesperanza, y hasta la pérdida del deseo de vivir.

Por cierto que en este contexto de revuelta social en Venezuela, hay un panorama internacional bien complejo. Téngase en cuenta que tras los recientes ataques de Estados Unidos a Siria y Afganistán, han aumentado las tensiones entre el águila imperial, sus aliados y Rusia, China, Irán y otras naciones antiestadounidenses. Parece inminente el enfrentamiento directo entre las potencias por el control de mercados y de materias primas, y por la hegemonía económica global. Y si bien el Cercano y Medio Oriente es el polvorín a punto de estallar en toda su dimensión, recordemos que Venezuela forma parte de la esfera de influencia de Estados Unidos, China y Rusia, y en el caso de una confrontación definitiva, obviamente seremos afectados de manera directa, y entre otras cosas seremos testigos de batallas en pleno territorio nacional, bombardeos y acciones de mercenarios, con consecuencias terribles como una mayor escasez de alimentos, unos precios mucho más elevados, una hambruna con pocos precedentes en la historia nacional, y un país en ruinas. De manera que se vislumbran en el contexto de la crisis venezolana un escenario local y uno foráneo para nada halagadores, y lo que menos desea la mayoría del pueblo es que intervengan fuerzas extranjeras, cuya acción indudablemente sería catastrófica en medio de la situación crítica que padecemos. Tenemos que tratar de hallar soluciones de forma autónoma, mediante acciones contundentes y masivas que a corto plazo, al menos obliguen al poder político-económico a replantear las medidas económicas que tanto daño han hecho al bolsillo y al alma de los más vulnerables.



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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

 ruhergeohist@yahoo.com

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